Y Jackson Martínez encontró la paz
El colombiano acabó ante el Astana con su sequía goleadora "Fue una liberación, llevo mucho tiempo trabajando para el equipo", aseguró
Que tiene una enorme confianza en sí mismo queda bastante claro al mirarle a la cara. Lleva marcando goles tanto tiempo que le resulta hasta monótono (62 dianas en las últimas dos temporadas con el Oporto). Hasta que dejó de serlo. En la goleada ante el Astana Jackson Martínez vivió ayer uno de esos reencuentros de película, donde los dos protagonistas corren el uno hacia el otro a cámara lenta para fundirse en un abrazo dentro de un gigantesco primer plano. No fue tan emotivo, pero sí igualmente sentimental. Su gol, el segundo que marca con el Atlético en toda la temporada (el primero se lo hizo al Sevilla en Liga), no pasará a la historia del Atlético por su belleza (el de Saúl e incluso el de Óliver sí que lo merecen), pero sí valdrá para dar por concluida una racha nefasta para el delantero colombiano, que acaba con una sequía de ocho partidos consecutivos sin ver puerta (en el mes septiembre se fue de vacío).
Yo estaba tranquilo aunque el gol no llegara. Ahora espero seguir de la misma manera"
"Es una alegría de todo el equipo, llevo mucho trabajando para ayudar al equipo", aseguró Jackson tras el partido. Pero la palabra clave, la que definía ese sentimiento que le había atenazado durante las últimas semanas, tardó poco en salir. "Fue como una liberación por lo que había pasado en los choques anteriores", confió. De esa liberación habló también Simeone en sala de prensa. "Ya se sabe, los delanteros viven del gol", advirtió el técnico rojiblanco. Sin embargo, la agonía de Jackson era también la suya. Y se pudo ver cuando el colombiano marcó gracias a un remate con la pierna izquierda que golpeó en un defensa y en el brazo del portero del Astana. Su entrenador sonrió, se alegró como si fuera él quien estuviera en el centro de esa enorme piña con la que sus jugadores rodearon a Jackson. Había mucho más que celebrar que el gol.
"Yo estaba tranquilo aunque el gol no llegara. Ahora espero seguir de la misma manera", concluyó Jackson tras el partido. "Ojalá lleguen muchos más", añadió después Saúl. Lo cierto es que ante el Astana, el colombiano remató en cuatro ocasiones: dos fueron entre los tres palos (el árbitro le anuló un gol por fuera de juego) y el otro acabó en gol. Ahora lo que todo el entorno rojiblanco desea es que esta racha quede en el olvido y el jugador, ahora sí, juegue tranquilo, sin estrés, en paz.
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