Una espera, una crisis y una fea

09/03 Lunes

Mañana se cumplen seis meses del batacazo frente a Francia en nuestro mundial de baloncesto, que desencadenó una tormenta sin precedentes en el hasta ese momento intachable universo de la selección, y por extensión de la Federación. Llovieron palos, la corriente se llevó a Orenga, al presidente Jose Luis Sáez le silbaron los oídos y se puso en duda todo el modelo. Se pidió tiempo de reflexión para analizar lo sucedido y empezar a tomar decisiones y el silencio ha sido casi sepulcral. Tanto que medio año después, no se ha producido ningún movimiento significativo. Argumenta Sáez que en la elección del nuevo seleccionador, tema estrella, quiere tomárselo con la máxima seguridad antes que con la máxima celeridad. La clave de este asunto está en la normativa ACB que prohíbe a un entrenador de club tomar las riendas de la selección. No parecen los clubes muy por la labor de cambiarla, de ahí que las opciones son reducidas y pasan porque o bien algún técnico en activo renuncie a su puesto (al menos momentáneamente, como hizo Aito en el 2008) o se acuda de nuevo a Scariolo, que (esto es una opinión personal) ve más contras que pros en su vuelta.

De los jugadores y sus decisiones, nada nuevo. Y sobre la influencia de estos a la hora de elegir técnico, pues un sí es no es. “Los jugadores nunca han puesto o han quitado a un seleccionador….. pero siempre hay que mirar el perfil de los jugadores que tienes y qué entrenador puede encajar mejor en ese perfil”. Vamos, que no pero sí. Resumiendo, que estamos como hace seis meses. A la espera de casi todo. Y los meses van cayendo……

Eso sí, aburrir, no nos vamos a aburrir en el entretiempo. Estamos en el año más electoral de la historia, lo que significa miles de políticos en busca de votos. Para ello, cualquier tema puede ser susceptible de utilización en su beneficio. Encima si es tan jugoso como la polémica alrededor de la final de la Copa del Rey…... Hoy le ha tocado el turno al presidente del PNV, Andoni Ortúzar, que ha dejado perlas como que Florentino parece el dueño de España, que es una vergüenza que sea él el que decida donde se juega la final y ya de paso, que a los que se niegan a que se juegue en el Bernabéu es porque les puede más ver ikurriñas y senyeras que otra cosa. Así me gusta, templando, calmando y sobre todo, no recurriendo a las entrañas en lugar de al raciocinio.

10/03 Martes

No tenía pensado ver el partido del Madrid frente al Schalke, eliminatoria que di por concluida en el partido de ida. Pero un amigo me alerta en el descanso de que la cosa puede torcerse. Aun pensando que quizás estaba exagerando, me conecto poco antes de que Benzema haga el 3-2. Al parecer el tema resuelto y tener alguna serie pendiente de ponerme al día, medito el volver a desenchufarme. Pero los alemanes hacen el 3-3 y a pesar de tener que marcar dos goles más, el pánico es creciente en el equipo madridista y su afición. Me olvido de las series y cuando pienso que no, que es imposible la debacle, Huntelaar hace el cuarto. La incredulidad es cada vez mayor y el Schalke roza el milagro. Termina el partido con un ufffff tamaño XXL al que sigue una pitada formidable.

Como la templanza y el análisis pausado no van con el universo futbolístico, lo siguiente es poner todo en entredicho. El mosqueo es tan grande que hay leña para todos. El portero, la defensa, los centrocampistas, la cacareada BBC, Ancelotti, el presidente y sus fichajes, a todos, en mayor o menor medida, alcanza la marea crítica. El futuro se ve negro, con esa visita de la semana que viene al Camp Nou que ahora da terror. Comprendo la preocupación ante el juego y ánimo del equipo pero una vez más, la reacción, las críticas, el cabreo, todo me parece tan, tan desmesurado…….

