Mustafi recoge el testigo de Otamendi

Pocos reparan en la edad de Shkodran Mustafi. Su apariencia física y su porte concentrado y serio no reflejan los escasos 23 años. Parece un veterano. Y se comporta como tal, ejerciendo de líder del equipo y uno de los pesos pesados del vestuario del Valencia. La falta de carácter de los capitanes, Parejo o Javi Fuego (Alcácer es el tercero), la compensa el central alemán, que igual arenga a sus compañeros y a la grada de Mestalla, como es el primero en pedir explicaciones a los árbitros si considera una decisión injusta.

La marcha de Otamendi al City el pasado verano amplifica el papel de Mustafi en la defensa y en el grupo. La rabia y la alegría con la que exteriorizó su gol ante el Granada el pasado viernes refleja su temperamento. En la derrota ante el Espanyol en Cornellà-El Prat una semana atrás, el central germano no fue convocado.

Arenga a sus compañeros y a la grada de Mestalla, y suele ser el primero en reclamar a los árbitros

Tal vez la madurez de Mustafi es reflejo de su vida nómada. Nacido en Bad Hersfeld, una población del centro de Alemania de 30.000 habitantes, Mustafi, de origen albanés, se trasladó al norte del país siendo cadete, fichando a los 14 años por el Hamburgo. A los 17 fue requerido por el Everton. En diciembre del 2009, David Moyes, el ahora entrenador de la Real Sociedad, le hizo debutar en la Liga Europa ante el BATE Borisov. Permaneció tres temporadas en Liverpool y no llegó a debutar oficialmente en la Premier. Con 20 años se mudó a Genova para firmar por la Sampdoria, por aquel entonces en la Serie B italiana. Solo jugó un partido en todo el curso en el que el conjunto genovés ascendió a la Serie A.

En su primer año en la máxima categoría italiana jugó 17 partidos. En la siguiente se consolidó en la defensa de la Samp, de central o lateral derecho, y se ganó un billete para el Mundial de Brasil, donde salió campeón con Alemania. Rufete, aprovechando que a Mustafi le quedaban dos años de contrato con la Sampdoria, se lo trajo al Valencia por ocho millones. Una ganga visto el rendimiento del alemán, que en su primer año en Mestalla disputó 33 partidos de Liga, anotando cuatro goles y formando con Otamendi una gran pareja de centrales.

Mustafi es políglota. Habla alemán, inglés, italiano, el dialecto de Kosovo y español. Fuera del terreno de juego se comporta y viste como un joven de su edad, con jovialidad y alegría, mostrándose amable con los aficionados. Conduce un deportivo alemán color naranja metalizado. Un guiño más para la afición taronja.

En la convocatoria de 21 jugadores para enfrentarse al Lyon se encuentra Ryan. El portero australiano ha recortado plazos en su recuperación de la operación de menisco. Nuno no podrá contar, sin embargo, con Bakkali, el más destacado en las últimas jornadas, incomprensiblemente no inscrito en la lista de 23 jugadores para la Champions.

En el Lyon, la responsabilidad ofensiva recae en Lacazette, 'pichichi' en Francia el año pasado

Tras perder ante el Zenit en Mestalla en la primera jornada, el Valencia agradeció el empate del Olympique de Lyon ante el Gante. En el estadio Gerland, el conjunto de Nuno está obligado a no perder ante el conjunto de Hubert Fournier, que no ha arrancado bien la temporada, con tres victorias, tres empates y dos derrotas que le sitúan a ocho puntos del PSG, líder de la Ligue 1. Nuno reforzará el centro del campo con Javi Fuego, Parejo y Enzo Pérez. El Lyon juega en la medular con Gonalons en la contención y Valbuena en la mediapunta. Fichado por 12 millones deal Málaga, Sergi Darder puede actuar en una de las bandas. La responsabilidad del gol recae en Lacazette, máximo goleador de la liga francesa la pasada temporada con 27 tantos (tan solo ha anotado uno en el presente curso).

La pretensión de Nuno es que el Valencia no se desorganice. Le faltará en cambio picante con la baja de Gayà, creatividad por la ausencia de André Gomes y chispa y desborde sin Bakkali.