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El Madrid pierde el traje de líder

Los de Laso caen ante el Bilbao Basket (89-79) en Miribilla y abandonan el primer puesto de la Liga 78 jornadas después

Faustino Sáez
Llull y Colom pugnan por la pelota
Llull y Colom pugnan por la pelotaMiguel Toña (EFE)

El 30 de septiembre de 2012, en la primera jornada de la Liga de hace dos temporadas, el Madrid de Laso ganaba con suficiencia al Unicaja en el Palacio (79-64) y alcanzaba un liderato que ha mantenido durante 78 jornadas. Lo perdió en Miribilla, epicentro de varios disgustos de la historia reciente de los blancos, ante el Bilbao Basket de Sito Alonso, que tras ser indultado en verano se ha propuesto reverdecer la leyenda de los hombres de negro. Rumbo a la Copa, son cuartos en una clasificación que encabeza en solitario el Unicaja de Málaga.

Tras caer la semana pasada en el derbi ante el Estudiantes, el conjunto de Laso tropezaba de nuevo en una secuencia desconocida en los últimos tiempos. No perdían dos partidos consecutivos los blancos en la Liga desde que en abril de 2013 encadenaran dos derrotas ante el Valencia y el Obradoiro. El de Bilbao es el cuarto pinchazo en un mes para un equipo que ha perdido el romanticismo y habita en la extrañeza, sin deseo ni regularidad.

Bilbao Basket, 89-R. Madrid, 79

Bilbao Basket: Colom (4), Bertans (16), Mumbrú (11), Hervelle (18) y Marco Todorovic (10) -cinco inicial-; Borg (10), Andjusic (10), Mendia, Wragge (3) y Williams (8).

Real Madrid: Llull (16), Rudy Fernández (11), Maciulis, Nocioni (18) y Ayón (6) -cinco inicial-; Campazzo (2), Carroll (7), Rivers (2), Reyes (13), Bourousis (4) y Mejri.

Parciales: 26-18; 27-14; 22-23 y 14-24.

Árbitros: Arteaga, Perea y Sánchez Moredas. Eliminados Mumbrú (m. 24), Hervelle (min.34), Campazzo (m. 37) y Reyes (m. 37).

9.981 espectadores en el Bilbao Arena de Miribilla.

Así quedó retratado por la brega de un enemigo íntimo: Axel Hervelle (18 puntos y 8 rebotes), y el impulso de un letón descarado: Dairis Bertans (16 puntos). Con pose fatigada tras su viaje a Cerdeña el viernes en la Euroliga, el Madrid perdió el paso desde el salto inicial y vivió toda la tarde a contrapié. Sin puntería, vigor ni solidaridad, los blancos se adentraron en el laberinto de pasión que supo crear el Bilbao a fuerza de energía y carácter. Las pérdidas de balón y el desenfoque desde el perímetro (1 de 12 en triples al descanso; 5 de 26 al final), situaron a los de Laso ante la ruta más escarpada de todas las posibles (53-32, m. 20). Unos destemplados, como Ayón y Bourousis; otros desaparecidos, como Mejri, Rivers y Maciulis; alguno desatinado como Rudy, Carroll y Campazzo. Demasiados jugadores alejados de su mejor versión. Apenas Llull, Nocioni y Reyes como sustento episódico. Poco argumento, menos apetito.

Tras una pésima primera mitad, el reto del Madrid pasaba por remontar 21 puntos en 20 minutos y el técnico vitoriano reclutó para la gesta a Campazzo, Llull, Rudy, Ayón y Felipe. Fue precisamente el capitán madridista el que encabezó el propósito de enmienda de los blancos. Un puñado de rebotes y nueve puntos consecutivos de Reyes a la vuelta de la caseta achicaron la renta (59-45, m. 25) y reengancharon a su equipo al partido. Pero, poco después de provocar la tercera falta de Hervelle, Felipe cometió también su tercera personal. Su viaje al banquillo frenó la sobrevenida efervescencia de los visitantes.

Llegó entonces un parcial de 12-5 para los de Sito Alonso y el Madrid volvió a la casilla de salida (71-50, m. 29). Faltaban Raúl López y Germán Gabriel, pero a los locales les sobraron argumentos. Las asistencias de Quino Colom y el vértigo de Tobias Borg desmontaron la reacción blanca. Como si de un acontecimiento extraordinario se tratase, Miribilla asistió al segundo triple del conjunto blanco cuando expiraba el tercer acto y la estadística madridista desde el 6,75 reflejaba un pésimo 1 de 15. Salvo el indeleble brío de Llull —el mejor de su equipo con 16 puntos—, el Madrid fue incapaz de encontrar un quinteto y una dinámica estable. Sin Sergio Rodríguez en la expedición —de baja por una pubalgia—, la habitual fluidez de los blancos en ataque devino en una secuencia de intentonas irreflexivas. Vicisitudes de la actitud, el subcampeón ha pasado en 30 días de la suficiencia a la impotencia, de la dosificación a las tribulaciones.

Tan inconsistentes en defensa como individualistas de cara al aro, el conjunto de Laso se ofuscó sin remedio con los árbitros como diana. “Sois muy malos”, clamaba Felipe desde el banquillo tras su quinta falta. Un par de bingos de Rudy y Carroll desde el 6,75 anunciaron la carga final del Madrid, pero el intento de remontada sólo acortó la renta por debajo de los 10 puntos a falta de dos minutos (88-79). Demasiado tarde. Miribilla ya era una fiesta. Allí donde se cerró calamitosamente el proyecto Messina —ya con Molin de apagafuegos— en las semifinales de la ACB de 2011, y donde descabalgó la primera carrera de Laso en la Euroliga; los blancos desenvolvieron el diván tras dos cursos y medio de excelencia y liderato ininterrumpido. "No esperaba perder así. Nos faltó todo desde el inicio. Ellos estuvieron acertados, pero nosotros defensivamente no nos opusimos en acciones casi individuales", denunció Laso tras el partido. El curso pasado, su equipo sólo sufrió 12 derrotas (11 de ellas en los últimos tres meses de competición); esta temporada, ya suman cuatro. Perdieron primero la regularidad, después la consistencia y ahora el traje de líder.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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