Vettel se libra de la escabechina

Se podrían llenar varios periódicos enteros contando las infinitas batallas que convirtieron el Gran Premio de Hungría en una auténtica escabechina, una especie de ruleta rusa de la que sólo se escapó ileso Sebastian Vettel, que se adjudicó su segunda victoria de la temporada por delante de Daniil Kvyat y de Ricciardo, su tocayo y compañero en Red Bull. Tanto el quinto puesto de Fernando Alonso como la ausencia en el podio de la pareja de Mercedes da una ligera idea aproximada del tiovivo en el que se convirtió la carrera más igualada, agitada y trepidante en lo que llevamos de calendario. Al margen de Vettel, casi todos los demás pasaron una auténtica odisea que sólo se serenó al cruzar la bandera de cuadros. En un día dedicado íntegramente a la memoria de Jules Bianchi, la vitalidad y determinación del francés inspiró a la mayoría de sus compañeros para que tiraran de su mejor versión.

En Hungría se vio a un Vettel implacable y a un consistente Kimi Raikkonen. Ambos tenían bien encarado el que debía ser el primer doblete en cinco años para Ferrari, hasta que una avería en el SF15-T del finlandés le hizo perder potencia y le llevó de vuelta a los talleres. Una lástima por el trabajo construido a lo largo de un fin de semana que no comenzó la de mejor manera y que, sin embargo, fue enderezándose con el paso de los ensayos.

Hay que trasladarse a 2013 para encontrar un podio sin ninguno de los dos pilotos de Mercedes

Colocados respectivamente el tercero y el quinto en la parrilla de salida, el penúltimo campeón y el de 2007 arrancaron por el carril limpio de asfalto y en un pispas se zamparon a los Mercedes, prácticamente petrificados. Las calamidades se cebaron con Hamilton y Rosberg, que entre pinchazos, topetazos y sanciones terminaron el sexto en el caso del británico y el octavo en el del germano. Hay que trasladarse al Gran Premio de Brasil de 2013 para encontrar una ceremonia del champán en la que no tomara parte ninguno de ellos. En otro escenario esto habría sido mucho más difícil, pero el perfil de este trazado a las afueras de Budapest minimiza la incidencia de los propulsores, circunstancia que en la coyuntura actual da pie a sorpresas como la de ayer. Por un día, Red Bull se olvidó de las angustias que le causa Renault de la misma forma que McLaren pudo volver a sentirse un equipo de carreras sin tener que reñir a los japoneses de Honda. Ferrari volvió a ser Ferrari en la misma medida que Vettel hizo de Vettel.

Con esta última victoria, Vettel llega a las 41 e iguala a Ayrton Senna

El tetracampeón (2010-2013) ha encajado de maravilla en la Scuderia, y en Italia valoran tanto su tenacidad como su capacidad para motivar a la tropa. En su primer curso vestido de rojo, el piloto de Heppenheim ya acumula siete podios de 10 posibles y sigue sumando a buen ritmo. Este último triunfo fue el 41º de su trayectoria, una cifra que lo iguala en esta estadística a Ayrton Senna y le deja sólo por detrás de Michael Schumacher (91) y de Alain Prost (51). Por lo demás, si hubo alguien encantado con el correcalles que se montó fue Helmut Marko. Este ex piloto austríaco es el impulsor del Júnior Team, la plataforma de formación de talentos de la estructura energética, que por primera vez colocó a tres de sus chicos copando el podio.