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El Madrid reacciona sobre la bocina

A cinco días de la Final Four el equipo de Laso certifica el primer puesto en la temporada regular con un palmeo de Ayón en el último segundo que derrota el brío del Andorra

Faustino Sáez
Ayón y Jordi Trias, durante una acción de el partido
Ayón y Jordi Trias, durante una acción de el partido Kiko Huesca (EFE)

A cinco días de la Final Four, el Madrid trataba ante el Andorra de evitar contratiempos en forma de lesiones y de sumar la victoria que le faltaba para certificar el primer puesto de la temporada regular. Consiguieron los de Laso los dos objetivos gracias a un palmeo de Gustavo Ayón a falta de un segundo para el final después de la enésima remontada del curso, en un partido que el líder jugó con la cabeza en otra parte.

Entendió el conjunto de Laso que la mejor forma de rematar la puesta a punto para la Final Four era ventilarse pronto el compromiso liguero para evitar sofocos. Así lo anunció una trepidante puesta en escena concentrada en apenas seis minutos. Ese fue el tiempo que emplearon los pívots blancos en agitar al Andorra a base de intensidad defensiva y dinamismo en ataque. Cuatro puntos de Felipe y 10 de Ayón redondearon un contundente parcial de 20-6 que amedrentó al rival y pareció allanar una mañana soleada que luego se nubló para el líder. De inicio apenas se reveló Trias en el bando visitante. El conjunto de Joan Peñarroya era incapaz de sostener a un tiempo el plan de ataque, la pugna por el rebote y la aplicación defensiva; poco después todo cambió.

R. Madrid, 84-M. Andorra, 83

Real Madrid (24+14+21+23): Rivers (3), Reyes (12), Rodríguez (18), Ayón (14) y Llull (4) -equipo inicial-, Nocioni (3), Maciulis (7), Carroll (11), Bourousis (4), Campazzo (4) y Slaughter (4).

Morabanc Andorra (17+28+17+16): Schreiner (12), Gomes (10), Bogris (16), Stojanovski (10) y Bogdanovic (6) -equipo inicial-, Sada (6), Trias (6), Green (9), Blanch (4) y Navarro (4).

Arbitros: Carlos Peruga, Juan L. Redondo y Víctor Más. Sin eliminados.

Partido aplazado correspondiente a la trigésima segunda jornada de Liga disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard center) ante 6.897 espectadores.

Carroll se encargó de mantener las prestaciones ofensivas del Madrid al frente de la segunda unidad hasta alcanzar lo que parecía iba a ser una cómoda velocidad de crucero. La diferencia alcanzó los 12 puntos (34-22, m. 15), pero en ese instante los de Laso cometieron la imprudencia de dar por concluida la faena. La precipitada brújula de Campazzo, la errática aportación de Nocioni y la destemplada aparición de Bourousis confluyeron en la pista hasta desconectar al equipo madridista. Primero se animó el griego Bogris, después el austriaco Schreiner y entre ambos firmaron un inopinado parcial de 4-23 en tan sólo cinco minutos hasta voltear el partido en la frontera del descanso (38-45, m. 20).

Tras el descanso, Laso recuperó el quinteto inicial para enderezar el rumbo, pero para entonces el Madrid era un equipo atribulado, abocado al sobreesfuerzo que pretendía evitar a toda costa. Lejos de atajar el brío del Andorra, la diferencia a favor de los visitantes, que llegó a alcanzar los 12 puntos (40-52, m.23), solo decreció en un punto en el tercer cuarto (61-67, m. 30). Para entonces, los puntos de Gomes y los rebotes de Sada se habían sumado a la causa de Bogris y Schreiner y el conjunto de Peñarroya lucía desinhibido. Fue la carismática entrega de Salughter y su conexión con Sergio Rodríguez la que rescató a los blancos de la galbana. Los alley-oops del estadounidense, un triple de Nocioni (su primera y única canasta) y otro de Maciulis, permitieron al Madrid recobrar el mando (72-71, m. 34), pero sólo cedió el Andorra en el último segundo. La comunión del equipo blanco con sus aficionados al término del partido resumió el estado de ilusión del club ante el reto de reverdecer laureles en la Copa de Europa 20 años después.

Rudy, vendado y con paso cauteloso

La tropa de Laso llega en perfecto estado de revista para la gran misión de la Final Four. O casi. Ante el Andorra estuvieron todos salvo Mejri, que no está inscrito, y Rudy Fernández, que sigue ultimando la recuperación del esguince en el tobillo izquierdo que se produjo hace 11 días en el partido ante el Unicaja.

Si se cumplen los plazos, el mallorquín llegará bien a la semifinal frente al Fenerbahçe de Obradovic del viernes, pero en la mañana de hoy no participó y siguió el partido vestido de paisano desde el banquillo. A la salida del vestuario, el escolta dejó entrever bajo su pantalón, ligeramente remangado, un vendaje compresivo y abandonó el Palacio con paso cauteloso. "A ver como va evolucionando esta semana, pero esperemos que pueda estar", explicó Sergio Rodríguez ante los medios cuando le preguntaron por su compañero.

Para evitar riesgos, le sustituyó en la convocatoria Santiago Yusta, una de las perlas de la pujante cantera madridista dirigida por Alberto Angulo, que ayer conquistó el campeonato de España con su equipo júnior. En la final ante el Joventut (97-57), Yusta, de 18 años, lideró el apartado anotador con 25 puntos, mientras que la imagen de marca de la brillante camada, Luka Doncic, volvió a deslumbrar en edad cadete (16 años) con 15 puntos, 12 rebotes, 15 asistencias y 47 de valoración.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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