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El COI defiende la pureza de los controles antidopaje de Sochi

El organismo olímpico advierte de que si al final hubiera “dudas sólidas” sobre la intervención policial en el laboratorio, ordenaría reanalizar las muestras congeladas

Carlos Arribas
Putin, en la inauguración de los Mundiales de atletismo Moscú 2013.
Putin, en la inauguración de los Mundiales de atletismo Moscú 2013.Chema Moya (EFE)

Bajo la superficie de espanto común y unanimidad con que fue recibido el informe Pound que desvelaba la amplitud desoladora del dopaje de Estado en el atletismo de la Rusia de Vladimir Putin, algunas contradicciones entre los grandes organismos deportivos han comenzado a asomar.

La federación internacional de atletismo (IAAF) reaccionó con prudencia a la recomendación de suspender inmediatamente a la federación rusa, que solicitó clemencia, pues sus manos están atadas por elementos que aún no se han hecho públicos plenamente: la implicación connivente del expresidente Lamine Diack; la complacencia pasiva o ciega de su vicepresidente durante años y ahora presidente, Sebastian Coe; la posible extensión de la trama que extorsionaba y recibía sobornos a cambio del silencio sobre atletas dopados; el silencio de los investigadores sobre las sospechas de que problemas similares, aunque no tan explosivos como los rusos, se produzcan en los países punteros del atletismo actual, Jamaica, Kenia o Etiopía...

La Agencia Mundial Antidopaje (AMA), el organismo que puso en marcha la investigación a raíz de las denuncias de la televisión alemana ARD, y que ha agarrado la batuta para dirigir las operaciones, ha sido, evidentemente, el primero que ha accedido a las recomendaciones del informe y ha suspendido de manera indefinida y con efecto inmediato al laboratorio antidopaje de Moscú, uno de los nidos de corrupción, donde su director, Grigory Rodchenkov destruyó 1.417 muestras sospechosas y aceptaba sobornos por no declarar positivos los análisis más evidentes. El establecimiento no podrá analizar más muestras y las que conserva en sus neveras serán transportadas, en un convoy vigilado por funcionarios de la AMA a un laboratorio acreditado cuyo nombre no se ha desvelado.

Celoso quizás del poder asumido por la AMA en las tareas de limpieza, el Comité Olímpico Internacional (COI) emitió un comunicado en el que ponía en duda una de las revelaciones más espectaculares del informe Pound, aquella que refería que agentes del FSB, la policía secreta de Putin, controló el laboratorio de Moscú y también el organizado en Sochi para realizar los análisis antidopaje de los Juegos de Invierno de 2014. “El COI confía aún en el informe que los inspectores independientes de la AMA presentaron después de los Juegos, en el que reflejaban que todo se había desarrollado con normalidad”, se lee en un comunicado en el que anuncia la expulsión efectiva de sus filas de Lamine Diack, hasta ahora miembro honorario, reclama a la IAAF que cumpla con sus obligaciones y recuerda que cuando se tengan los nombres de todos los atletas culpables se procederá a borrar su nombre del palmarés de los Juegos de Londres y se atribuirán sus medallas a atletas limpios.

Operación Augías

“De todas maneras”, concluye el comunicado del organismo presidido por Thomas Bach, “el COI conservará durante 10 años las muestras congeladas de los Juegos y si las dudas aumentaran se procedería a su reanálisis”.

Visto el comienzo de las desavenencias y el juego de intereses creados entre los organismos, a los que buscan la verdad solo parece quedarles la fe en que en Navidades, como anunció Pound, la Interpol haya concluido la Operación Augías (llamada así por una de las pruebas de Hércules, la limpieza del estiércol unos establos gigantescos), en la que se está investigando hasta el banco de Singapur en el que supuestamente la familia Diack depositaba el fruto de sus chantajes, y pueda hacerse pública la segunda parte del informe Pound, aquella que relata las interioridades de la desangrada IAAF.

Los Comunes convocan a Coe

El Parlamento británico ha solicitado la comparecencia de Lord Sebastian Coe, presidente de la IAAF, para que explique cómo no pudo darse cuenta de nada de lo que ocurría bajo sus narices durante los años en que fue vicepresidente primero de la federación internacional en la directiva del expresidente imputado Lamine Diack, a quien llegó a considerar su “padre espiritual”.

Asimismo, le preguntarán si no es contradictorio con su cargo que no dimita de su puesto de embajador a sueldo de la marca Nike.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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