La terapia de Pedrosa y el aval de Brno

Dani Pedrosa logró su última victoria hace prácticamente un año. Ocurrió en el mismo escenario en el que este fin de semana se disputa, seguramente por última vez –los problemas para cobrar el canon del año pasado y éste tienen la explicación–, el gran premio de la República Checa. El de Honda rompió entonces con la racha victoriosa de Márquez (10 triunfos consecutivos) después de desprenderse de Lorenzo y merced a un ritmo magnífico. Lo logró, además, a pesar de sufrir terribles molestias en su brazo derecho, aunque eso no lo confesó entonces. Se había operado en mayo del síndrome compartimental y la cirugía no había dado los resultados esperados. Brno, un circuito muy exigente para el físico, que comporta mucho desgaste, con numerosas chicane y apenas metros de recta donde oxigenar los músculos, fue la prueba de que no estaba recuperado: el antebrazo se seguía cargando demasiado. “Gané, pero recuerdo lo que padecí, como también me acuerdo de lo que sufrí en Misano el año pasado”, concede.

Un año después la situación es totalmente distinta. Pedrosa se volvió a operar. Se metió en un quirófano por enésima vez en abril. Y a su vuelta se lo tomó con calma. Su pilotaje ha ido mejorando al tiempo que lo hacía su brazo, que cada día responde mejor a la exigencia de MotoGP, que cada vez se resiente menos del estrés acumulado los fines de semana de carreras. Y ha llegado a Brno con ganas de repetir el triunfo del año pasado. Por fin sabe que puede hacerlo: “En las últimas carreras he estado muy cerca, a ver si puedo dar el salto definitivo después de ir recuperándome progresivamente de la lesión”, asume.

Sólo puedo hacer terapia de recuperación una vez por semana, no siempre que quiera” Dani Pedrosa, piloto de Honda

Entiende que Brno –como Misano unas semanas después– le marcará el camino. Si supera la prueba desde el punto de vista físico significará que, efectivamente, la decisión de operar por tercera vez y someterse a una intervención más agresiva fue lo más idóneo si quería seguir corriendo para ganar. Si supera la prueba confirmará, también, lo acertado de una rehabilitación que le está exigiendo más tiempo del que desean los deportistas de élite: “Sigo una terapia que no me permite trabajar con el antebrazo todas las veces que yo quiera; sólo puedo hacer esta terapia de recuperación una vez por semana. Y cuando las carreras son seguidas, como esta vez, tampoco se puede trabajar de la misma manera”, explica. Pero, asume, se siente cada vez mejor.

Además de su recuperación física también ha influido en los resultados un cambio de estrategia en las salidas, que tanto tiempo le han hecho perder al inicio de las carreras. Desde Sachsenring, donde terminó segundo, utiliza una configuración diferente del embrague. “La otra configuración me iba mejor para la carrera, me permitía ir más rápido y tener un mejor ritmo, pero mis salidas eran tan malas que el compromiso no era bueno”, explica. Le costaba demasiado recuperar la distancia perdida. Ahora cuando se apague el semáforo ya no tendrá ese hándicap. Y su brazo responde Brno avalará que el camino que Pedrosa ha tomado es el correcto.