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El vacío de Busquets

El mediocentro del Barcelona, que tiene de tres a cuatro semanas de baja, es duda para el clásico y señala a Mascherano, más físico y anticipativo, como su recambio

Jordi Quixano
Busquets cae lesionado tras la entrada de Pina.
Busquets cae lesionado tras la entrada de Pina.Juan Carlos Cárdenas (EFE)

Sin Busquets no hay pausa en el Barça. Ni tanta mezcla. Ni facilidades para descontar las líneas de presión con un pase de primeras. “Es el mejor del mundo al primer toque”, le elogia Piqué. Por lo que su baja de tres o cuatro semanas, confirmada la sindesmosis en el tobillo derecho —afectación de la membrana interósea que une la tibia y el peroné— trastoca un poco al Barça, pero no tanto al técnico Luis Enrique, que prefiere la transición veloz antes que un fútbol de posesión que sólo coge vértigo en los metros finales.

“¿Qué falló ante el Manchester City en la segunda parte?”, preguntó el entrenador al grupo días después del triunfo en la ida de octavos de Champions en el Etihad (1-2). Y tras pillar en Babia a la plantilla, se respondió: “Sacar la pelota en largo para quitarnos de encima la presión”.

La declaración de intenciones no es baladí, ya que el equipo estaba acostumbrado a tocar por defecto desde la raíz, desatendiendo a las pedradas (con o sin sentido). Es una nueva versión del conjunto que le ha dado un cariz competitivo al tiempo que le ha añadido riqueza táctica, casi siempre supeditada a los compositores porque no es lo mismo que jueguen Rakitic o Rafinha, más agitadores que pasadores, que Xavi o Iniesta, que necesitan tener el esférico entre los pies para expresarse en plenitud. Y tampoco es lo mismo tener a Busquets que Mascherano, presumiblemente el recambio en el mediocentro —no hay otro específico en el primer equipo, aunque desde el filial pida paso Samper— durante su tiempo de baja. La entrada fortuita de Pina y todo su cuerpo recayeron sobre el tobillo derecho de Busquets.

Para llegar al partido contra el Madrid, el jugador debería infiltrarse el tobillo

Celoso como es el técnico en los asuntos médicos, los galenos emitieron un parte de lo más lacónico: “Sindesmosis en el tobillo derecho. El jugador es baja ante el Rayo [el domingo, a las 12.00] y la evolución marcará su disponibilidad para los próximos partidos”.

La última ocasión que en la plantilla del Barça se dio una lesión similar fue en el curso pasado, cuando Neymar se lastimó en un entrenamiento; fue sindesmosis de grado 1, lo que propició que el jugador regresara a la competición cabo de una semana. Se sabe por el entorno de Busquets que estará de baja entre tres y cuatro semanas (lesión de grado 2). Es lo que coloquialmente en el ámbito deportivo se conoce como un esguince alto, dado que le quedará un dolor residual por encima del tobillo durante meses. Juega el tiempo en su contra porque la vuelta de la Champions es el día 18 de marzo —no llega seguro— y el clásico se disputa el 22, donde no se le descarta, y a continuación se concentrará la selección. Que pueda jugar el clásico es consecuencia de que se supone que le infiltrarán el ligamento intertibioperoneo una semana antes con corticoide para desinflamarlo [antes no podrá entrenarse con el grupo] y el día del partido con anestésico, siempre y cuando el jugador lo apruebe.

Sin Busquets en el eje, el puesto lo ocupará Mascherano. “Son dos pivotes de perfil diferente”, resumió el entrenador. Busquets guarda la posición y toca fácil, a la vez que Mascherano hace de la anticipación una virtud y se define más con el desplazamiento en largo, como el que originó el primer gol del Barça ante el Villarreal y también el segundo, aunque en esta ocasión fue un pase en profundidad a la carrera de Luis Suárez.

De no estar el argentino, la mirada apuntaría a Rakitic, que ya probó unos minutos la posición de mediocentro ante el Levante (jornada cuatro) y que repitió durante un rato contra el Villarreal. Una demarcación, en cualquier caso, que conoce desde el Schalke y que ha ocupado en la selección de Croacia. Pero sin Busquets, titular indiscutible en el Barça, hay un vacío. Sí que tiene relleno, pero no será igual.

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