La diplomacia del comunicado
La federación de fútbol se muestra abierta al “diálogo” con el CSD
Como en las películas de divorciados que solo se hablan a través de sus abogados, y estos, entre ellos, solo mediante burofax, y se jactan de no coger el teléfono cuando llama el de enfrente, así ocurre estos días entre algunos de los organismos que dirigen la política deportiva española, la federación de fútbol, el Consejo Superior de Deportes (CSD) y el Comité Olímpico Español (COE), inmersos esta semana en una especie de guerra y diplomacia en la que las armas han sido comunicados oficiales hechos públicos casi cotidianamente en una casi escalada hacia el absurdo.
La FEF defiende que la decisión de elevar una queja a la UEFA se tomó por unanimidad
Así, cuatro días después de solicitar a la UEFA y a la FIFA que fumigaran en la medida de sus posibilidades a Miguel cardenal, el presidente del CSD que le ha exigido transparencia en sus cuentas y la devolución de una subvención no justificada correctamente, Ángel María Villar, presidente de la federación (y vicepresidente investigado de la FIFA) emitió ayer un nuevo comunicado en el que ofrecía “el diálogo con el Gobierno”.
Tardó poco en recoger el guante Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, y, por tanto, el “Gobierno” a que se refiere Villar, y desde Qatar, donde asiste al Mundial de balonmano, se congratuló del comunicado federativo con un comunicado propio en el que celebraba “el cambio de actitud” de la federación, el deseo de Villar de reincorporarse a las comisiones y reuniones del CSD, y se mostraba impaciente para que Villar convocara cuanto antes una reunión para dialogar.
Todo ello ocurrió al día siguiente de que Alejandro Blanco, presidente del COE e histórico aliado estratégico de Villar en sus muchas batallas con el CSD ya en tiempos de Jaime Lissavetzky, no lograra de su comité ejecutivo, formado por presidentes federativos, más que un tibio y ambiguo comunicado de apoyo a sus propias manifestaciones un par de días antes en las que defendía “la independencia del movimiento olímpico y del deporte español frente a todo tipo de injerencia”.
A qué injerencias se refería el COE Cardenal no sabía, aunque suponía que se trataba de la petición gubernamental de transparencia. Pero Villar sí que debía de tenerlo claro porque, sintiéndose aludido, y tan retroalimentado por la frase como el propio Blanco por su ejecutivo, el mismo Villar añadió a su comunicado de ayer un párrafo en el que reflejaba la alegría de su junta directiva por el apoyo del COE a la “no injerencia” y felicitaba por ello a su amigo Blanco y a su comité ejecutivo. Olvidaba Villar en su comunicado que el mismo jueves, en una reunión previa en el COE, los 28 presidentes de federaciones olímpicas prefirieron no tratar el asunto.
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