En Brno, Rossi quiere dejar de ser un piloto de domingos
Tras diez podios consecutivos y pese a los buenos resultados, el de Yamaha aspira a clasificarse mejor para sufrir menos en carrera
Han pasado diez años desde la última vez que Valentino Rossi fue capaz de encadenar diez podios de manera consecutiva, como ha hecho esta temporada. Fue el año 2005 y, por supuesto, acabó ganando el título de campeón del mundo, el segundo que lograba con Yamaha. Poco antes, en 2003, su último año en Honda, se subió al podio en todos los grandes premios del curso. Y obviamente, también se llevó el Mundial. Este 2015, a pesar de sus 36 años, esa misma regularidad le ha garantizado el liderato de la clasificación. Al menos de momento, pues Lorenzo –el que más cerca está de impedir que se lleve la décima corona– amenaza con arrebatárselo al mínimo despiste. Y eso trata de evitar Rossi: los despistes.
Para ello debe, sobre todo, agilizar la puesta a punto de la moto de modo que pueda clasificarse mejor –le cuesta, especialmente desde que se pelea por la pole en sólo 15 minutos– y no sufra tanto en las primeras partes de las carreras, cuando debe remontar posiciones. Para lograrlo ha empezado por multiplicar su trabajo y el de su equipo en los libres. Ya lo avisó en Indianápolis, donde, a pesar de la remontada y de haber mejorado unas seis décimas su ritmo de la mañana a la tarde el mismo día de la carrera, el de Yamaha asumió sus carencias: “Tenemos que trabajar mejor para llegar bien a la clasificación. Es mi punto débil”. E inmediatamente después se reunió con su equipo y planificó la estrategia: “Empezaremos el entrenamiento en Brno con dos motos muy diferentes. Queremos encontrar rápido el camino y llegar antes a la puesta a punto idónea”, concedía uno de sus técnicos, Matteo Flamigni.
Hemos podido recopilar muchos datos el primer día, sabemos cuál es el camino a seguir” Valentino Rossi, piloto de Yamaha
Y eso hicieron este viernes, cuando Rossi puso en práctica su nueva táctica: no sólo tenía dos motos muy diferentes, sino que en cada una se debían probar dos reglajes distintos, esto es cuatro configuraciones distintas para los dos primeros libres del fin de semana. No salió mal del todo, aunque podría haber ido mejor de no haberse caído en la segunda sesión –rodaba tras Pedrosa y cayó por culpa del aceite que aquel soltó por la pista– precisamente con la moto “más importante para sacar conclusiones”. “Aun así, hemos hecho un buen trabajo. Y hemos aclarado algunas ideas para que este sábado sólo tengamos que pulir algunos detalles”, anunció. Valentino confía en que agilizar el trabajo previo le acercará a una mejor posición en la parrilla de salida: de momento sólo ha logrado una pole, en Assen, su mejor fin de semana hasta la fecha, con victoria incluida; el resto de ocasiones ha salido siempre desde la segunda (en tres ocasiones) o tercera fila (en seis ocasiones, las más).
Este viernes ha dado el primer paso. Desde el fin de semana de Assen, en el que terminó el primer día de entrenamientos el segundo a dos décimas del más rápido, no se ha acercado a menos de medio segundo del mejor ningún viernes. En Brno se acercó a esa barrera, la del medio segundo, y terminó cuarto, la segunda mejor clasificación en los primeros libres de todo el curso.
Obviamente, tiene cosas que mejorar. “Tengo que recuperar y recortar la distancia que me separa de Jorge”, asumió, pues está lejos del rendimiento de su compañero, el más rápido de la jornada. El trazado checo, cuyo asfalto (envejecido) ofrece ya poco agarre, dificulta el buen trabajo del neumático delantero y eso provoca una perdida de confianza en los pilotos; además, hay muchos baches. Pero Rossi es positivo: “Hemos podido recopilar muchos datos en este primer día, sabemos cuál es el camino a seguir”. No quiere encomendarlo todo a los domingos de carrera.
Pedrosa, con el tobillo inflamado por un fallo mecánico
La horquilla delantera de Dani Pedrosa le jugó una mala pasada. Empezó a perder aceite. Y cuando el piloto quiso darse cuenta ya estaba volando por los aires. Su pie izquierdo golpeó con violencia contra el suelo. “Duele bastante, aunque parece que todo está en su sitio”, explicaba poco después. Aparentemente sólo tiene una inflamación en el tobillo. “Pero es el pie que tengo que utilizar para cambiar de marcha y cuanto más lo muevo más me duele”, asumía. El tobillo izquierdo es aquel que se hizo añicos el año 2003 en Australia, aunque las radiografías que le hicieron mostraron que los tornillos y la placa que fijaron aquel astrágalo están donde tienen que estar. El problema es que era un pie en el que ya tenía una movilidad reducida y el golpe de este viernes le complica algo más las cosas.
La pérdida de aceite de la moto de Pedrosa fue también la causante del accidente, apenas unos segundos antes, de Rossi.
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