Cristiano: “No necesitamos abracitos y besitos para rendir con Benzema y Bale”
El portugués ironiza sobre la relación de Messi, Neymar y Suárez y dice que para jugar solo se precisa sintonía en el campo
Cristiano Ronaldo se embutió en el uniforme oficial un número más chico que el que le correspondía y se abrochó el último botón del cuello del polo de modo que la yugular se le hinchó sobre el músculo esternocleidomastoideo y los bíceps se le marcaron apretados por el elástico mientras clavaba los codos sobre la mesa de la sala de prensa del estadio Olímpico de Roma. Hacía dos años que no ofrecía una conferencia pública y resolvió hacerlo para acompañar a su nuevo entrenador, Zinedine Zidane, en su debut como técnico en Champions. Su discurso fue tan rutilante como su peinado a la brillantina y de sus primeras palabras se desprendió que lo que siente por su exentrenador Rafa Benítez se parece mucho al desprecio.
“Yo veo al equipo bien”, dijo, a modo de arranque. “Estamos haciendo un trabajo fenomenal. Las últimas tres semanas entrenamos bien, jugamos bien, ganamos, y metemos muchos goles”.
Exaltada la labor de Zidane, sustituto de Benítez, a Cristiano le preguntaron que qué le parecía el penalti indirecto lanzado por Messi y rematado por Luis Suárez el domingo contra el Celta. “Yo sé por qué Leo ha hecho esta jugada”, sentenció, con una media sonrisa, dirigiéndose a su inquisidor. “Tú piensa lo que quieras”. Ahora Luis Suárez es el máximo anotador de la Liga con 23 goles, por delante de Cristiano que suma 21.
Yo acostumbré mal a las personas al meter tantos goles y ahora lloran como los niños a los que has dado todo
“Bueno, es normal”, dijo el ídolo madridista, de 31 años, cuando le pidieron que opinara sobre las críticas que recibe. “Yo ya encaro esto como una cosa normal. Cuando acostumbras muy mal a las personas es como cuando malacostumbras a un hijo. Si le das todo, pasado un tiempo sin darle todo empieza a llorar. Yo acostumbré mal a los periodistas al no meter tantos goles. Pero yo firmaría continuar así hasta final de temporada”.
Tantas veces inclinado a confesar sus saudades, cuando le preguntaron si se sentía respaldado por todos los estamentos del club Cristiano esta vez se mostró pletórico. “¡Claro que sí!”, asintió. “Me siento muy bien, feliz con un club que me da cariño. Juego siempre y hago goles de vez en cuando. Lo que más me gusta en la vida es jugar al fútbol y estoy jugando en el mejor club del mundo. Jugando la Champions, la Liga o la Copa siento lo mismo. Quiero divertirme, ayudar al Madrid y hacer un buen trabajo independientemente de la competición que sea”.
Retador, firme y conciso, el portugués solo pareció perder el buen humor cuando alguien le preguntó si pensaba que la amistad de Neymar, Messi y Luis Suárez era decisiva en la mejora del rendimiento del ataque del Barcelona, y si por el contrario en el tridente del Madrid faltaba esa sintonía.
Que me digan un solo jugador que haya metido más goles que yo fuera de casa. ¡Uno!
“Mira”, dijo, “en Manchester yo no hablaba con Scholes, Giggs ni Ferdinand y teníamos un equipo estupendo. Hablábamos, pero lo normal. Solo los buenos días, y tal. Eso para mí no significa nada. Yo no tengo que cenar con Benzema y con Bale. Lo más importante es que seamos buenos compañeros dentro del campo y sepamos a qué jugamos. Eso de hacer comiditas fuera, y darse besitos y abracitos, eso no cuenta para nada. Lo importante es juntarse dentro del campo para que el equipo gane. Eso es lo que hay que valorar”.
La última cuestión también hurgó en tierras movedizas. Le preguntaron a Cristiano si no creía que debía meter más goles en partidos importantes y a modo de respuesta se sacó de la manga una de las pocas estadísticas en las que supera a Lionel Messi. “Desde que estoy en España que me digan un jugador que haya metido más goles que yo fuera de casa”, replicó. “¡Uno! ¡Uno! No existe”. Se levantó y se fue. Sonriente. Sabedor que desde la temporada 2009/2010 de la Liga él ha metido 152 goles fuera de casa y Messi 138. “¡Adiós!”, se despidió.
La nube que dejó Cristiano tras de sí emborronó la aparición posterior de su entrenador. Zidane, que asistió muy serio al discurso de su futbolista, rebajó tanto el perfil que su comparecencia casi pasa desapercibida. “Tenemos que hacer lo mismo que hemos hecho últimamente”, apuntó, sobre el partido contra la Roma. “Hay que entrar fuerte al partido. La Roma es un equipo muy bueno, que sabe jugar. Pero estoy tranquilo porque llevamos una buena semana de trabajo”.
La prensa italiana le recordó que el Madrid no superaba una eliminatoria a doble partido contra un equipo del calcio desde 1989. “El pasado es el pasado”, musitó el técnico. “Yo debo mirar adelante. Y debemos mirar qué hacer para cambiar esta tendencia. Lo más importante es estar preparados y estamos preparados para darlo todo”.
“Marcelo jugará si está bien”, informó Zidane, en referencia al lateral brasileño, lesionado con una luxación en el hombro derecho. “Yo creo que sí, que está bien. Tendrá que dormir bien y mañana veremos. Será importante que esté al 100%”.
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