El Sporting saca un punto de la nada

Por un momento, el proyecto multinacional de Quique Pina pareció imponerse a la receta casera de Abelardo Fernández. Con 1-3 y a falta de un cuarto de hora, el Granada lo tuvo todo a favor para sentenciar a un Sporting descontrolado. Pero Thievy y Rubén Pérez fallaron lo inimaginable, Manuel Lopes y Doria se fueron al vestuario antes de tiempo y los chavales de Gijón creyeron en la remontada. La materializaron Nacho Cases y Guerrero para desgracia de Sandoval, que ya en su época en Gijón pasó por algún trance parecido.

Como ocurriera frente al Betis, al Sporting le duró poco su efervescencia juvenil. Lo suficiente para marcar muy pronto un gol en una de las especialidad de la casa, la estrategia. Un córner sacado en corto por el Sporting pilló dormida a la defensa del Granada y especialmente a Krhin, que habilitó el centro de Lora y el cabezazo sencillo de Bernardo. La intensidad gijonesa acogotó un buen rato a un Granada sorprendido por la vitalidad del rival. Y encontró en Success la palanca para cambiar el rumbo del partido. Suya fue la jugada del 1-1, consumada con una mezcla de habilidad de El Arabi para rematar de tacón y Piti para desviarlo hacia la portería de forma casual.

El empate destempló al Sporting y convenció al Granada de su superioridad. Y agigantó a Success, que presentó su candidatura al gol de la jornada con una rosca desde el borde del área imposible para Alberto. Movió pieza Abelardo en el descanso para tener más presencia en el área, pero el Granada tenía la sartén por el mango y la suerte de su parte. Porque volvió a marcar gracias al rechace de Sergio Álvarez en un tiro de El Arabi desde la frontal. Justo antes, el árbitro había ignorado un penalti de Doria a Lora. Fue la última vez que El Molinón abroncó a Álvarez Izquierdo, que expulsó a Miguel Lopes a falta de diez minutos

A falta de claridad en el juego, el Sporting tiró de coraje y recibió la recompensa tras moverse en el alambre. Rubén Pérez falló un gol a lo Cardeñosa y Nacho Cases alimentó la fe con un gol a falta de tres minutos. Ya en el descuento, Doria dejó a su equipo con nueve y los peores presagios de Sandoval se cumplieron tras un balón a la olla que cayó a los pies de Guerrero, que se estrenó a lo grande en Primera.