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Benzema es el eslabón invisible

El delantero del Madrid se asocia a los volantes para compensar la superioridad numérica del Atlético en el medio

Diego Torres
Benzema, perseguido por jugadores atléticos.
Benzema, perseguido por jugadores atléticos.J Martín (EFE)

Este fin de semana se preguntaban en las inmediaciones del palco del Bernabéu qué haría Ancelotti para contrarrestar el famoso 4-4-2 del Atlético reforzando el mediocampo. ¿Quitar a Bale? ¡Jamás! ¿Quitar a Benzema? ¡Quizá! ¿Poner a Isco? ¡Puede ser! Por ahí iban los tiros.

El toque sutil, el movimiento sigiloso, suelen pasar desapercibidos para la gran mayoría del público lo mismo que para los jugadores del equipo rival. Benzema, que finalmente jugó, no es un maestro del arabesco como Isco. Pero fue el gigante invisible en la noche del Calderón. El futbolista que, en colaboración con los laterales, Marcelo y Carvajal, se asoció con los centrocampistas para evitar las temidas superioridades numéricas del Atlético. Fue suficiente su aparición para desencadenar las conexiones que impidieron al equipo local apoderarse del mediocampo como la última vez.

Para tapar las deficiencias de Kroos, James y Modric, Ancelotti le dio más responsabilidad a Benzemá y adelantó los laterales

Dice Carlo Ancelotti que el fútbol no es cuestión de números. Los esquemas tácticos son ideas platónicas. Un 4-3-3 es una abstracción que no significa nada hasta que no se compone con hombres con cualidades concretas. Lo que no dice el entrenador del Madrid es otra cosa que conoce a la perfección: en su plantilla no hay un solo mediocentro con oficio contrastado en el primer nivel. No hay un Busquets, ni un Alonso, ni un Motta. Tampoco hay un Casemiro, por citar equipos presentes en los cuartos de final de la Champions. Esa pieza ausente en el Madrid es la que ha dado ventajas inesperadas al Atlético en los últimos derbis. Se imponía una solución. Un remedio que tapara las deficiencias de Kroos, James y Modric en el tercio de cancha que corresponde al mediocampo. La respuesta de Ancelotti fue darle más responsabilidad a Benzema y adelantar los laterales.

El plan propuesto en la pizarra ensambló al equipo en el campo. El Madrid se juntó alrededor de la pelota, cerró líneas, y saltó a la cancha como si quisiera encarrilar la eliminatoria a base de goles, no de especulación. Nada de buscar el empate. Los madridistas ocuparon el terreno rojiblanco a fuerza de mover la pelota con velocidad. A los visitantes solo les faltó encontrar posiciones de remate dentro del área. Un mano a mano de Bale con Oblak, una falta de Cristiano, un tiro desde 30 metros de Bale, un remate de Modric desde fuera del área y una aparición de Benzema en el segundo palo, que cabeceó alto, evidenciaron el dominio. Por primera vez desde febrero de 2014, cuando cayó en las semifinales de Copa, se encontró incómodo. Incluso defendiendo. Diez faltas hicieron los futbolistas de Simeone por tres del Madrid en la primera mitad. Los movimientos de Benzema tuvieron mucho que ver en la transformación.

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Benzema jugó el último derbi del Calderón (4-0) con problemas en un tobillo y en la espalda. Se le vio apagado. Lo rodearon otros compañeros. Khedira, Arbeloa y Bale en el flanco izquierdo compusieron una zona de sombra en la que todas las jugadas perdieron continuidad. El balón fue del Atlético. Eso no volvió a repetirse ayer. La inclusión de James, Modric, Ramos y Carvajal suponen un cambio radical. El escenario perfecto para que Benzema pivotara en cada jugada dándole una salida rápida a situaciones que exigían decisiones lúcidas, el lanzamiento de un contragolpe después de un córner en contra, una vía de auxilio ante la presión de Gabi y Koke sobre James y Modric, una línea de pase a Kroos en medio de la selva, el embotellamiento en el área de Oblak brindándole espacios a Bale y Cristiano, o la aparición en el segundo palo.

A falta de 20 minutos para el final, Ancelotti sustituyó a Benzema por… Isco. Luego cambió a Carvajal por Arbeloa. Y entonces el Madrid perdió la iniciativa y el control, y lo empezó a pasar mal. Verdadera angustia para defender el 0-0 con la última gota de energía.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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