“Ellos tenían más ganas de ganar”

Caras largas, brazos en jarra, suspiros. Rostros desencajados. Quizá, ninguno tan simbólico como el de Cañellas, que tuvo la difícil papeleta de tratar de explicar en primer lugar un intangible, aquel que apunta a la descomposición mental del equipo. El central, el jugador franquicia del que tiran los Hispanos en los momentos más duros, atendía a los medios con la mirada perdida, dándole vueltas a la cabeza, ensimismado en su intento por razonar lo inexplicable.

“Es difícil decir algo ahora”, se arrancó. “Las expectativas antes de venir aquí eran altas, y más tras el subidón que supuso ganar a Dinamarca, pero no sé qué ha pasado. Hemos perdido la medalla en los dos o tres últimos minutos. Podíamos haberlo rematado al final del partido, pero no lo hicimos y en la prórroga ellos estaban físicamente mejor. Duele esta cuarta plaza. Yo no he estado al nivel y eso el equipo lo ha notado, así que no estoy bien”, admitía el catalán, traspuesto y agotado.

La caía previa ante Francia fue un crochet en la mandíbula del vestuario español, muy fatigado y al que la cabeza le jugó una mala pasada en la lucha por el bronce. “Sí, está claro que va todo relacionado. Después de perder en semifinales hay más golpes y duelen más”, reconocía Cañellas. “Siempre se acusa”, prolongó Aginagalde, aún más contundente en su exposición. “Todos sufrimos, pero ellos también venían de perder la opción de jugar la final y se levantaron. Tenían más ganas de ganar el partido. Cuando no estamos al 100%, pasan estas cosas. No se puede regalar nada”, alegó.

Es una gran decepción". admitía tras la derrota Manolo Cadenas, técnico de la selección española

Si los dos pesos pesados aludieron al factor emocional, otros dos incidieron en la incapacidad para poner la puntilla a Polonia en el segundo tiempo y en algunos fallos. “No ha sido una cuestión física”, contradecía el seleccionador, Manolo Cadenas. “En la última jugada, la del empate, nos ha faltado hacer una falta. Estábamos parados”, criticó el leonés, que continuó: “Esto es balonmano y a veces se cometen errores. ¿El físico? El equipo tiene en general un gran nivel. Ellos son físicamente más fuertes, más grandes, poderosos en defensa, pero tienen la misma resistencia específica que nosotros”.

No estaba nada satisfecho el preparador con el desenlace final, con el hecho de irse de vacío de Qatar, sin premio alguno. “Es una gran decepción”, admitía con un hilillo de voz, casi imperceptible para los periodistas españoles que le rodeaban, a la vez que intentaba proteger a sus hombres. “Hoy hemos estado más cerca de ganar que de perder, una acción no va a cambiar la percepción de un equipo. Un gol arriba o un gol abajo no lo cambia todo. Siempre estamos con los mejores. Tener en el camino a Dinamarca y a Francia siempre pasa factura, no tanto en lo físico como en lo psicológico”, arguyó.

En la zona mixta, Víctor Tomás, a las duras y a las maduras siempre pese a que dos días antes no pudiera contener las lágrimas por la derrota ante Francia, no ocultaba la frustración: “Nos vamos con mal sabor de boca”, el extremo, muy autocrítico; “no es que se nos haya escapado la medalla, es que la hemos perdido. En los últimos minutos hemos esperado a que terminara el partido en vez de ir a terminarlo nosotros”.