Messi lo cambia todo
El 10 rompe desde el ala y la nueva versión del Barça ha superado por dos veces al Atlético, su rival imposible del curso pasado
El ejercicio de ayudas y coberturas del Atlético desdibujó al Barça en el curso pasado. Del mismo modo, las jugadas de estrategia y la presión avanzada en momentos puntuales le resquebrajó, por lo que el entonces conjunto de Martino fue incapaz de superarle en seis encuentros, por más que se llevara la Supercopa de España tras dos empates. Un descalabro que le hizo perder la Liga en el último partido del año; un sometimiento impropio para un equipo de chequera elástica. Ahora, con la llegada de Luis Enrique y cuajada al fin su idea, el Barça ha superado en dos ocasiones consecutivas a los futbolistas del estratega Simeone. “Todo esto no llega por pulsar un botón de on u off, sino que son infinidad de cosas”, defendió el técnico azulgrana. Queda, en cualquier caso, la vuelta de los cuartos de la Copa y el Barça se fía a sus mejoras.
Presión tras la pérdida. A su llegada al Barça, Luis Enrique señaló que debían recuperar la presión adelantada. “La clave contra el Atlético y casi contra cualquier rival es no dejarle pensar ni un segundo”, explican desde el vestuario; “por eso practicamos y recordamos con frecuencia cómo y dónde presionar, cómo movernos y evitar las líneas de pase rivales”. Simeone lo tuvo claro tras perder el segundo encuentro, en la ida copera (1-0): “Han cambiado la dinámica de presión; han mejorado mucho tras perder el balón. Es una fase determinante para ellos porque tienen mucha gente ofensiva, lo que les da muchas posibilidades”. Acepta el elogio el camerino, pero recalca: “Presionamos bien, pero aún nos falta un poco”. Ese acoso en campo ajeno le ha servido al Barça para recuperar el esférico en la zona de tres cuartos y plantarse en el área rival en un pispás.
“La clave contra el Atlético es no dejarle pensar ni un segundo”, dicen del vestuario
Messi dribla a la carrera. Entendió Leo que Luis Suárez se expresaba mejor cerca del área rival y se recolocó en el costado con la connivencia del técnico. “Ahí descoloca al Atlético porque les cuesta más pararlo al llegar en velocidad hacia el centro”, dicen desde el vestuario; “cuando estaba en el medio, recibía de espaldas y al intentar girarse le presionaban por todos los lados los pivotes defensivos y los centrales”. Desde el club añaden: “En banda se mide a Siqueira, que es más ofensivo que defensivo y le suelen hacer un dos contra uno con Arda, que le cuesta bajar”. Los datos del 10 son expresivos: en los seis encuentros de la temporada anterior, realizó 3,5 regates por partido y una media de 2,6 remates y ningún gol. Y en estos dos últimos choques, alcanza los 6,5 disparos, 12 quiebros y sale a un tanto por partido. Interviene Luis Enrique: “Que juegue de falso 9 o de extremo cambia y condiciona al rival. Puede actuar por dentro y por fuera, pero es evidente que aporta gol, asistencias y muchas soluciones”.
Los mejores complementos. Para el vestuario azulgrana la llegada de Luis Suárez ha sido una revelación, por más que no aporte todavía demasiados goles. “Es un momento por el que pasan todos los delanteros. Pero estamos encantados con su rendimiento porque aporta muchas más cosas que goles”, intercede Luis Enrique. “Él fija a dos centrales, por lo que el juego de ayudas del Atlético no es tan eficiente ante nuestros delanteros”, abundan desde el club. “Con Messi, Luis y Neymar, que está que vuela, todo es más fácil”, resaltan en el vestuario. Un tridente que siempre tiene el remate por respuesta, dado que en el curso anterior el Barça saldó los duelos con 11,1 disparos de media y ahora están en 14,5.
“Leo descoloca al rival desde la banda porque les cuesta más pararlo en velocidad”, añaden
Transiciones fulgurantes. Jugaba el Barça el año pasado con más pausa —al menos al final— porque el vestuario le hizo ver a Martino que más valía un pase horizontal que vertical, tener la pelota hasta abrir un hueco que para su infortunio no acababa de llegar. Del mismo modo, recuperaba la pelota en campo propio, por lo que el camino para alcanzar el área contraria era largo. Ahora, sin embargo, el Barça tiene a medios que aceleran el juego (Rakitic e Iniesta) y tira de la transición veloz para encontrar la rampa hacia el gol y, de paso, evitar las faltas tácticas que tan bien ejecuta el equipo de Simeone. Así, en los seis duelos del año pasado el Atlético hizo una media de 18,7 faltas por las 14,5 que cuentan ahora.
Sin Costa se vive mejor. Entiende el vestuario azulgrana que Diego Costa (Chelsea) era un quebradero de cabeza de difícil detención. “No nos hizo goles, pero se movía de maravilla, aguantaba la posición y el balón, y generaba huecos”, señalan. Ahora, con Griezmann de titular, se reparten la otra plaza Mandzukic y Torres. “Juegue uno u otro, no cambia nuestra manera de defender”, recalcó Luis Enrique; “pero sí cambian las características individuales y eso lo hablamos con los jugadores. Pero no creo que renuncien a su contragolpe, que es una de sus mejores armas”. El rey de la contra, sin embargo, era Costa, que se quedó tercero en la carrera del pichichi en la Liga (28 goles por los 30 de Messi y los 31 de Cristiano). Ahora, Griezmann es el sexto con 10 tantos (Ronaldo cuenta 28 y Leo 21), y Mandzukic es noveno con ocho.
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