La soledad de Garbiñe

Una sola tenista no puede sostener a toda una selección. España jugará en abril para no caer al pozo de la Tercera División de la Copa Federación tras perder por 3-2 ante Rumania. La selección se asoma al abismo pese al deslumbrante debut de Garbiñe Muguruza, que se estrenó como española compitiendo tres partidos en poco más de 24 horas: a los 21 años, impuso sus galones el sábado (6-3 y 6-2 a Begu), dio un zarpazo el domingo (6-4 y 6-3 a Halep, la número tres mundial, su séptima victoria contra una top-10) y, finalmente, tras la segunda derrota de Silvia Soler en el cruce, se inclinó junto a Anabel Medina en el dobles decisivo (5-7, 6-3 y 6-2 para Begu y Niculescu). En total, la hispanovenezolana sumó 5h 13m de juego en un fin de semana de alta tensión. España hincó la rodilla con su estrella agotada y con la baja de Carla Suárez, número 17 del mundo, que adujo molestias en un codo y problemas de calendario para no viajar a Galati (jugará esta semana en Amberes).

“Ha sido difícil. Estamos tristes. Cuando estás tan motivada no sientes el cansancio”, explicó Muguruza, que no encontró el referente esperado en la gris actuación de la veterana Medina, plata olímpica y doble campeona de Roland Garros en dobles. “Creo que ha sido un partido de detalles”, cerró la debutante, que nunca había jugado con la valenciana. “No hemos tenido suerte, siempre nos quedamos muy, muy cerca, pero el dobles se nos está resistiendo”, analizó Conchita Martínez, la seleccionadora, tras ver cómo su equipo caía por tercer cruce seguido en el quinto punto. “Cuando te caes hay que levantarse. Estoy segura de que esto va a cambiar, pero ahora una está tocada claro”.

Ha sido difícil. Estamos tristes. Cuando estás tan motivada no sientes el cansancio Garbiñe Muguruza

Las dos selecciones absolutas españolas están fuera del Grupo Mundial. Sin embargo, hay diferencias. Frente a los ocho tenistas de La Armada que hay entre los 50 mejores del ránking masculino, Conchita Martínez solo dispone de dos jugadoras en ese grupo de elite. Sin Suárez y lejos de la tierra batida, a Muguruza le faltan acompañantes del máximo nivel para competir fuera de casa y sobre cemento. Su presencia en el equipo está marcada ahora mismo por la obligatoriedad de que represente a La Roja en tres ocasiones entre 2015 y 2016 si quiere jugar en los Juegos de 2016. La suma de esas dos circunstancias permite plantear una pregunta inquietante para los intereses de la selección: en el contexto de un calendario competitivo asfixiante, ¿qué atractivo mantendrá la Copa Federación para una tenista que aspira a todo cuando la cita olímpica ya solo sea pasado?

Para empezar, Muguruza dejó una pista: “Esta competición me puede hacer crecer en el futuro. Me aporta muchas cosas que no había vivido, otra presión”.