El Málaga aprovecha la amnistía del Rayo
El equipo andaluz logra la primera victoria a domicilio del curso (1-2) guiado por los goles de Charles y Cop en la segunda parte
Quien perdona, lo paga. No es una norma escrita en esto del fútbol, pero tiende a repetirse con cierta asiduidad. El Rayo Vallecano lo vivió ayer en sus propias carnes. Perdió el monopolio del balón —algo difícil de ver para un equipo que le roba la pelota hasta al mismísimo Barcelona—, perdonó en la vanguardia y terminó cediéndole los tres puntos al Málaga. Un equipo andaluz que, sin grandes aspavientos, le marcó dos goles a los madrileños y puso en el AVE de vuelta a casa la primera victoria a domicilio.
RAYO, 1 - MÁLAGA, 2
Rayo: Yoel; Tito, Llorente, Amaya, Nacho; Trashorras, Jozabed; Lass (Quini, m. 84), Pablo Hernández (Manucho, m. 67), Bebé (Embarba, m. 61); Javi Guerra. No utilizados: Juan Carlos, Dorado, Cissé y Miku.
Málaga: Kameni; Rosales, Albentosa, Weligton, Torres; Fornals (Juanpi, m. 82), Filipenko (Charles, m. 57); Duda (Recio, m. 57), Cop, Juankar; Amrabat. No utilizados: Ochoa, Boka, Santa Cruz y Ontiveros.
Goles: 1-0. M. 7. Javi Guerra. 1-1. M. 59. Charles. 1-2. M. 86. Cop.
Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Cop, Albentosa y Javi Guerra.
Estadio de Vallecas. 9.423 espectadores.
El Rayo salió desde el inicio valiente, atrevido, avisando a su rival de que sus costados iban a ser asediados ataque tras ataque. Bebé y Lass mandaban por las bandas mientras al Málaga le costaba poner freno a las internadas. Curiosamente, el tanto de los vallecanos, que llegó cuando el cronómetro señalaba el minuto siete, fue a la contra. Listo como siempre Javi Guerra, el eterno goleador de los locales esta temporada —nueve dianas suma el ariete—, aprovechó un pase medido, rasito, de Pablo Hernández a la espalda de la zaga, que remachó cruzado ante la salida de Kameni. La defensa ni se enteró, solo pudo presenciar cómo su equipo iba ya un tanto por debajo.
Pintaba bien el partido para los de Jémez. Controlaba el partido, tenía mordiente por las alas, no sufría atrás y la estadística estaba de su parte: en ocho encuentros contra los de la costa del sol, siete victorias. Pero el Málaga empezó a crecer a través de la posesión, esa que tanto le duele al Rayo cuando no está en su poder. Avisaban los de Javi Gracia, aunque sin concretar ningún tiro a puerta. Era más bien algo que se respiraba, algo fallaba para los locales, ya no estaban tan cómodos.
Volvieron del descanso en el mismo punto, como si nada hubiera cambiado. Bueno, en realidad varió que los madrileños decidieron no cerrar el partido. Y como quien perdona lo paga…. del 2-0 de Pablo Hernández, que era lo que se cantaba en Vallecas, al empate. Charles, el alma goleadora del Málaga, perforó la red en el primer balón que tocó. Un minuto sobre el césped le bastó para armar la pierna a la media vuelta desde la frontal. No tuvo que esforzarse más.
Las tablas despertaron a los dos equipos. Los visitantes, sobre todo con balones largos, ponían en aprietos al Rayo. Los locales, empeñados en no subir el segundo tanto, erráticos. Lass desesperó a la hinchada ante tanto fallo. Ni a la contra, ni casi solo delante del portero, ni de ninguna manera. Con todo esto, llegó Cop a cuatro minutos para el final y, encantado con la amnistía madrileña, sacó tajada. Excelso Juankar desde el perfil izquierdo le cedió el balón al delantero en el punto de penalti para que birlara los tres puntos de Vallecas. Nada que ver el decorado con el que comenzó el choque.
El Málaga asoma ya la cabeza poco a poco. Sigue con problemas de cara a sumar goles, pero ayer pareció casi una labor sencilla. Respira un poco de la parte baja de la clasificación, una zona en la que ha caído el Rayo. Con cuatro puntos de los últimos 18 se mete de lleno en la parte baja, la que envía a los equipos a Segunda. Y con un problema añadido estas navidades, que el calendario llega sin tregua. Real Madrid y Atlético son los dos próximos envites. Mal día para firmar un armisticio en Vallecas.
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