El Eibar saca brillo a sus galones
El conjunto de Mendilibar golea al Granada con una exhibición de Keko y de sus goleadores
Quien más quien menos sentía un zumbido de moscas en la oreja en Ipurua. El zumbido al que sucumbió, mareado, quizás por el éxito, quizás por el cansancio, la pasada temporada en la segunda vuelta hasta descender a los infiernos tras tener una habitación en el cielo. Y, ¡zas!, el Eibar, pura vena, puro veneno, dio un manotazo y espantó a las moscas con un manotazo, sí, un manotazo, o sea, cinco dedos, es decir, cinco goles, para ventilar al Granada, que salió al escenario lluvioso de Ipurua con sus mejores galas, un buen atrezo y buena dicción en la primera media hora del partido.
Eibar, 5 - Granada, 1
Eibar: Riesgo; Capa, Dos Santos, Ramis, Antonio Luna (David Juncà, min. 62); Keko Gontán, Dani García, Adrián, Inui (Saúl Berjón, min. 71); Sergi Enrich (Verdi, min. 79) y Borja Bastón.
Granada CF: Andrés Fernández; Foulquier, Mainz, Lombán, Biraghi; Khrin; Edgar, Agbo Uche (El Arabi, min. 46), Rubén Pérez (Fran Rico, min. 46), Success; y Peñaranda (Miguel Lopes, min. 85).
Goles: 1-0. M. 34. Inui. 2-0. M. 37. Sergi Enrich. 2-1. M. 64. El Arabi. 3-1. M. 66. Sergi Enrich. 4-1. M. 73. Borja Bastón. 5-1. M.78. Borja Bastón.
Árbitro: José María Sánchez Martínez. Amonestó al jugador local Capa; y a los visitantes Rubén Pérez, Agbo Uche, Peñaranda, y Biraghi.
4.215 espectadores en el campo de Ipurúa.
Pero el Eibar tiene veneno en las bandas, el ritmo intravenoso que le dan Keko, pura sabiduría, y el japonés Inui, pura verticalidad. Es decir, el tratamiento futbolístico necesario para que brillen, un panzer como Sergi Enrich, y un obseso del gol, como Borja Bastón, que se pasan todo el partido oliendo el perfume que deja la mezcla del cuero del balón y los cuadraditos mojados de la red. El Granada, serenado por Krhin e impulsado por Success, contuvo al bicho en los territorios templados del campo, sin permitir esas oleadas a las que acostumbra el equipo de Mendilibar, que lo mismo se adormece en una calma chicha que te suelta una tormenta cuando has dejado el paraguas colgado de la confianza. Incluso, un despeje con el pie fallido de Asier Riesgo le pudo proporcionar un gol aunque el portero reaccionó a tiempo para taponar su herida.
Y entonces sucedió. Llegó la oleada, variada, medida, que acabó con un centro precioso de Keko que Inui lo mando a la red con un sosiego impropio de su ansiedad. Tres minutos después llegó la hecatombe para el Granada. Sacó un córner Biraghi, lateral izquierdo, le acompañó un colega para simular la patraña de un saque en corto y ocurrió que despejó la defensa, cayó el balón a ese costado, lo rebañó Capa sobre la línea, habilitó a Keko -todo sin defensores del Granada- y su centro al área lo empaló Enrich con toda su voracidad.
Keko, siempre Keko, sutil, trabajador, inteligente. No le quedaba otra a Sandoval que intentar la heroica. Metió a El Arabi y Fran Rico y surtió efecto, El delantero alteró la tranquilidad de la defensa eibarresa hasta conseguir el gol, bien es verdad que por obra y gracia de un malísimo despeje de Dos Santos. Pero a renglón seguido comenzó el festival azulgrana. Volvió a marcar Enrich y volvió la oleada del Eibar, que ya se gustaba. Otra jugada al primer toque que acabó en los pies de Keko, otra vez Keko, que disparó, repelió Andrés Fernández y Borja Bastón empujó, en semifallo, a la red. Y, ya con el contagio en el cuerpo, Enrich se brindó a sí mismo una jugada artística para que Bastón volviera a marcar y elevara a 12 sus goles en la Liga.
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