Gerard Piqué: “Sabemos a qué queremos jugar”
Ante los micrófonos y en pretemporada, Gerard Piqué (Barcelona; 28 años) se autoimpuso recuperar su nivel de juego, aquel que le llevó a ser un referente mundial como eje de la zaga del Barça. Una ambición que preocupó a su entorno por lo poco discreto que fue al hacerla pública, pero con la que convive cómodo por más que le ocupe las 24 horas del día porque se cuida como nunca lo hizo. Reto que comparte, sin embargo, con su acentuada pasión empresarial, enfrascado como anda en una compañía de videojuegos (Golden Manager) y en sacar próximamente al mercado global una novedosa bebida energética. “Cuando llega la noche, caigo redondo en la cama”, confiesa el futbolista, padre de dos niños con Shakira. Aunque en el campo está fuerte. “Me noto bien”, confirma; “pero nada de todo esto valdrá sin títulos”. Hoy recibe al Madrid en el Camp Nou.
Pregunta. ¿Qué ha hecho para volver a ofrecer su mejor fútbol?
Respuesta. Entrenarme a tope y estar focalizado en dar lo mejor de mí mismo cada domingo. Pero lo que más ayuda es el buen nivel colectivo del grupo, que contagia y te lleva a sobresalir. Estoy donde quería estar y, aunque dependemos de los títulos, está siendo uno de mis mejores años.
P. ¿Confiaba en ello?
R. Al ciento por ciento.
P. ¿Eso es porque es difícil quitarle algo de la cabeza?
R. Pero es un proceso duro. No es que lo quiero hacer y lo consigo como si nada. Entre otras cosas porque la temporada no empezó bien y debí superar obstáculos.
A mí Luis Enrique no me ha dicho que tire nunca un balón arriba. Quiere jugar”
P. ¿Le fastidiaba que hubiera diferencia entre su fútbol y el de Thiago Silva o Ramos?
R. Más que fastidiar… Ves que hay gente en tu posición que en ese momento brilla más. Ahí te replanteas si quieres mejorar o quedarte tal y como estás, en una situación más confortable. Y lograrlo es complicado porque pareces entrar en un círculo en donde todo lo haces mal… hasta que al fin le das la vuelta.
P. ¿Le quemó por dentro no ser titular por primera vez en bastantes años?
R. Me quemaba no jugar, pero sabía que todo dependía de mí y de mi rendimiento. Si cada uno saca su mejor rendimiento lo normal es que sea titular.
P. ¿Había dejado de disfrutar?
R. Disfruto más ahora. Es natural; cuando las cosas salen bien te lo pasas mejor. Creo que en eso también me ayuda la madurez futbolística que he adquirido. Ahora me conozco en el campo y reconozco muchas de las circunstancias que se dan en el juego. Cuando llegas al Camp Nou afrontas nuevas situaciones porque es un campo precioso pero exigente. Y sobr eponerte a esas situaciones en las que te sientes indefenso te hace crecer.
P. ¿Ayuda el cuidarse más?
R. Cuando me fui a Manchester dormía menos de lo que debía y comía cualquier cosa. No percibía el peligro. Los años me han enseñado que o te cuidas o te desinflas.
P. ¿Se siente importante en este Barcelona?
R. He tenido la suerte de jugar mucho desde que llegué con 21 años. Así que por participación siempre me sentí importante, con el peso que da jugar las finales. Y este año, además, los goles me caen solos (seis) porque estoy con confianza. Siempre he dicho que el 90% lo hace la confianza y el resto el talento. Necesitas talento, pero sin confianza no brillarás.
Quizá ya no hacemos partidos de balonmano, pero nadie nos ha ganado en posesión”
P. ¿El equipo también ha recuperado su confianza?
R. Nos sentimos cómodos. Hemos dado un paso adelante porque sabemos a qué queremos jugar, controlamos los partidos y sabemos hacer contras. Y en esto somos más peligrosos que hace años. Es verdad que no jugamos igual que antes. Bueno, yo creo que el estilo y la idea es la misma, pero otra cosa es que hayamos buscado más soluciones para hacer daño a los rivales. Quizá ya no es un partido de balonmano, pero no hay un rival que haya tenido más posesión y que nos haya creado más ocasiones de gol que nosotros.
P. ¿Ya no les importa que digan que saben jugar a la contra?
R. No entiendo que moleste. Hay gente que se enfada cuando se dice eso del Madrid. Pero saber jugar a la contra es una virtud muy grande. Y si lo puedes aplicar a tu juego, mejor. Cuanto más abiertos estemos a ofrecer alternativas en nuestro fútbol, mejor.
P. Aunque los medios de su equipo corren más ahora…
R. En Can Barça los medios siempre han tenido una gran importancia y seguimos teniendo más posesión que el rival. Lo que pasa es que el balón tiene que llegar a los delanteros porque sabemos que ellos van a crear ocasiones y marcar. No me parece una idea mala, ¿no?
P. ¿Y a la defensa le ha cambiado la vida?
R. Esta propuesta nos hace intervenir más. Antes estábamos más vigilantes para que no salieran a la contra. Ahora, el equipo rival, al tener más opciones ofensivas, nos hace participar más. Por otro lado, a mí Luis Enrique no me ha dicho que tire nunca un balón arriba. Quiere jugar. Pero se trata de ser práctico. Cuando uno siente riesgo, quizá un pelotazo bien tirado a los delanteros es mejor que perderlo en defensa. Este juego es para los inteligentes. Y yo soy el primero que con Guardiola, que nos obligaba a jugar, me la sacaba de encima cuando no veía otra solución. Y ahora, con dos porteros que son la leche con los pies, se ha jugado desde atrás y tomado riesgos. No veo un cambio grande en ese sentido.
Compararnos con el equipo de Guardiola es un juego donde siempre vamos a perder”
P. Pero sí que son más rápidos en la construcción, ¿no?
R. Sí, somos más vertiginosos. Ya digo que los tres de arriba hacen que juguemos distinto.
P. ¿Han recuperado el sentimiento de sentirse superiores?
R. Yo siempre que he salido a jugar con el Barça he creído en el triunfo. Lo que pasa es que durante un tiempo nos sentimos invencibles y en otras ocasiones sólo sentíamos que podíamos ganar.
P. ¿Les hace daño la comparación con el equipo de Guardiola?
R. Es un juego que siempre vamos a perder porque el equipo de Guardiola ganó todos los títulos.
P. ¿Y entiende que ahora se critique al Madrid?
R. Esta película, la de un Madrid en crisis, ya la he visto muchas veces. Están en cuartos de la Champions y lucharán por la Liga hasta el final. Lleva partidos que no son del todo buenos, pero no me creo que sean débiles.
P. ¿Qué le preocupa de su juego?
R. Debemos ser conscientes de que ahora dejan a dos o tres delanteros arriba descolgados para la contra. Hay que tener mucho cuidado porque aprovechan ese juego como nadie. Debemos estar en constante vigilancia y hacerles daño a partir de la posesión.
P. ¿Considera una ventaja que el Madrid apenas haya rotado?
R. Todos los que jugamos en equipos grandes tenemos el calendario es muy abultado. Y por mucho que rotes, que va bien, al final llegas bastante al límite. Pasas de 50 a 60 partidos más o menos. La diferencia no es tanta. Y un clásico es una ruleta rusa.
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