Primera prueba para Benítez y el ‘nuevo’ Bale

Le preguntaron en una entrevista a Rafael Benítez, cuando entrenaba al Nápoles, qué es el fútbol. “El fútbol es una mentira”, contestó. “Hay verdades que no conviene decir en público. Sé perfectamente cuando uno de mis jugadores ha hecho un mal partido, pero nunca lo admitiré públicamente porque lo quemaría y lo necesito. Pero en privado es mi derecho y obligación hablar con él, decirle donde se ha equivocado y qué debe hacer para no repetir los mismos errores. Para eso sirve un entrenador”, explicaba el técnico español.

En el Real Madrid el foco nunca es el entrenador el que falla y los futbolistas los que aciertan. Lo sabe Benítez. Ayer volvió a asegurar que conoce perfectamente las necesidades —ganar, básicamente— de este club y que eso no le quita el sueño. Los blancos no ganan la Liga desde la de los 100 puntos de Mourinho (2012). En los últimos 15 años solo ha conseguido cinco.

“He sentido emociones desde el principio, desde la vuelta a casa, la presentación, el debut en el Bernabéu contra el Galatasaray… He sentido orgullo, satisfacción y emoción y espero sentir alegría mañana después del debut liguero”, confiesa Benítez. A las 20.30 en El Molinón (Movistar +) y contra el Sporting arranca su aventura en el banquillo del Madrid. Un banquillo en el que en los últimos diez años sólo Mourinho consiguió sentarse más de dos.

“Quiero que dentro de unos meses definan a mi Madrid como un equipo que gana, que juega bien, que entretiene y divierte y a la vez mantiene el equilibrio. Hay que marcar goles y hacer que el rival no los marque porque eso te da más opciones de ganar títulos”, asegura Benítez, que contra el Sporting no podrá contar con Karim Benzema (problema muscular) y que tiene a su disposición seis nuevos jugadores respecto al equipo de Carlo Ancelotti. Entre ellos, Casemiro y Kovacic. Hay, por lo tanto, relevo para la pareja Modric-Kroos —la zona del campo más descubierta el año pasado— y hay un nuevo Bale.

El galés empieza su tercera campaña en Chamartín de mediapunta. Todavía no ha conseguido firmar una temporada redonda y el público se lo recordó con pitos en el Trofeo Bernabéu. El galés quiere participar más en el juego del Madrid y por eso le pidió a Benítez que le colocara de enganche en el 4-2-3-1. Interpreta Bale que allí puede conectar más con sus compañeros y el técnico ha accedido a sus peticiones. Una concesión importante teniendo en cuenta que en la plantilla hay especialistas en el último pase como son James e Isco.

En pretemporada no se le ha visto cómodo a Bale en la posición de enganche y en espacios reducidos. Sobre el papel se acerca más al gol y a la portería, pero la falta de metros para lucir zancada reduce su potencial. “Le da espacio al equipo”, sostiene Benítez al que ayer le preguntaron qué características ha visto en Bale para colocarle de mediapunta.

“Velocidad, disparo, desequilibrio y poderío físico que los otros no tienen. James e Isco tienen más manejo del balón. Bale no estará fijo allí, puede dejarse caer a banda y centrar. Dentro de un orden, los de arriba tienen libertad para moverse y esa compenetración nos permite ser más imprevisibles”, contestó el técnico del Madrid. “Que cada uno desarrolle sus características donde se siente más cómodo y para que el Madrid se beneficie”, añadió.

Bale se siente más cómodo en la mediapunta. Quiere participar más. Sentirse importante. El pasado 13 de mayo, después de la eliminación en las semifinales de Champions contra la Juve, dijo que “lo que no mata hace más fuerte”. “Mi finalización fue algo mala este año y hay que trabajar para el futuro. Aprenderé mucho de esta temporada en la que no marqué en tantas ocasiones importantes como me hubiese gustado, pero en la que, pese a los altibajos, siento que jugué bien”, se desahogó en las teles inglesas.

Benítez fue a verle nada más aterrizar en Madrid, se desplazó a una concentración de Gales para charlar con él. Hoy los dos empiezan desde cero.