Comienzan a declarar los imputados del Zaragoza

Con un mes de retraso sobre la fecha prevista empiezan a declarar este miércoles en Valencia los imputados por el presunto amaño del Levante-Zaragoza de 2011. La juez Isabel Rodríguez tuvo que aplazar la comparecencia de los encausados ante la dificultad de localizar a algunos de los querellados, dado que se desconocen sus domicilios actuales. En realidad, según fuentes cercanas al caso, esto no ha sido más que una estrategia seguida por muchos de los acusados, entre ellos el directivo del Zaragoza Javier Porquera, para modificar el orden de las comparencias ante la juez. Nadie quiere declarar el primero para conocer si alguno de los 42 imputados confiesa. Este viernes abrirán el turno los exjugadores del Zaragoza, Obradovic, Pinter, Uche, Paredes. El viernes acudirá Agapito Iglesias y Javier Aguirre.

En su denuncia, el fiscal apuntó a Iglesias, a los consejeros Francisco Javier Porquera y Francisco Checa, a Antonio Prieto, Javier Aguirre y a los tres capitanes del Zaragoza, Gabi, Ponzio y Jorge López, como presuntos urdidores principales del tongo “con la anuencia del resto de jugadores”. “Acordaron amañar este último partido. A tal fin se estableció que se entregarían 965.000 euros a los jugadores del Levante a cambio de que estos permitieran al conjunto zaragocista ganar el partido”.

Pruebas indiciarias

El fiscal aporta como prueba indiciaria los ingresos de dinero que el 17 y el 19 de mayo, dos días antes del encuentro investigado, recibieron Antonio Prieto (50.000 y 35.000), Javier Aguirre (50.00 y 35.000), Lanzaro (50.000 y 40.000), Ander Herrera (50.000 y 40.000), Doblas (50.000 y 40.000), Da Silva (50.000 y 40.000), Braulio (50.000 y 40.000), Ponzio (50.000 y 35.000), Gabi (50.000 y 35.000), Jorge López (50.000 y 40.000) y Diogo (50.000 y 35.000). [/TEX]Según fuentes de la investigación, estas transferencias fueron reflejadas en los libros de cuentas del Zaragoza como “primas”.

Existen otras cantidades sospechosas y retiradas de las cuentas del Zaragoza, como una de 400.000 que Iglesias justificó para la compra de entradas y pagos por los desplazamientos de los aficionados zaragocistas. Como prueba indiciaria contra los jugadores del Levante, la fiscalía presentó la escasez de disposiciones que hicieron de sus cuentas desde la disputa del partido hasta meses después.