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El Madrid gana al Eibar sin encanto

Los de Benítez, más sobrios que brillantes, se imponen en Ipurua (0-2) con goles de Bale y Cristiano Ronaldo

José Sámano
Crisitano intenta una chilena ante Capa.
Crisitano intenta una chilena ante Capa.ANDER GILLENEA (AFP)

Se lo curró el Madrid, que a falta de brillo al menos tiró de pico y pala. Muy exigido por un Eibar que combate a lo grande, el equipo blanco interpretó bien de qué iba el duelo, supo apretar los dientes ante un adversario que no concede respiro, un club encomiable que se faja como pocos. No fue un Madrid cosmético, pero sí sobrio y aplicado en estos tiempos de pesadumbres. El equipo no acaba de cuajar, no tiene sello, y mientras se define solo le queda remar y remar. En Ipurua, con Benzema a la sombra, se enganchó a sus dos delanteros. Resucitó Bale, que diez meses después marcó fuera del Bernabéu. Sus números no se corresponden con un delantero del Madrid, como revela que ha anotado en cuatro de los últimos 30 partidos oficiales, pero ante los armeros fue oportuno. Y remató la faena Cristiano, de penalti. Con el portugués ocurre lo contrario, sus cifras certifican a un jugador de época: con 234 goles ya es el tercer mejor goleador de la historia de la Liga, igualado con Hugo Sánchez y solo superado por Zarra y Messi.

No era un día para equipos con piernas de mármol, y menos para este Madrid desnortado. En Ipurua no hay tregua, todo resulta fatigoso. El Eibar muerde, no concede dos toques ni al apuntador, tira de la presión alta y convierte el recinto en un campo de minas. Sin Casemiro en la carpintería, lo advirtieron a la primera Kroos y Modric, que hicieron circular la pelota con fluidez. Por los costados, James, de vuelta a los escenarios, apenas tuvo poso, lo contrario que Kovacic, muy activo, sobre todo en el tajo. Sin embargo, ninguno de los centrocampistas supo descolgarse, infiltrarse entre las selváticas líneas rivales. A este equipo le falta emoción y le sobra ortodoxia.

Eibar, 0 - Real Madrid, 2

Eibar: Riesgo; Capa, Dos Santos, Pantic, Juncà; Escalante, Dani García, Adrián (Verdi, m. 70); Saúl Berjón (Hajrovic, m. 85), Enrich (Arruabarrena, m.86) e Inui. No utilizados: Irureta, Luna, Ramis y Eddy.

Real Madrid: Keylor; Carvajal (Benzema, m. 84), Pepe, Nacho, Danilo; James (Vázquez, m. 64), Modric, Kroos, Kovacic (Casemiro, m. 78); Bale y Cristiano Ronaldo. No utilizados: Casilla, Arbeloa, Cheryshev y Lazo.

Goles: 0-1. M. 42. Bale. 0-2. M. 83. Cristiano Ronaldo (p.)

Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Dos Santos, Kovacic, Pepe, Bale, L.Vázquez, Escalante y Verdi.

Estadio Municipal de Ipurúa. En torno a 6.300 espectadores.

Con la defensa adelantada de los de Mendilibar, el choque requería que sorprendieran los volantes. No fue así, todos estuvieron tan contenidos como los laterales. Lo pagó el Madrid, que jugó más a lo ancho que a lo largo. Hasta el cabezazo exitoso de Bale a un paso del intermedio, solo Cristiano dejó una miga en ataque. El luso perdió un pulso a solas con Riesgo tras una buena asistencia de James. No hubo más pistas del colombiano, futbolista al que Benítez debiera rehabilitar sin más demora. Por lo que sea, James ha perdido pujanza y el Madrid no se lo puede permitir. Fue precisamente el cafetero quien jugó en corto con Modric en un córner y el centro con pie de seda del croata lo remachó Bale, que estuvo a un dedo del segundo justo antes del parón. Un varapalo para el Eibar, que rumiaba ya el descanso tras un primer acto muy meritorio. Máxime por la ausencia de sus dos mejores agitadores en ataque, Borja Bastón, lesionado, y Keko, sancionado. Demasiado lastre para un equipo al que no le sobra de nada.

El Madrid perdió hilo tras el descanso, se volvió más impreciso ante el paso al frente de su rival. El Eibar no es un conjunto que especule, su trama es cristalina: se afana con todo por conquistar el balón y luego no se demora en la ofensiva. Va por la directa, sobremanera por las bandas. Sin su goleador Bastón, careció de chicha cerca de Keylor Navas, donde Nacho y Pepe arrestaron a Enrich. Benítez entendió que el envite del Eibar era por las orillas y retiró a James para dar carrete a Lucas Vázquez, jugador de mayor recorrido que el colombiano, más predispuesto para la media punta.

Pese al fogueo del Eibar, el encuentro estaba en el aire, con Cristiano como única amenaza para los locales. Sin rastro de Bale, ningún madridista sumaba en ataque. Pero el portugués perdió otros dos retos con Riesgo y, de inmediato, Benítez quiso conservar el botín con la entrada de Casemiro por Kovacic. Hasta que en un errático saque de banda cerca del área visitante –curioso, porque no fue el primer fallo igual de parvulario-, contragolpeó el Madrid y Dani García pareció derribar a Lucas con el talón izquierdo. Cristiano embocó y dio más vidilla a los suyos, que por enésima vez vieron a caer a un jugador, esta vez Carvajal, lesionado en el tramo final. Es hora de un congreso médico en la casa blanca. Mientras tanto, en estos tiempos de confusión, toda victoria es gloria bendita. Sin encanto alguno, en estos días de resaca infinita tras el clásico, solo cabe sudar.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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