El balón ya no es solo oval en Gales
Bale lidera a una selección que hace cinco años era la 112 del ránking FIFA y hoy es novena
Hace cinco años la selección del País de Gales estaba en las catacumbas del fútbol, ubicada en el puesto 112 del ránking FIFA por detrás de Gambia, Níger o Mozambique. Además, si se consideraba al continente europeo, tan solo aventajaba a las cenicientas menos vigorosas en cuanto a resultados. En ese suelo, tras el fracaso de John Toshack en el enésimo intento de relanzar al equipo, llegó el trago más difícil cuando en noviembre de 2011 el nuevo seleccionador Gary Speed, antigua gloria del combinado y de Leeds o Newcastle, apareció ahorcado en su domicilio.
Hoy Gales es novena del mismo ránking que entonces dejaba constancia de sus desastres, se erige por encima de España o de Inglaterra, vecinos a los que supera por primera vez en esa clasificación. "De nada valdría todo eso si no nos clasificamos para la próxima Eurocopa", zanja Chris Coleman, que tomó el puesto tras la muerte de Speed. Está a un paso de lograrlo. La pasada noche jugó en Chipre y este domingo recibe a Israel para alcanzar el objetivo. Si no lo logra tendrá dos opciones más en octubre, la última de ellas en casa contra la asequible Andorra.
Gales transita por un camino que no explora desde casi 60 años. En 1958 jugó su único gran torneo de selecciones. Fue en Suecia y acabó en una dignísima quinta plaza tras caer en cuartos de final ante Brasil en un partido que todavía es histórico porque alumbró al goleador más joven de la historia de la Copa del Mundo, entonces un chiquillo de 17 años que se presentaba en sociedad bajó el apodo de Pelé.
Gales llegó a aquel Mundial tras caer eliminado en primera instancia y tener acceso a una repesca contra Israel, para quien la FIFA no encontró un rival asiático con el que cruzarse. Tras aquella epopeya escandinava, se hizo la noche futbolística en el país del rugby, del que surgieron individualidades de singular talento con el balón redondo, pero no tanto un equipo, desafortunado también cuando en uno de sus topes, en 1985, se quedó a un paso del Mundial mexicano en dura pugna con España y Escocia.
Posiblemente aquella escuadra, con el mejor portero británico del momento, Southall, o dos zagueros que con él conformaban un Everton memorable como Ratcliffe o Van den Hauwe y, sobre todo, dos delanteros de primera línea como Mark Hughes e Ian Rush, fuese un equipo más poderoso que el actual.
Atrás quedó también el equipo de los noventa e inicio del siglo XXI en la mejor época de Ryan Giggs o el propio Gary Speed, con delanteros como Craig Bellamy o Dean Saunders también en nómina. Pero es ahora y con el grupo actual cuando la historia está a punto de reescribirse.
Cuatro británicos con opciones
El regreso de las eliminatorias de la próxima Eurocopa trae novedades en selecciones de peso que todavía tienen en entredicho su acceso a la competición que se celebrará en Francia entre el próximo 10 de junio y del julio. En Holanda debutó anoche como seleccionador Danny Blind, aquel elegante central del Ajax de Van Gaal, que sucede a Guus Hiddink cuando los orange tienen comprometida la clasificación ante la pujanza de Islandia y la República Checa.
En Frankfurt, los alemanes reciben a sus vecinos polacos, que les aventajan en un punto y les habían superado en Varsovia hace un año. "Estamos en apuros y tenemos que ganar los dos próximos partidos", asume Joachim Löw, técnico germano. Escocia es la tercera en discordia y hay que considerar que esa plaza daría en el peor de los casos acceso a una repesca.
Mientras tanto, en las lejanas Islas Feroe, puede dar un paso decisivo para estar en Francia un invitado inesperado, Irlanda del Norte. Solo una vez los cuatro equipos británicos coincidieron en la fase final de una gran competición futbolística. Fue en el Mundial de Suecia en 1958.
El líder del equipo de Chris Coleman, de efímero paso por la Real Sociedad hace ocho años, es indiscutido y no ha dejado de demostrarlo en los primeros seis partidos de la fase de clasificación para la Eurocopa. De ocho goles anotados por Gales, cinco los ha firmado el futbolista del Real Madrid, que en el esquema que suele emplear Coleman juega más centrado, en una posición semejante a la que Rafa Benítez le encomienda ahora en su club. Pero el lema del equipo es "Juntos, más fuertes" y sólo así se entiende a este combo de hierro que ha concedido dos goles en seis partidos.
El equipo corre tras Bale, pero se articula en medio campo con Joe Allen y Aaron Ramsey, centrocampistas de Liverpool y Arsenal respectivamente, y se cierra con Ashley Williams, capitán y experto central del Swansea. "Bale es uno de los mejores del mundo, le tenemos con nosotros y es una gran ventaja, pero tenemos algo más. Somos un buen equipo, no el fruto de un único futbolista", afirma Coleman.
A pocos días de iniciarse el Mundial de rugby en Gales, no se habla de otra cosa que del partido de fútbol del domingo en el Cardiff City Stadium contra Israel, también un rival que trae consigo un guiño de aquella vieja historia de 1958. "Si logramos clasificarnos el fútbol podrá acercarse en expectación al rugby", pronosticó Gareth Bale cuando se inició la fase eliminatoria de la próxima Eurocopa. Hace ya siete años que el equipo no juega en el Millenium Stadium, siempre abarrotado para presenciar el rugby y del que se fue porque no era capaz de llenarlo, pero ya se apunta la posibilidad de un regreso porque ya no sólo hay balones ovales en el País de Gales.
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