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Seis versiones del 10

Silvinho, Fernando Navarro, Laporta, un periodista y un aficionado valoran la figura de Messi

Leo Messi en la gala del Balón de Oro.
Leo Messi en la gala del Balón de Oro. Walter Bieri (AP)

Un ex compañero, un rival de mil batallas, el periodista que vio cómo le brillaban los ojos al entrevistarle en su casa con motivo de su primer Balón de Oro, el empleado que le ajustaba el cuello de la camiseta y el presidente que le dio el liderazgo a cambio de Ronaldinho. Cinco entornos del genio Messi para conocerle mejor.

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El primer compañero de taquilla. Silvinho

Muy tímido. Hablaba poquísimo era muy, muy callado. Solo jugaba a futbol. Yo empecé a hablar castellano con Nelson Vivas en el Arsenal, así que tengo una manera de hablar por la que Leo me decía: “Eres un brasileño que habla argentino”. Él era un crio y yo uno de los veteranos así que siempre trtaé de cuidarle y darle consejos. Tenía evidente admiración Ronaldinho y se llevaba muy bien con Deco. Se notaba mucho la influencia de Jorge, su padre, una persona seria. Fuera del campo teníamos cierta relación, alguna vez quedamos para comer con las familias. A dónde iba a llegar no lo sabia nadie. Era imposible pero ya sabíamos que era diferente, especial. El siempre supo, en cualquier caso, que estaba rodeado de jugadores especiales, así que cuando le escucho agradecer al equipo por sus premios, se que lo dice porque lo piensa.

Un defensa rival. Fernando Navarro

Le conocí cuando yo estaba lesionado y bajaba a entrenar con el filial. Él era juvenil, pero ya se entrenaba en el B. Se le veía un talento enorme, muchísimas cosas especiales, pero la explosión posterior no. No podías imaginar lo que está haciendo y, seguro, lo que hará. Cuando juego contra él no le veo desesperado o ansioso nunca. Eso e lo que le hace mas peligroso. Otros por querer meter un gol desatienden otras facetas del juego, él no. Si toca guardar la pelota, la guarda, si toca dar pases, los da y si ha de acercarse al gol, se acerca. Messi hace muchas cosas en el campo, es lo que veo y es lo que creo que le hace más peligroso. No habla mucho, y acepta bien el contacto, es tranquilo y no pierde la calma. Y eso que con el Sevilla hemos tenido partidos tensos en finales importantes. En este sentido, lo que aparenta fuera es lo que hay dentro. Nunca le pedí la camiseta porque siempre había algún compañero que la quería y pensé que el día que me pase por la ciudad deportiva, si la pido la tendré. A fin de cuentas, pasé 12 años en el Barça y sé que esa es mi casa.

France Football en su casa. Vicent Machenaud

Leo siempre me pareció un buen tipo y mucho mas inteligente de lo que le supone la gente. La primera vez que entrevisté a Messi fue en agosto de 2007, en Barcelona, para France Football y fue muy bien. Estuvimos mas de 30 minutos y salió una buena nota. Le volví a ver en diciembre de 2009, en su casa, preparando la entrevista para la revista con motivo de su elección como Balón de Oro. Nos había preparado un pica-pica, porque fuimos con un equipo de televisión, el director… Al final, solo comí yo, con Antonella y su prima. Ese protocolo lo repetí muchos años para France Football: Weha, Ronaldinho, Stoichkov, Ronaldo, Cristiano, Kaká, Baggio… Todos estaban contentos, pero a pocos le brillaban los ojos de ilusión como aquella primera vez a Leo. Luego todo fue distinto, cuando la FIFA compró los derechos, pero en 2009 fue un momento muy especial para él y no podía disimularlo, lo recibió como el niño que abre los regalos la mañana de Reyes. Desde entonces, dos o tres veces al año le veía y cada vez que ganaba el Balón de Oro le hacía una entrevista.

