Ni Serena ni Sharapova, Kvitova y Kuznetsova
Poco predispuesta, la número uno cae ante la checa (6-2 y 6-3 ), mientras la rusa no puede (6-2 y 6-4) con su compatriota, muy combativa e inagotable en la arena de la Caja Mágica
La una, sin quitarle una pizca de mérito a Petra Kvitova (6-2 y 6-3 a su favor), por voluntad propia, por dimisión; y la otra, rebajada por la guerrera Svetlana Kuznetsova (6-2 y 6-4 en su bolsillo), porque sencillamente fue inferior. El caso es que Madrid se quedó sin las dos reinas. Ni Serena Williams, flamante número uno, ni Maria Sharapova, ganadora en 2014, estarán en la final femenina.
Con andares cansinos, como si la cosa no fuese con ella hasta que quiso maquillar el marcador, Serena deambuló por la arena sin apetito. Se movió en una pequeña parcela, en apenas tres metros cuadrados, y poco más. Renunció a la carrera y al esfuerzo, a elevar su tercer cetro en la capital española –venció en 2012 y 2013–. Asistió, pero no estuvo; no entró a los peloteos y ni siquiera pegó. “Después de mi servicio no me moví como debería, ¿sabes? Hoy no estaba, hoy no fui Serena”, explicó después, en la sala de prensa.
Williams Asistió, pero no estuvo . Renunció a la carrera y al esfuerzo. No entró a los peloteos ni pegó
Nada que ver con Kvitova, cuarta mejor tenista del planeta en estos momentos, larga y rosácea como un flamenco, de extremidades infinitas. Encontró vía libre la checa y allá que fue, directa a la gran final. Sus golpes cortados le hicieron daño a Serena, poco predispuesta a forzar los riñones y que tiró la bola una y otra vez a la red con su revés. “Estaba muy cansada. Ha sido una semana exigente para mí; es parte de la adaptación a la tierra. Es bueno estar cansada ahora y disputar ahora otro torneo [Roma] antes de Roland Garros”, expuso.
Antes, los gritos de Sharapova ya no eran solo acompañantes de sus golpes. Eran el reflejo de la frustración, de ver cómo remaba y remaba para nada. No tuvo un buen día la rusa, que se topó con una compatriota que también le pega duro a la bola y trabaja como una cosaca sobre la arena. Ganadora de dos grandes (US Open 2004 y Roland Garros 2009), compacta (1,74 y 73 kilos de peso) y agresiva, Kuznetsova, 29ª en al ranking, derrumbó a la número tres (6-2 y 6-4 después de una hora y media exacta) en el encuentro que abrió el turno en la pista central.
Su hoja de servicios justificó el triunfo: se adjudicó más puntos tanto con el primer servicio (74%, por el 68% de su rival) como con el segundo (61% frente a un 43%). Cogió velocidad de crucero en el primer set y resistió el achuchón del segundo. Poco que hacer, por tanto, para Sharapova. Cabeza gacha, la mirada oculta debajo de su visera y despedida agria; no podrá revalidar el título logrado hace un año. “No creo que me pillase por sorpresa, sencillamente fue la mejor”, explicó la rusa, que aterrizó justa de preparación en Madrid.
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