El Madrid no supera sus fantasmas
El Maccabi arrebata el liderato del grupo al conjunto de Laso, que comenzó brillante y se fue derritiendo con el paso de los minutos
Una presentación espléndida, un nudo claustrofóbico y un desenlace descorazonador. La novela del Madrid en Tel Aviv acabó en una derrota que, más allá de la circunstancia puntual de hacerle perder el liderato de su grupo, retrotrae a los de Laso a su eterna asignatura pendiente: imponer su talento ante rivales de colmillo afilado y en ambientes hostiles. El subcampeón de Europa no supera sus fantasmas, su capacidad de resiliencia sigue en entredicho. El Maccabi resistió la embestida inicial del conjunto madridista, se rearmó con carácter, achuchó a su contendiente y volteó el pulso con músculo y fibra. No bastó la monumental faena de Felipe Reyes (20 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias, 8 faltas recibidas y 35 de valoración); Goodes y Pini Gershon gestionaron mejor a Schortsanitis (17 puntos, 8 rebotes y 8 faltas recibidas) y encontraron a la pareja Haynes-Landesberg (33 puntos entre ambos) como ejecutores desde el perímetro. El capitán del Madrid se convirtió en el máximo reboteador histórico de la Euroliga (1.288, uno por encima del ya retirado Mirsad Turkcan), pero el Maccabi se llevó el partido.
Maccabi, 90-Real Madrid, 86
Maccabi: Pargo (11), Ohayon, Smith (14), Randle (6) y Schortsanitis (17) --cinco inicial--; Tyus (4), Haynes (17), Landesberg (16) y Alexander (5).
Real Madrid: Llull (11), Rudy Fernández (5), Rivers (4), Ayón (13) y Reyes (20) --cinco inicial--; Nocioni (4), Maciulis (4), Bourousis (9), Sergio Rodríguez (5), Carroll (7) y Slaughter (4).
Parciales: 23-31, 23-23, 22-15 y 22-17.
Árbitros: Ryzhyk (UKR), Rocha (POR) y Anastopoulos (GRE). Sin eliminados.
Mivtachim Arena. 11.060 espectadores.
El choque no tenía entidad de revancha por diferencia de premio con la cita de Milán, pero sí, como siempre, categoría de reválida por la enjundia del ogro amarillo. Ya no estaban enfrente el verdugo Rice, ni el alquimista Blatt (ahora en la silla de los Cleveland Cavaliers de LeBron); tampoco Hickman, Ingles ni el capitán Blu, retirado tras alzar la Euroliga. A cambio, regresaba a la foto Pargo, ejecutor de los blancos en la Final Four de Barcelona 2011 y por allí seguían Smith y Tyus entre otros. Ocho meses y 10 días después, como si de la contabilidad de una condena se tratara, los jugadores del Madrid volvían a mirar a los ojos al equipo que les negó la gloria. A ese rocoso escudo contra el que se estrelló el baloncesto más fantasista de la historia continental reciente. Lo afrontó intrépido y firme. Se derritió después. Otra vez. De nuevo abrumado por la potencia y la capacidad atlética del rival. Se pareció a la final del Mediolanum Forum incluso en el marcador: 98-86 entonces; 90-86 esta vez.
En su séptima visita a La Mano de Elías (rebautizado como Mivtachim Arena por cuestiones de patrocinio), el Madrid arrancó con intensidad, aplicación y puntería. En una vibrante puesta en escena, los de Laso estuvieron atinadísimos ante el aro (3 triples en los tres primeros minutos y 10/13 en tiros de dos en el primer acto), voraces en el rebote ofensivo (11 al descanso) y concentrados con el balón (ninguna pérdida en los primeros 10 minutos, sólo dos al término del segundo cuarto). Felipe Reyes acaudilló a los suyos con otra exhibición de autoexigencia y repertorio que silenció de inicio a la hinchada local. El capitán madridista superó con suficiencia el experimento de Goodes de colocarle a Smith como defensor y atormentó al campeón de Europa con 16 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias en los 14 minutos que estuvo en pista durante la primera mitad. Después su productividad fue languideciendo y con ello la prestancia del Madrid.
Mientras resistió Reyes, tan solo la mastodóntica presencia de Sofoklis Schortsanitis minimizó los daños para el Maccabi. La mole griega anotó 10 de los 12 primeros puntos de su equipo y cargó con dos personales a Ayón en menos de cinco minutos, pero coincidiendo con su primer viaje al banquillo para recuperar el resuello y con la aparición de Bourousis como respaldo a la labor de Felipe, el Madrid se disparó en el marcador (16-29, m. 8). Sin noticias de Pargo ni de Ohayon, los amarillos encontraron en Haynes y Landesberg la iluminación necesaria para desatascar su ataque. La pareja complementó el martilleo de Smith y construyó un parcial de 13-4 en el arranque del segundo cuarto que, tras un triple del propio Haynes, atajó la escapada madridista (36-35, m. 13). Laso entendió que la presencia de Felipe era vital para mantener las prestaciones de su equipo y devolvió a pista a su hombre franquicia. El Madrid recuperó el rigor defensivo con el refuerzo de Maciulis y el dinamismo en ataque con las asistencias de Sergio Rodríguez (6 al descanso) y la aparición episódica de Carroll. Un triple del escolta de Wyoming elevó de nuevo la renta del Madrid por encima de los 10 puntos (43-54, m. 19). Sin embargo, cuando parecía recuperar el mando, el conjunto de Laso comenzó a espesarse hasta entrar un atolladero del que ya fue incapaz de salir.
Se secó Felipe (sólo 4 puntos en la segunda mitad) y se cortocircuitó el perímetro de los visitantes. Rudy sólo encontró tres lanzamientos en media hora de partido (5 puntos en su hoja de servicios) y la estadística desde el 6,75 languideció de forma estrepitosa (dos de 14 en la suma del segundo y el tercer acto; 7 de 28 al final). De los 31 puntos del primer cuarto los de Laso pasaron a 32 en los últimos 20 minutos. El Maccabi fue más constante: 23-23-22-22. Un martillo pilón. En el cruce de caminos del partido, la dupla Hynes-Landesberg incrementó su protagonismo de forma exponencial hasta convertirse en un martirio para la defensa madridista. En la pintura la batalla era cuestión de condurar fuerzas y efectivos. Schortsanitis luchaba contra la fatiga que implica gestionar sus cerca de 150 kilos y el Madrid con la acumulación de faltas que supone intentar pararlos. Bourousis cometió la cuarta personal al comienzo del tercer cuarto y no volvió a aparecer. La contabilidad funcionó mejor al Maccabi. Su titán resistió y estiró su fatiga hasta los 25 minutos en pista. Más o menos lo mismo que el Madrid, que se fue empequeñeciendo sin solución. Del 59-67 del minuto 27 se pasó al 81-73 del minuto 35. El quinteto Sergio Rodríguez, Carroll, Maciulis, Nocioni y Slaughter resultó abrumado por la transición del Maccabi en el comienzo del último cuarto y los amarillos entraron triunfantes en la recta de meta, con tiempo para ajustarse el maillot de campeón de Europa a pesar de algún triple postrero del Madrid. Al conjunto de Laso le faltó ese algo que no acaba de encontrar. No obstante, la de Tel Aviv fue su primera derrota de 2015 y el camino es largo para seguir buscándolo. El jueves llega el Barcelona al Palacio.
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