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FÚTBOL INTERNACIONAL | EL CÓRNER INGLÉS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mourinho magno

Mourinho, en el partido contra el Crystal Palace que hizo campeón al Chelsea.
Mourinho, en el partido contra el Crystal Palace que hizo campeón al Chelsea.J. S. (REUTERS)

"Hay que ser zorro para reconocer las trampas y león para espantar a los lobos”. Nicolás MaquiavelO

En Inglaterra ha habido dos grandes debates nacionales a lo largo de la última semana. Uno, el político, ya que el jueves se celebraron elecciones generales, y, dos, sobre si el campeón de la Premier League es boring(aburrido). En el centro del debate, José Mourinho, un personaje que despierta bastante más interés, pasión y polémica que el reelecto primer ministro David Cameron o su derrotado rival Ed Milliband.

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 Por si alguien leyendo esto no se ha enterado —un pastor en Mongolia, quizá, o un ciudadano medio de Estados Unidos— Mourinho es el entrenador del Chelsea, el equipo de fútbol que el domingo pasado ganó la liga inglesa. El acontecimiento no ha ocasionado júbilo general. En los medios, en las redes sociales, en los estadios, el clamor, motivado en buena parte por la envidia, ha sido que el Chelsea es un equipo defensivo, robótico, sin gracia. El cántico más frecuente en las gradas del Arsenal cuando los dos equipos empataron 0 a 0 hace dos semanas fue, “Boring, boring Chelsea”.

Mourinho no tardó en responder. Tras el partido contra el Arsenal dijo: “Aburrido es estar diez años sin ganar el título”. Se refería al propio Arsenal, que no ha ganado la Premier desde hace, en realidad, 11 años. Como dicen en Twitter: “Zas en toda la boca”.

Ruud Gullit, antiguo entrenador del Chelsea, se sumó a la polémica, reiterando que el equipo de Mourinho era aburrido y, encima, negativo. La respuesta de Mourinho: “La gente habla de estilo y de fútbol atractivo pero, ¿qué es eso?”. Ganar la liga inglesa es por definición lo opuesto a aburrido, declaró, agregando que lo mismo no se podía decir de otras ligas europeas. Refiriéndose claramente a la española, el ex entrenador del Real Madrid dijo: “La inglesa es la liga más difícil. Aquí no ganas 6 a 0 u 8 a 0”.

El argumento es refutable. Un detalle que Mourinho convenientemente omite es que la contienda para el título de liga esta temporada ha sido bastante más reñida en España que en Inglaterra; otro es que el Chelsea sufre para vencer al Burnley, el Newcastle o el Hull City pero la calidad del Real Madrid o del Barcelona es tal que fácilmente podrían meterles seis u ocho goles a los tres.

Su destreza para seleccionar los datos con astucia recuerda a la de los políticos

Algo que siempre ha caracterizado a Mourinho es su destreza para seleccionar los datos con astucia, pasando por alto aquellos que no apoyan sus argumentos. ¿A qué nos recuerda esto? A cómo actúan los políticos, trátese de David Cameron, Mariano Rajoy o Vladimir Putin. Esto nos sugiere una idea.

Aunque hay diferentes opiniones sobre si el Chelsea es aburrido o no, existe un consenso total de que la campaña electoral británica que acaba de concluir sí lo fue. No hubo chispa, cualidad que Mourinho posee en abundancia. Aburrido, él, no es. Entonces, ¿el favor más grande que Mourinho le podría hacer a su amada Inglaterra no sería dejar el fútbol y presentarse como candidato en las siguientes elecciones generales?

Es un líder nato que se ha aprendido de memoria ‘El príncipe’ de Maquiavelo

La propuesta es buena para él, primero porque en el fútbol no le quedan, como a Alejandro Magno, mundos por conquistar y, segundo, porque si entra en la política es probable que lo mejor de su vida aún esté por delante. Lo que en el fútbol son considerados vicios, en la política son virtudes y Mourinho reune todas las condiciones para ser un político de primera. Ordena sus argumentos de manera tendenciosa, sabe ser negativo cuando toca, tiene un don para la demagogia y una fotogénica —y cuando corresponde, burlona— sonrisa, no se corta a la hora de denigrar a sus rivales o de sembrar desconcierto en el campo contrario, y es brillante su habilidad para unir a los suyos alrededor de la idea de que están solos frente al mundo. Es un líder nato pero da la impresión también de haberse aprendido de memoria el clásico manual sobre el poder, El príncipe de Maquiavelo.

La verdad, pensándolo bien, es que el fútbol le queda pequeño. Debe estar harto de que perritos rabiosos le ladren a cada paso que da. Mejor lidiar con leones, mejor proponerse un reto mas acorde con su monumental y paranoico ego, mejor servir al viejo imperio que tanto admira y ayudarle a recuperar su gloria perdida, mejor —mucho mejor— apuntar a ser un día primer ministro del Reino Unido.

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