Como colofón a una noche negra, Cristiano Ronaldo, cuyo comportamiento en el campo al final del partido fue manifiestamente mejorable, dice que ya no hablará más hasta final de temporada. Aparte de volver a parecer un niño malcriado que no tiene claro con quién tiene que enfadarse, me sigue maravillando que algunos jugadores crean (y se lo permitan) tener la potestad para hablar cuando quieran y no que dentro de sus obligaciones está el atender a los medios después de los partidos. Porque eso forma parte del negocio que genera los millones suficientes como para pagarles lo que les pagan. ¿Alguien se imagina a Lebron James, Curry, Pau Gasol, Alonso, Márquez, Federer o Nadal diciendo que ya no van a hablar hasta final de temporada, yendo de partido a partido, de torneo en torneo sin abrir la boca? Pues eso, en el fútbol, se puede hacer sin que pase nada.

Ese problema de abrir lo boca no lo suele tener la clase política, que muere por tener un micrófono a mano. Si ayer era el presidente del PNV el que sacaba los pies de las alforjas, hoy ha sido la gran, gran, gran Esperanza Aguirre que ha dicho que habría que suspender el partido de producirse pitos hacia el himno. Es sin duda, una manera inmejorable para evitar que se produzcan. Enhorabuena una vez más, a Esperanza y todos aquellos que siguen y siguen a vueltas con el tema y que cada vez que intervienen, echan más leña al fuego.

04/02 Miércoles

La crisis del Madrid lo inunda todo, por lo que no voy a alimentar la sobredosis de análisis, críticas y hasta chanzas en que se encuentra metido el equipo blanco. Bueno, sí que me quedo con las declaraciones de Rafa Nadal, madridista confeso, que no comulga con los pitos del público durante el partido, que según él, solo sirven para que el equipo se ponga aún más nervioso. Tiene mucha razón e igual, dada la credibilidad que tiene Rafa, un par de silbones recapacitan. No muchos más, me temo.

Ante tanta crispación, recomiendo una noticia que me ha llamado la atención. Irina, la bella, exitosa, deseada y multimillonaria Irina, exnovia de Cristiano Ronaldo, ha declarado que cuando salía con la estrella portuguesa, se sentía fea e insegura. ¡Toma ya! Alguna vez habrá que reconocer las grandes aportaciones que ha hecho esta pareja para democratizar la felicidad. Primero fue Cristiano cuando declaró hace ya un par de años, que estaba triste y con cierta regularidad pasa etapas atormentando. Ahora es Irina la que dice que se sentía fea. Normalmente relacionamos la felicidad con aquellas cosas que estos dos extortolitos poseen en abundancia. Reconocimiento, éxito profesional, dinero a mansalva, incluso belleza. Afirmaciones como estas los humanizan, confirman que todo es relativo y colocan sus problemáticas vitales en un lugar parecido al más común de los mortales. Y eso, sin querer desear mal a nadie, es una buena noticia que nos debe hacer pensar que quizás la satisfacción personal depende de otros factores más a mano de todos. Ahí lo dejo.

Hablando de parejas, los Gasol Brothers han sido presentados como candidatos a los premios Princesa de Asturias, que ahora así se llaman por obra y gracia del relevo real. Su gesta sin duda lo podría merecer, aunque en la relación de premiados me sigue faltando gente como Roger Federer. Este prestigioso premio tiene talante universal, aunque se le vea cierta tendencia de barrer hacia casa si tenemos en cuenta que de los 28 galardones concedidos hasta ahora desde 1987, trece, casi la mitad, hayan recaído sobre deportistas españoles. Cierto que en deporte somos una potencia mundial, pero tanto….

Termino con otra pareja, esta de pegones. Shengelia y Todorovic, del Laboral Kutxa y Bilbao Basket respectivamente, han sido sancionados con cinco y cuatro partidos por la pelea de hace un par de semanas. No tengo ni idea si son muchos o pocos, pero sí parecen suficientes para que la próxima vez se lo piensen. Pero lo que me llama más la atención es el resto de sanciones. 3.000 euros a Bertans (Bilbao Basket) por una acción de agresión contra un jugador del equipo contrario. Otros tantos a Mamadou Diop (Baskonia) por una acción de agresión contra un espectador. Y lo mismo a su hermano y compañero de equipo Ilimane Diop por una acción de agresión contra un jugador del equipo contrario y un espectador. O sea, que se cotiza igual pegar a un contrario que a un espectador, o incluso ya puestos, tienes el mismo castigo por hacer doblete. Y ni un partido para ninguno. Curioso ¿no?