Laporta desafía a Bartomeu en las elecciones al Barça

La precampaña electoral a la presidencia del Barcelona era hasta ayer tan anodina que Lluís Bassat, candidato en 2003, publicó un artículo en La Vanguardia en el que pedía la rendición de los aspirantes —Agustí Benedito, Toni Freixa, Jordi Farré y próximamente Jordi Majó— ante Josep Maria Bartomeu: “Si ahora fuera candidato a la presidencia, me retiraría para que esta junta repitiese sus éxitos”. La propuesta no solo no tuvo ningún eco en los aludidos, sino que Joan Laporta, precisamente el candidato que derrotó al publicista en los comicios de 2003, comunicó, mediante un vídeo difundido a través de las redes sociales, que se presentará a las elecciones del 18 de julio. El viernes será Bartomeu quien formalice su candidatura y el lunes oficiará Laporta. El tacticismo preside los movimientos en una campaña definitivamente bipolar: Bartomeu-Laporta.

Si Bartomeu puede presumir de tres títulos, el expresidente encadenó siete consecutivos con Guardiola antes de abandonar el cargo

Las últimas encuestas conceden una pequeña ventaja a Bartomeu después de que inicialmente mandara Laporta, hasta que el Barcelona ganó la Copa, la Liga y la Champions. El triplete parecía un aval suficiente para la elección del que fue presidente desde la dimisión de Sandro Rosell en 2014. Incluso había dudas sobre el concurso de Laporta. Algunos de sus amigos le aconsejaron que desistiera. Laporta, sin embargo, ha optado por presentar su candidatura, avalado también por su currículo: si Bartomeu puede presumir de tres títulos con Luis Enrique de entrenador, el expresidente encadenó siete consecutivos con Guardiola antes de abandonar el cargo, acabado su mandato y de acuerdo con los estatutos del club, en 2010.

Ninguno de los aspirantes propuestos por Laporta —Alfons Godall, Jaume Ferrer, Marc Ingla— consiguió rentabilizar entonces los éxitos deportivos, y la masa social se entregó a Rosell, compañero de candidatura de Laporta en 2003 y enemigo declarado desde su dimisión dos años después, en 2005, junto con Bartomeu.

Laporta se reencontrará con Bartomeu en unos comicios que en determinados momentos se presentarán como un ajuste de cuentas. Ya se vivió un duro episodio cuando la asamblea de socios de 2010 aprobó, a propuesta de la junta, una acción de responsabilidad que aún colea en el juzgado contra la directiva de Laporta.

Repetirán como candidatos Benedito, segundo después de Rosell en 2010, y Majó, aspirante en 2003. Freixa, por su parte, fue directivo con Rosell —ejerció de portavoz y secretario de la directiva— y fue relegado por Bartomeu. Farré es la única novedad. A algunos de los aspirantes que no han tenido acceso al censo, no les será fácil reunir el número de firmas para presentar su candidatura: 2.534. No media ningún partido de fútbol hasta el 18 de julio, de manera que el acceso a los socios en el Camp Nou se limitará a los dos partidos de la final de baloncesto contra el Madrid, los días 24 y, posiblemente, 26 de junio. La fecha electoral, un sábado en plenas vacaciones estivales, tampoco augura una participación masiva, de manera que el número de candidatos tendrá una importancia capital en los comicios.

A Bartomeu, que se esforzó en los deberes antes de dimitir, le tocará arremangarse de nuevo para defender su condición de administrador ante un rival más carismático como Laporta, muy comprometido por otra parte con el independentismo. Los comicios pueden enfrentar a un gestor contra un líder, modelos opuestos con muchos temas a discutir: el patrocinio de Catar, la remodelación del Camp Nou, el modelo de la Masia, la incidencia de Cruyff y la judicialización del club por casos como el de Neymar. A Bartomeu ya le va bien la quietud y el apoyo del socio más veterano. A Laporta se le supone más próximo a los jóvenes y a quienes entienden que una cosa es el equipo y otra el club. Habrá elecciones.