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España busca otra vez a Diego Costa

La selección, con el ariete del Chelsea en el punto de mira, se examina ante una Inglaterra con más cartel que éxitos

Los jugadores de España, durante un entrenamiento./ Foto: EFE/ Vídeo: ATLASFoto: atlas
José Sámano

Inglaterra suena bien, más que bien. La realidad futbolera es otra: una gran final desde que en 1872 jugara contra Escocia el primer duelo internacional de selecciones del que hay constancia. Con los ingleses no importan los datos, su eco vedettista trasciende y como todo lo anglosajón vende y vende. Por ello, un duelo futbolístico con Inglaterra siempre tiene cartel, la gente repara más en lo nominal que en el hecho de que esta selección solo estuvo a la altura en su Mundial, allá por 1966, cuando se impuso a Alemania en la única final de la historia que consagró la impopularidad de un linier, Tofik Bakhramov, que vio lo que nadie vio, un gol del local Hurst que no entró. Punto y final, jamás Inglaterra echó un pulso, antes o después, por un título. Lo mismo da, hoy contra España de nuevo los ingleses se presentarán como una selección con voltaje. La propaganda impera. Y a España no le viene mal, son tiempos de reanimación, con la Eurocopa de Francia a siete meses, un parpadeo en esto del fútbol.

Hace más de un siglo que los ingleses se buscan a sí mismos fuera de las Islas, sin reparar en su involucionismo. Su apostolado les anticipa, así que, pese a todo, tienen caché. El “ombliguismo” les ha condicionado de tal manera que el divismo de la Premier les ha perturbado. El dineral ajeno invertido en su competición no camufla el extravío de su fútbol, en cuya liga ni siquiera el 50% es seleccionable, donde la influencia externa –solo hay cinco entrenadores ingleses- le ha enrocado en las dudas: la pureza o la influencia exterior. Inglaterra ha culminado una buena fase de clasificación para la próxima Eurocopa, pero su bacheado pasado en las horas cumbres le persigue.

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En Alicante, la nueva generación que alista Roy Hodgson, de 68 años, medirá a la España que examina Vicente del Bosque, que con la clasificación lograda para Francia 2016, se plantea el partido como probeta. Sobre todo en la delantera, donde el regreso de Diego Costa, un gol en nueve partidos y 667 minutos, tiene al equipo en vilo. Sus oportunidades se agotan, por más que el seleccionador, paciente como es, aún tense la caña. Bajas al margen, la delantera es el gran quebradero de cabeza para ambas selecciones. Hodgson anunció ayer que se reservará a Rooney, su capitán y gran pretoriano. Harry Kane y Jamie Vardy son sus “costa”. Eso sí, los técnicos españoles tienen una enorme consideración sobre esta nueva Inglaterra: “En cuanto tenga un poco de organización va a ser un equipazo, tienen mucho potencial e individualmente son muy fuertes”, subrayó Del Bosque, que no olvidó que los ingleses han ganado todos los partidos de clasificación para Francia. En Alicante, al abrigo de la colonia de Benidorm y otras zonas costeras de jubileo, tendrán amparo con miles de seguidores.

Del Bosque, que probó ayer con el brasileño hispanizado como titular, tiene recámara: Morata y Paco Alcácer. A Diego Costa le tiene en el diván, falta le hace, porque sus enésimas reyertas en la Premier tienen desvelado al técnico, que busca la tecla. “Sabemos cómo es el carácter de Diego Costa, él no viene aquí por una imposición o porque tenga una deuda; no me gustaría que pensara que viene por un pacto pasado, sino porque creemos en él”, dijo Del Bosque, ya casi su único mecenas en la actualidad. Si Costa es el gran tormento del míster, el segundo es Piqué, de nuevo pitado, esta vez en Alicante, como en Oviedo, Logroño y otras plazas. “Lo insólito sería que ya no le pitaran, hay una corriente que ya es imposible de parar”, asumió el seleccionador. El Halloween de Getafe, real o exagerado por el presidente azulón, en poco ayuda.

Metabolizado el problema con el central azulgrana y los insomnios con Diego Costa, el choque tiene miga. A España, además del duelo del Rico Pérez, solo le restan otros tres encuentros de laboratorio antes de la cita francesa, Bélgica, el próximo martes, e Italia y Rumanía en marzo. Los plazos menguan y al equipo le faltan perfiles definidos en defensa y ataque, o sea, en las dos áreas. Solo el medio campo, con Busquets e Iniesta como guardianes, está modulado. Inglaterra, con más tirón que realismo, siempre sirve de banco de pruebas. Ya no son los tiempos del gol de Zarra, el primer gran brindis español del NO-DO a falta de podios, pero aún luce el póster de un partido así.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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