Las entrevistas cada vez se hicieron mas difíciles. Leo no es que hablé mucho y no le gusta sentarse con el periodista, se le nota. Al final tenia la sensación de que siempre hacía la misma entrevista. Es muy listo y contesta sin contestar. La ultima vez estuve 20 minutos en su casa y al final le dije: “Leo, no tienes ninguna gana de contestar y lo sabes”. “Sí, tienes razón. Pero sé que lo vas a hacer bien, así que pon lo que quieras”, me dijo.

Un empleado. Chema Corbella, exutilero del Barcelona

Lo primero que debo decir de Leo es que siendo quien es, el mejor jugador de la historia, siempre me ha sorprendido que sea tan normal, tan agradable en el trato y tan cómodo trabajar con él. No tiene manías, por lo menos con el material. Le basta con sentirse cómodo. Cambiaba mucho de botas, por cuestiones de la casa comercial, pero le daba igual si eran rojas, verdes o azules. Si estaba cómodo en el campo, le bastaba.

Es algo friolero, pero tampoco exageradamente, por lo que siempre le preparábamos una camiseta térmica por si la podía necesitar.

Le solía esperar en el túnel de vestuarios para darle un poco de ánimo antes del partido, nada, un gesto. Con él solo tenía una preocupación: que se llevara bien puesto el cuello de la camiseta, porque no atendía a esos detalles y a veces salía con él mal puesto, dado la vuelta. En general, Leo es muy respetuoso con el trabajo de la gente del vestuario y muy cariñoso. Por ejemplo, sin necesidad alguna, por Navidad siempre tenía un detalle con nosotros.

El presidente. Joan Laporta

Era el verano de 2008 y la junta directiva que tuve el honor de presidir había decidido, con el visto bueno de Txiki Begiristain y el consejo favorable de Johan Cruyff, confiar la dirección deportiva del primer equipo a Guardiola. Con Pep al frente se tenían que cambiar algunos liderazgos del vestuario para dar paso a nuevas capitanías de gente de casa como Iniesta, Xavi, Puyol, Valdés y, claro, Leo Messi, el mejor jugador de la historia del fútbol, el hombre que tiene el cambio de ritmo de Cruyff y el gol de Maradona. Convencidos de que estaba llamado a liderar un equipo que Pep convertiría en el mejor del mundo, comuniqué personalmente a Ronaldinho, un hombre clave para entender el cambio del Barça de 2003, que no continuaría, y acto seguido, inmediatamente, llamé a Leo para vernos en su casa. Él y su padre me esperaban. Quería que fuera el primer jugador en saber que Ronnie no seguiría con nosotros y que ahora le tocaba a él ser el nuevo 10 del Barça, el 10 eterno, el 10 de los mejores.

Le expliqué cuáles serían los nuevos fichajes. Celebró el regreso de Gerard Piqué con un expresivo "¡Qué bien que venga Geri, siempre me defendió de chiquitito!" y entendió que había llegado su momento, su año, su década, su era. Messi se comprometió a ser el mejor y hacer mejores a sus compañeros. Y Leo no falla nunca, ya lo sabéis.

Un aficionado. Oscar Vilà, seguidor del Barcelona

Me acuerdo del primer partido de Leo. Salió y metió un gol. Se lo anularon injustamente. El segundo lo metió. Empezó pronto a ver lo injustos que eran los árbitros. Ronaldinho nos devolvió la sonrisa, pero Leo nos ha hecho felices.

Siempre pensé: "Este año no lo hará igual de bien". Y cada año lo ha hecho mejor. Ha terminado con la capacidad de asombro, ya no nos sorprende nada. Y ha ido evolucionando, primero en jugaba en la banda, luego de falso nueve, si quiere juega de Xavi, y acabará jugando al lado de Piqué.

Tengo 42 años y crecí en la época en la que el socio del Barça sufría siempre. Leo ha terminado con eso. Ahora el partido se tuerce y piensas: bueno, llegara Messi y lo arreglará. Nunca volveremos a ver a nadie como él, así que mientras el juegue, toca disfrutarlo.

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