El base letal

Russell Westbrook ha pasado de las dudas existenciales al éxito clamoroso en apenas un año. De un All Star, el de 2014 en Nueva Orleans, a otro, el de 2015 en Nueva York, se ha quitado de la cabeza los fantasmas de la lesión de rodilla que le obligó a pasar tres veces por el quirófano y solo le permitió jugar la mitad de la anterior temporada.

Tras el parón debido al All Star, en febrero de 2014, regresó a las canchas y recuperó la velocidad, la explosividad y la agresividad ofensiva que le convierten en uno de los bases más letales de la NBA. A principios de esta campaña se lesionó en una mano y se perdió 14 partidos en noviembre, pero su rodilla ya estaba recuperada y volvió a compartir con Kevin Durant la manija del juego de los Oklahoma Thunder.

"Tiene la mentalidad de Michael Jordan", afirma Penny Hardaway

Los 41 puntos de Westbrook en el All Star rozan la plusmarca obtenida por el legendario Wilt Chamberlain en 1962 y superan los 40 de Michael Jordan en 1988. “Es un honor ser asociado a esos jugadores. Alguien me dijo durante el partido que podía batir el récord, pero en ese momento lo que buscábamos era la forma de ganar el partido. Perdí la posibilidad de anotar en algunas acciones que podían haberme dado el récord”, explicó Westbrook, que, en el que fue su cuarto All Star, sí batió un récord parcial con los 27 puntos que anotó en la primera parte del partido en el Madison Square Garden.

El base de 1,91 metros y nacido hace 26 años en Long Beach, no mantiene una relación precisamente fluida con la prensa. Hace un mes, le dijo directamente a un periodista de The Oklahoman que no le gustaba. Su tendencia a acaparar el juego ofensivo y los tiros han puesto más de una vez bajo sospecha su aportación al juego colectivo. Los triples son su punto débil. Su porcentaje de acierto apenas alcanza el 30% en los cinco años y medio que lleva en la NBA, a la que llegó tras su etapa en UCLA y ser elegido en la cuarta posición del draft de 2008.

No se resigna a ser un segundón de Kevin Durant, el último MVP

Russell quedó marcado en la adolescencia por la muerte de Khelcey Barrs, un amigo inseparable. Barrs falleció a causa de atrofia ventricular tras disputar unos partidos en su barrio de Lawndale. El base de los Thunder lleva siempre una pulsera con la inscripción KB3, el número que llevaba su amigo en el equipo del instituto.

En sus primeros años con los Thunder, su entrenador Scott Brooks, dio pistas de por dónde iba a ir el trabajo de mejora del juego de Westbrook: “Tenemos a una bestia de la naturaleza en el equipo, que es Russell. Pero tiene que entender que aquí todos remamos en la misma dirección. Trabajamos en ello”.

Su relación con Kevin Durant ha dado mucho que hablar. Westbrook no se resigna a ser el segundo de a bordo. “Es muy fácil jugar al lado de jugadores como Kevin. Ellos hacen que el baloncesto parezca un videojuego, pero que nadie me subestime”, afirma Westbrook. “Su mentalidad es la de Michael Jordan”, afirma Penny Hardaway, el escolta que brilló durante 14 temporadas en la NBA.

Campeón mundial en 2010 y olímpico en 2012 con la selección de Estados Unidos, algunas de sus actuaciones ya le habían equiparado a jugadores legendarios, como los 40 puntos, cinco rebotes, 10 asistencias y cinco robos de balón que obtuvo en el primer partido de los playoffs de 2014 ante San Antonio, cifras solo obtenidas por Michael Jordan en un partido de playoff. Tras su exhibición en el All Star habló su papel como base en los Thunder: “El liderazgo es apropiado para mí y bueno para el equipo. Además de mi trabajo como base, debo ser capaz de liderar al equipo. Y es lo que trato de hacer durante esta campaña”.

LeBron James le elogió: “Es un jugador con un talento increíble. Su motivación, sus condiciones atléticas, la manera en que enfoca los partidos… todo es muy grande”. Tras el terreno perdido durante los primeros meses a causa de las lesiones, la asignatura pendiente de Westbrook, como las de sus principales compañeros, Kevin Durant y Serge Ibaka, es clasificar al equipo en los playoffs para estar en disposición de alcanzar un anillo, un objetivo que estuvieron a punto de conseguir en 2012, pero fueron barridos por Miami en la final.