Inglaterra ordena el caos de Fiyi
Los anfitriones, espoleados por su zaguero Mike Brown, vencen con punto bonus (35-11) en la cita inaugural
Inglaterra se ha impuesto este viernes en la cita inaugural de su Mundial a las circunstancias, partiendo de la rareza de cambiarse en el vestuario visitante de su fortín. El blanco en Twickenham lo llevó Fiyi, un rival que amenaza con trasladar su deliciosa locura a cada cita, que exige mantener los cánones intactos, la confianza en la corrección. Pese a su mejorable regreso de vestuarios, el XV de la Rosa mantuvo a tono el físico y mental para sacar el máximo rendimiento a la noche: victoria (35-11) y el punto bonus de los cuatro ensayos. No cabía el traspié en un grupo que busca una víctima entre los anfitriones, Gales y Australia.
Las horas previas al encuentro sirvieron a la masa rugbística londinense de un escenario único. La estación de tren de Waterloo, punto de partida hacia Twickenham, estaba plagada de impolutas sudaderas blancas y despertaba un sonido atronador. Inglaterra quiere aprovechar su legado de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, por más que Escocia o Gales puedan argumentar lo mismo. El estadio también quiere jugar, y lo hizo desde la presentación, con un grito infinito a Martin Johnson, capitán del XV inglés que consiguió el título en 2003. Tales eran las ganas que el público se adelantó en la cuenta atrás a la patada inicial.
Inglaterra, 35 - Fiyi, 11
Inglaterra: 15 – Mike Brown; 14 – Anthony Watson, 13 – Jonathan Joseph, 12 – Brad Barritt (Sam Burgess (m.62), 11 – Jonny May; 10 – George Ford (Owen Farrell, m.62); 9 – Ben Youngs (Joe Lanchbury, m.51); 1 – Joe Marler (Marko Vunipola, m.51), 2 – Tom Youngs, 3 – Dan Cole, 4 – Geoff Parling (Billy Vunipola m.51), 5 –Courtney Lawes, 6 –Tom Wood, 7 – Chris Robshaw, 8 – Ben Morgan (Richard Wigglesworth, m.51).
Fiji: 15 – Metuisela Talebula; 14 – Waisea Nayacalevu (Isei Colati, m.76), 13 – Vereniki Goneva, 12 – Gabiriele Lovobalavu, 11 – Nemani Nadolo; 10 – Ben Volavola, 9 – Nikola Matawalu; 1 – Campese Ma'afu (Peni Ravai, m.76), 2 – Sunia Koto, 3 – Manasa Saulo; 4 – Apisalome Ratuniyarawa (Tevita Cavubati, min.41), 5 – Leone Nakarawa; 6 – Dominiko Waqaniburotu (Peceli Yato, m.62), 7 – Akapusi Qera, 8 – Sakiusa Masi Matadigo.
Árbitros: Jaco Peyper (Sudáfrica), asistido por los también sudafricanos Stuart Berry, Shaun Veldsman y el irlandés John Lacey. Castigaron con sin bin a Matawalu.
El rugby vive un periodo de mezcla de eras. La modernidad, indudable para el tercer evento deportivo más masivo del planeta, asola la conocida catedral del rugby con una lluvia infinita de focos, aderezada con fogonazos para recibir a los jugadores. Después, la tradición, con la grada cantando a capela el mítico Sweet love, sweet chariot paran ensordecer la Bole fijana y que la danza solo fue audible en unos pocos metros de campo.
Inglaterra quiso llevar el partido por unos cauces previsibles, incitando a un rival con el sambenito de anárquico a que cometiera errores. A los noventa segundos llegó el primero, a la hora de recibir una patada aparentemente cómoda. La melé en territorio fijiano desembocó en un golpe de castigo centrado que George Ford, bendecido por el silencio sepulcral de la grada, materializó sin apuros. Minutos después, su homónimo, Ben Volavola, estrellaría una patada bastante más escorada contra el poste.
Sin necesitar grandes méritos, los anfitriones se plantaron en la línea de 22 rival y Fiyi no encontró dentro de la legalidad la forma para derribar la plataforma. Nikola Matawalu se tomó la justicia por su mano cuando los ingleses rozaban tierra prometida, forzando al árbitro a señalar ensayo de castigo y a mandarle 10 minutos al banco. Fiji estuvo cerca de sortear la tormenta, pero encajaría su segundo ensayo cuando apenas faltaban segundos para recuperar la igualdad. Los oceánicos perdieron una touch junto a su guarida y el todoterreno Mike Brown posó el oval tras un buen quiebro y un placaje mejorable.
Herido en su orgullo, Matawalu regresó enfurecido y pareció resarcirse tras un gran sprint junto a la banda que le permitió llevar el balón a la zona de marca rival, pero no respondió con júbilo a los abrazos. No pudo sostener el balón a la hora de posar y el colegiado lo anulo tras la repetición. No se vinieron abajo los fijianos, que se adueñaron del oval tras la melé y anotaron de la mano de Nemani Nadolo. El ala, comparado por los más optimistas con la era incipiente de Jonah Lomu, recogió una patada celestial de Volavola, tanto por su altura como por su plasticidad. Segundos después, la misma bota estrelló contra el suelo un esperpento de transformación. Contradicciones de un rugby pasional y por ende ambivalente.
El cuadro de Stuart Lancaster no quería llegar con el choque en duda al final ante un rival con tanto músculo. El pie de Ford encontraba a menudo el caos en la retaguardia fijiana, incapaz de discutir la balanza territorial para estrechar los diez puntos que se llevó al vestuario. Con un dominio inglés sin mordiente en los metros finales, la dureza presidió los primeros 20 minutos del segundo acto, estériles en el marcador y con Tom Wood rondando la amarilla tras un placaje excesivo.
Fiyi devolvió el susurro a Twickenham con un golpe de castigo que les acercó a un ensayo transformado con menos de cuarto de hora por jugar. Restableció el marcador Farrell con una patada cómoda y la grada recuperó el tono melódico hasta que el rocoso Brown puso la puntilla. El zaguero aprovechó una cesión oportuna de Farrell desde el raso y sobrevivió a un rival que se le tiró literalmente a la nuca. Con la presa ya cazada, Inglaterra buscó el punto bonus de los cuatro ensayos. Lo rozó un Brown exponencial con el paso del choque, pero lo conseguiría Billy Vunipola con un segundo esfuerzo sobre la línea. La revisión de video sobre el descuento validó el júbilo final de una grada que también juega.
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