Ramos pone orden en la casa

Cuando Casillas conoció a Zubizarreta, en el otoño de 2008, lo miró embelesado y soltando una risita le confesó su admiración:

 —¡Tú manejabas mucho!

El capitán Casillas, que es cachazudo, siempre sintió un respeto especial por aquellos que, a difierencia suya, mandaban sin esfuerzo. Tipos que parecen surgidos de una época definitivamente sepultada por eso que ahora llaman profesionalismo, gestores naturales de vestuarios, además de futbolistas, líderes como Camacho, Hierro, o Sergio Ramos.

En el Madrid actual el capitán Casillas tiene auctoritas mientras que la potestas corresponde a Ramos. El central cultivó el sentido de la justicia en los campos de tierra de Sevilla y le gusta ejercer el poder. Lo hace con un desparpajo que asusta dentro y fuera del vestuario. Comenzando por el terreno de juego. “Ramos transforma al equipo porque es muy valiente para salir jugando”, observó el domingo Rubén de la Red, el excentrocampista del Madrid, tras asistir a la victoria 2-0 sobre el Levante. Solo Kroos (un pase cada 1,37 minutos en Liga) y Modric (uno cada 1,39) dan más pases buenos por minuto jugado que Ramos (uno cada 1,47). Esto le permite sumarse al mediocampo y adelantar la línea con más coordinación. El central sevillano defiende mejor sencillamente porque cuando él juega los rivales tienen menos la pelota.

"Ramos transforma al equipo porque es valiente para salir jugando”, opina De la Red

"Estamos más que vivos", dijo Ramos tras disputar los 90 minutos del partido contra el Levante. "Esto da muchas vueltas. Hemos recibido un toque de atención pero todavía estamos a tiempo de hacer una grandísima temporada".

El regreso de Ramos transformó al Madrid. Venía de permanecer más de dos meses recuperándose de una rotura en los isquiotibiales. Una lesión desconocida para él, que la atribuye al hecho de que, cuando la sufrió, ya no le trataba su fisioterapeuta de confianza, Pedro Chueca. Chueca fue despedido del Madrid por Jesús Olmo, nuevo responsable médico a instancias de la directiva.

A sus 27 años, Ramos nunca había permanecido tanto tiempo de baja. Lo pagó el equipo, que jugó seis partidos sin él, perdió tres, empató uno y ganó dos. Los ocho puntos que derramó por el camino despojaron al Madrid del liderato. “Ramos, por su carácter, nos ayudará a recuperar la confianza”, anunció el entrenador, Carlo Ancelotti, tras caer (3-4) contra el Schalke.

El sevillano cree que se lesionó porque no lo trataba Chueca, el fisio despedido por el club

Pepe, Varane y Kroos fueron el triángulo defensivo principal del Madrid en las pasadas semanas. Por separado son extraordinarios en su parcela. Juntos, sin embargo, les costó actuar como una unidad. Resulta llamativa la falta de agresividad que mostraron entre los tres. Kroos, hace una falta cada 81 minutos de media; Varane, una falta cada 149; y Pepe una cada 162. Ser limpio es una virtud. Pero el eje del campo de juego es un territorio que a veces es preciso delimitar con contundencia. El ingreso de Ramos es decisivo por eso. Porque es el jugador que más faltas hace en el equipo (una cada 47 minutos de media) y sabe cómo y cuando interrumpir el juego del rival. 

La más que probable condición de mejor defensa del mundo le brinda legitimidad. La reforzó con tres goles —dos al Bayern y uno al Atlético— sin los cuales el club no habría logrado la Décima, más otros dos que resultaron imprescindibles para ganar el Mundial de Clubes. Pero lo que de verdad le hace importante es la personalidad y el don de gentes. Ramos ejerce de cómplice de Cristiano lo mismo que de soporte de Ancelotti.

“Aquí el mayor mandatario siempre es el entrenador”, dijo Ramos el domingo. “Más que un gran entrenador, Ancelotti es una gran persona. Es digno de admirar por cómo controla las situaciones en los momentos difíciles. Si hay uno que merece respeto por los resultados y no por el nombre, como otros a los que se les ha permitido todo, es Ancelotti”.

Es el jugador que más faltas hace y el que más pases da después de Kroos y Modric

El mensaje fue para la directiva que defendió a José Mourinho sin mostrar fisuras solo por ganar la Copa de 2011. La misma directiva que tardó meses en respaldar públicamente a Ancelotti, héroe de la Décima.

Hay entrenadores a los que les basta con tener el apoyo de los jugadores. Y Ramos es un muro de carga.