Sainz corre en Sochi

Menos de siete minutos tardaron los comisarios médicos de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en darle el ok a Carlos Sainz para que pueda participar esta tarde (13:00 horas, Antena 3, TV-3 y Movistar +) en el Gran Premio de Rusia de Fórmula 1. Sainz salió del pabellón de Toro Rosso a las 10.55 de este domingo y se fue directo al centro médico, y antes de las 11:10 ya estaba de vuelta con la aprobación."Lo mejor que puedo hacer es correr. Evidentemente, no estoy al 100 % de mis condiciones físicas, tengo la espalda y el cuello agarrotados, pero quiero correr. Los médicos me han dicho que puedo, pero que al primer problema, no sea tonto y pare. La primera vez que pase por aquella curva será emocionante", dijo Sainz, a una hora de meterse de nuevo en su coche, aquel que seguramente le salvó la vida en el accidente más aparatoso que ha sufrido hasta ahora.

Los médicos me han dicho que no sea tonto y que al menor problema, pare", asegura el madrileño

En la tercera sesión de ensayos libres del sábado, el español abordó la frenada anterior a la curva 13, bloqueó las ruedas traseras y se fue contra el muro exterior de la pista, convirtiendo el bólido en un proyectil descontrolado. El STR10 salió despedido hasta estrellarse contra las barreras de protección a unos 150 kilómetros por hora. "Fue un golpe muy duro, creo que me dijeron que de unas 46 G's. En ningún momento perdí la consciencia, solo la respiración unos 10 segundos. Estaba agobiado, sobre todo porque no podía expresar que me encontraba bien", convino el chico. Como la radio del monoplaza dejó de funcionar, la única señal que pudo mandar fue ir bajando marchas hasta poner el punto muerto, antes de apagar el motor.

Los comisarios tardaron 17 minutos en liberarle, y media hora más en evacuarle en helicóptero. Después de ingresar en el Hospital N.º 4 de Sochi, a 35 kilómetros del circuito, sobre la una y media de la tarde, al madrileño se le realizaron los exámenes oportunos, entre ellos un escáner completo, que confirmaron que no sufría ninguna lesión. Ya por la tarde, Toro Rosso mandó un comunicado en el que anunció que los médicos habían recomendado al corredor que pasara la noche en el hospital, básicamente por precaución, pero en el momento en que la nota se hizo pública una delegación de la estructura italiana ya trataba de agilizar los trámites para que el chico pudiera irse a dormir al hotel. Finalmente, Sainz abandonó la clínica sobre las ocho y acompañado de Borja, su agente, y de Sam Village, su entrenador y su sombra en la F-1.

Media hora más tarde llegó al hotel, ubicado a un par de kilómetros del trazado, tras conducir él mismo el coche. Su andar era robótico, muy tieso, y se le veía algo magullado pero tranquilo. Una vez allí se puso en manos del fisioterapeuta del equipo, pidió que le subieran la cena a su habitación, y se tumbó a dormir. Ya por la mañana, el hijo del bicampeón del mundo de rallies se levantó a eso de las siete y media, desayunó y se fue hacia el circuito. En la pista, más tratamiento fisioterapéutico antes de ir a visitar a la comisión médica de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), a las once en punto, que le dio la luz verde.