Abrines: “Desde el banquillo aprendí a jugar los minutos importantes”

Barcelona y Valencia reeditaban en el Gran Canaria la final copera de hace dos años en Vitoria, la semifinal de la temporada pasada en Málaga, y la última semifinal liguera, todas saldadas con triunfo de los azulgrana como también ocurrió en esta ocasión. Con 13 de 21 en lanzamientos desde el 6,75, los de Xavi Pascual establecieron la tercera mejor marca en triples en la historia de la Copa y remataron a un rival que estiró su orgullo hasta el tramo final. “Durante mis primeros años en el Barcelona participaba menos, pero intentaba aprender desde el banquillo como se juegan los minutos importantes. Ahora he podido ayudar en la victoria”, contó Álex Abrines, decisivo en el 62% de acierto de su equipo desde el perímetro. “El acierto de tres demuestra que hemos movido bien la pelota”, remató el alero de 21 años. “Llevamos una trayectoria bastante estable y hoy hemos un partido muy completo. La única pega es que no hemos conseguido romperlo”, analizó Xavi Pascual. “Hemos atacado bien, hemos movido con acierto el balón y hemos encontrado esas ventajas que nos han permitido tener un porcentaje tan alto en los triples”, apuntó el técnico. “Sólo al final se nos descontroló un poco el partido. El primer partido de un torneo así siempre tiene un componente de nerviosismo que hay que superar. Ahora nos quedan otras dos finales y esperamos ganarlas”, completó el capitán azulgrana, Juan Carlos Navarro.

Quiero decir que aquí nadie nos ha pasado por encima, dijo Carles Durán, técnico del Valencia Basket

En el bando naranja se mezclaba el orgullo de haber competido con la decepción por la derrota. “En la víspera, había la sensación de que nos iban a pasar por encima. No nos sirve de nada porque nos vamos para casa, pero quiero decir que aquí nadie nos ha pasado por encima. Sólo sirve ganar, pero hoy hemos dado un paso adelante y pronto conseguiremos ganar a un grande”, resumió el entrenador del Valencia Basket, Carles Durán. “No nos podemos hundir porque hemos trabajado muy bien”, concluyó. Refrendó el discurso de su técnico Rafa Martínez. “Hemos mejorado muchas cosas y hemos estado a punto de remontar en tres ocasiones. Pero al final han aprovechado nuestros errores, no han perdonado ningún tiro abierto y eso nos ha condenado. Esperamos ser mejor equipo en el futuro”, resumió el capitán del conjunto valenciano.

Ocho equipos, nueve aficiones

La fiesta anual del baloncesto español se abrió con un cartel de campañillas que además escondía una sorpresa en las gradas. El reparto de colores y cánticos reveló que, en Las Palmas, se habían congregado ocho equipos y nueve aficiones. En uno de los rincones del pabellón, en un número cercano a los 500 componentes (frente a los 150 que ha movilizado el Bilbao Basket), la charanga vitoriana acaudilló la coreografía de animación de principio a fin de un partido en el que no estaba su equipo. Después de 17 participaciones consecutivas, el Baskonia descabalgó de la cita copera tras una irregular primera vuelta en la que se quedaron sin billete después de aquel dos más uno de Llull en el Palacio de los Deportes en la 16ª jornada de Liga. Cargados de optimismos, confiados en la tradición y por delante de su equipo, los seguidores del Laboral Kutxa cerraron su viaje a la isla y se presentaron en el Gran Canaria Arena por puro amor a la jarana. Sus trompetas y tambores irrumpieron con más fuerza que el clásico ¡pío, pío! ¡pío, pío! de los hinchas anfitriones del Herbalife.

Los abonos, que hasta el 31 de diciembre del año pasado tenían importantes descuentos al precio de venta anticipada, fueron adquiridos en un número significativo por hinchas baskonistas que gastaron entre 405 y 110 euros en las entradas.