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En el principio fue el dinero

Los desencuentros entre la federación de fútbol y el CSD comenzaron cuando Cardenal le dijo a Villar que debería devolver casi dos millones de subvención por gastos no acreditados

Carlos Arribas
Villar, a la izquierda y Cardenal, en la asamblea de la federación de 2012.
Villar, a la izquierda y Cardenal, en la asamblea de la federación de 2012. Chema Moya (EFE)

Las malas relaciones entre dos de los principales poderes deportivos de España —su federación de fútbol, la más poderosa de todas, presidida desde hace 26 años por el exfutbolista del Athletic, Ángel María Villar, y el Consejo Superior de Deportes (CSD), la voz y el dinero del Estado en el deporte, presidido desde 2012 por Miguel Cardenal— ha invadido las últimas semanas todos los ámbitos del desencuentro y el desacuerdo, incluido en asuntos tan preocupantes como las medidas contra la violencia en el fútbol.

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Su origen, sin embargo, no es ni filosófico ni ideológico ni una lucha de egos o personalidades entre las cabezas visibles, sino puramente económico. Entre Villar y Cardenal, ambos del Athletic y ambos viejos conocidos pues el secretario de Estado para el Deporte fue varios años miembro del comité de competición de la federación, el comienzo de la ruptura tiene una fecha concreta, 15 de abril de 2014, y un motivo definido: la inspección llevada a cabo desde el CSD que detectó la falta de justificantes por casi dos millones de euros en la subvención concedida a la federación con dinero procedente de las quinielas para obras y equipamientos de fútbol no profesional.

Villar dejó también pasar los plazos para recibir el 1% que le toca de la quiniela

Según el informe de inspección, al que ha tenido acceso EL PAÍS, en total son unas 40 las intervenciones en otros tantos campos en toda España en los que los inspectores han encontrado defectos, que van desde la falta de acreditación del IVA, a falta de acreditación de gastos o la introducción de gastos no justificables o fuera de plazo. Después de un periodo de silencio, la federación de Villar alargó los plazos para presentar alegaciones y documentación, periodo en el que aún se haya el proceso, pero se espera que antes de final de año, haya una resolución definitiva, y dañina para las arcas de la federación, lo que más cuida Villar.

Y Villar pide subvención

En 2012, cuando la sintonía entre la federación y el CSD era magnífica, Miguel Cardenal le pidió a Ángel María Villar que, dado el superávit en que vivía su federación, y teniendo en cuenta las penurias de la mayoría de las federaciones olímpicas, renunciara a la subvención que le correspondía, tres millones de euros, para que le tocara más a las más pobres. Villar accedió y los dos años siguientes, 2013 y 2014, ni siquiera la pidió.

Sin embargo, cuando las relaciones se han deteriorado, y cuando los beneficios de la federación han empezado a disminuir, el presidente del fútbol no ha dudado en volver a solicitar una subvención para el próximo año, 2015.

Pese a que el presupuesto federativo de gastos, 127 millones, es superior en casi cuatro millones al de 2014, la subvención solicitada es igual a la devuelta en 2012, 2.928.293,50 euros. Dado que el presupuesto de subvenciones para 2015 del CSD está cerrado en unos 40 millones, darle el dinero solicitado a Villar obligará al Gobierno a restar la aportación a otras federaciones. La valoración de los técnicos del CSD no le da, sin embargo, el aprobado, por lo que al fútbol no se le dará seguramente todo lo pedido.

Según diversas fuentes, Villar no entendió que todos los estamentos a los que en España les llegara dinero público, incluida su federación, debían someterse a la inspección y la fiscalización del Estado, y organizó una respuesta que pasaba por la revuelta de las federaciones autonómicas, las destinatarias de las subvenciones para infraestructuras, contra el CSD. Para conseguirlo, y alegando trato desigual con la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Villar renunció de facto al 1% de la recaudación de la quiniela que le corresponden. El motivo para hacerlo fue que el CSD le explicó que de la subvención de este año, 2.100.000 euros, debería restar 750.000 euros porque la recaudación de la quiniela había sido inferior en 75 millones de euros a lo previsto a la hora de calcular el 1%. Antes de conocer que la cantidad que se deduciría era esa, Villar había aceptado que se le restaran 800.000 euros en dos ejercicios, unos 400.000 euros por año, así que el desacuerdo se limitaba a 350.000 euros. Esto ocurrió en mayo.

Desde entonces hasta noviembre, según fuentes del CSD, hubo un cruce de cartas constante, y los plantones al CSD y la negativa de Villar a firmar el convenio que le permitiría recibir el millón 450.000 euros que le correspondería, hasta que en noviembre pasado los presidentes de las federaciones autonómicas acudieron a Cardenal a solicitar la subvención, que deberían usar en mejora y construcción de infraestructuras. El presidente del CSD, que había intentado desbloquear el absurdo mediante una resolución publicada en el BOE el 18 de agosto, propuso y convocó una reunión el 21 de noviembre, a la que tampoco se presentaron ni Villar ni sus presidentes autonómicos. En ella, de todas maneras, tampoco podría Cardenal entregar la subvención, pues una vez cumplidos los plazos, la federación había recibido, según el CSD, la notificación de su condición de no beneficiario.

Los desacuerdos comenzaron el 15 de abril, con un anuncio de inspección

Simultáneamente a este proceso subterráneo, públicamente en todos los casos en los que ha habido posibilidad de desacuerdo —la ficha de Pedro León, la licencia de Zidane, las medidas antiultras— tal desacuerdo se ha producido. Pero en el principio fue el dinero.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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