Valencia y Villarreal empatan en un duelo descafeinado en Mestalla
Las defensas se imponen en un encuentro animado al final por Rodrigo
Herméticas las defensas del Valencia y del Villarreal, la grada de Mestalla se quedó con ganas de más. Le faltó partido, solo animado al final con la presencia de un Rodrigo exuberante al que Nuno apenas concedió la última media hora. Ese fue el único tramo en el que el Valencia se sintió verdaderamente superior al Villarreal, convencido de que desde ese pico derecho del área podía romper el encuentro. No lo hizo porque el Villarreal siguió defendiéndose con rigor y abnegación, sin descuidar nunca el contragolpe, especialmente desde la entrada del mexicano Giovani dos Santos, encargado de estirar a una zaga valencianista que tampoco dio facilidades.
VALENCIA, 0 - VILLARREAL, 0
Valencia: Diego Alves; Barragán, Mustafi, Otamendi, Gayà (Orban, m. 66); Feghouli (Rodrigo, m. 64), Javi Fuego, Parejo, André Gomes, Piatti; y Alcácer (Negredo, m. 77). No utilizados: Yoel, Cancelo, De Paul, Tropi y Alfonso.
Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Bailly, Jaume Costa; Campbell (Rukavina, m. 63), Pina, Trigueros, Jonathan dos Santos (Alfonso, m. 74); Vietto y Gerard Moreno (Giovani dos Santos, 61). No utilizados: Juan Carlos, Jokic, Dorado, Sergio Marcos.
Árbitro: Melero López. Amonestó a Mario, Vietto, Parejo, Giovani dos Santos, Bailly, Otamendi.
Unos 45.000 espectadores en Mestalla.
Del empate salió mucho más contento el conjunto de Marcelino, satisfecho de salir imbatido de un terreno tan exigente este curso como es Mestalla. El Valencia, por el contrario, lo sintió como un pinchazo, la pérdida del tercer puesto y un pequeño baño de realidad sobre su techo ofensivo, castigado este domingo por la espesura de sus dos interiores titulares, Feghouli y Piatti, salvadores en tantas otras ocasiones.
Al borde del descanso, el pelotazo de Javi Fuego contra la valla (justo donde ponía “Welcome to Valencia”), expresaba la desazón del mediocampo del conjunto de Nuno, incapaz de dar tres pases seguidos y de que fluyera el juego. El Valencia se topó con un Villarreal muy estructurado en labores defensivas, poderoso por dentro y por fuera, barrido en la última línea por la velocidad supersónica de Eric Bailly.
El Valencia suele esconder la dinamita en las bandas, la doble pareja Barragán-Feghouli y Gayà-Piatti, de manera que Marcelino puso especial empeño en cerrarlas. Y lo logró, salvo en una internada hasta la línea de fondo de Feghouli, muy desfondado toda la tarde el interior argelino. Solo la potencia en carrera de André Gomes parecía dañar la estabilidad visitante.
El Villarreal tuvo la osadía de plantarse un buen tramo en campo valencianista. Se sentía cómodo con la pelota, aunque sin la profundidad necesaria para batir a Diego Alves, amurallado por la contundencia de una de las zagas más sólidas de la Liga, impenetrables tanto Otamendi como Mustafi.
El achuchón del Valencia llegó tarde. Nuno se durmió en los cambios. El tiempo estuvo en su contra
Completamente negado Feghouli, Nuno recurrió a Rodrigo tarde, mediada la segunda parte. El primer balón tocado por el hispano-brasileño fue un disparo repelido por el meta Asenjo, el único trabajo del meta palentino hasta el momento. Mestalla quería que le llegara el balón a Rodrigo porque era el único con velocidad mental y física para acelerar la trama. Desde el vértice derecho del área, Rodrigo aprovecha su condición de zurdo cerrado para hacer imprevisible su salida. Negredo también estuvo más entonado que Alcácer, exigiéndole más al inexperto Bailly, que a punto estuvo de cometer un penalti innecesario y de haber estropeado el enorme esfuerzo colectivo de su equipo. Así lo reclamó sin éxito Negredo. El achuchón del Valencia había llegado tarde. Nuno se durmió en los cambios. El tiempo estuvo en su contra. En una tarde fresca y primaveral, a Mestalla el duelo valenciano le supo a poco.
“Se estropearon los aspersores”
El técnico del Villarreal, Marcelino García Toral, tiró de sarcasmo para explicar la decisión del Valencia de no regar el campo antes del partido. “Se estropearon los aspersores”, disparó el entrenador asturiano. “En competición europea, los equipos deben acordar si se riega o no el campo. En la Liga española, la potestad le corresponde al equipo de casa. Si el Valencia no nos hubiera tenido tantísimo respeto y hubiera regado el campo, se habría visto otro partido. Un campo tan seco dificulta las acciones de los futbolistas. Vietto es de los más perjudicados por el estado del campo”.
La tensión entre los entrenadores fue evidente después del encuentro. “No comento”, respondió Nuno cuando se le preguntó sobre las acusaciones de Marcelino. “Hay un equipo que ha querido ganar el partido. No pierdo tiempo llorando. No lloro. El resultado no ha sido el que queríamos. Con Rodrigo en el campo hemos mejorado”, concluyó el entrenador portugués. Pero Nuno se negó a explicar por qué el Valencia no quiso regar el césped de Mestalla.
Antes, Marcelino volvió a lanzar una puya a su rival de ayer cuando le preguntaron por su favorito para ser tercero. “El Valencia ha tenido la gran ventaja de haber competido solo en Liga y muy poco en Copa del Rey. Me parecen tres buenos equipos y no sé quién lo va a conseguir, pero el Atlético seguro que será uno de los que entre en Champions: tercero o cuarto”.
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