El Madrid se abona a la intriga

El Madrid ha perdido el término medio en esta Euroliga. O golea (112-83 ante el Nizhny y 115-94 ante el Sassari) o sufre en el alambre, con tres partidos resueltos sobre la bocina. Una ruleta rusa de la que salió derrotado la semana pasada en Estambul ante el Efes (75-73), pero de la que escapó vivo ante el Unics (75-76) y, también en esta ocasión, ante el Zalgiris (66-68). Los de Laso lideran de nuevo en solitario su grupo tras una victoria milagrera en otro encuentro destemplado que exigió una meritoria remontada postrera (65-56, m. 37). Erráticos en el tiro (6 de 20 en triples y 10 de 18 desde el tiro libre) y desconectados como grupo, los blancos salvaron la tarde en Kaunas gracias, sobre todo, a la brújula de Sergio Rodríguez (14 puntos y 7 asistencias). Encontró El Chacho la salida del atolladero con la compañía de Nocioni y Llull (11 puntos cada uno); los tres se elevaron en una rotación inconexa, insensible a los biorritmos que se viven en la pista. Anderson, máximo anotador del choque con 21 puntos, falló el lanzamiento que hubiera sellado la prórroga.

Se enfrentaban los de Laso al equipo con el mayor porcentaje de acierto en triples de la competición (46,5%) y no tardaron en comprobar la puntería lituana. Jankunas encendió el perímetro con dos lanzamientos desde el 6,75 que retrataron la dispersión defensiva del Madrid en el inicio del partido (10-4, m. 4). Primaba el individualismo sobre los planes colectivos en ese tramo y Anderson buscó las cosquillas a Llull posteando con éxito desigual. El MVP de la cuarta jornada y jugador franquicia de Krapikas se tomó un respiro tras su efervescente comienzo y, en cuanto los locales desmontaron su quinteto titular, el Madrid cogió vuelo.

También desde el perímetro despertaron los visitantes. Maciulis, Sergio Rodríguez y Nocioni, con un triple por barba, impulsaron al conjunto blanco con un contundente parcial de 4-20 que redondeó la reacción del Madrid (14-24, m. 10). La inventiva del Chacho en la dirección (por primera vez en el quinteto en esta Euroliga), la hiperactividad del lituano en ataque (9 puntos en 10 minutos) y la firmeza del argentino a pista completa, lideraron la puesta en escena del subcampeón de Europa. El Chapu mezcló con Bourousis mejor que Ayón y, con una bandeja al contraataque, dio la máxima ventaja a su equipo (18-30, m. 12). Pero continuó el baile en la rotación de Laso y el Madrid perdió el hilo. Anderson retomó la faena en el ataque del Zalgiris y los blancos perdieron el ritmo y el rigor con el viaje al banquillo de Sergio Rodríguez y Nocioni. También desapareció Maciulis. Los verdes devolvieron el golpe de la mano de su estrella. Anderson anotó 12 puntos en el segundo cuarto por los 14 que sumó su rival al completo. Un parcial de 20-8 selló las tablas al descanso (38-38, m. 20). A pesar de las ocho pérdidas de balón, el Zalgiris mantenía el tipo bajo los aros con los rebotes de Jankunas, mientras el Madrid estropeaba su porcentaje desde el perímetro (3 de 8 en los primeros 20 minutos). No estaba todavía Rudy Fernández (“se irá incorporando al grupo la próxima jornada”, anunció Laso en la víspera tras su operación en la mano derecha hace 15 días) y ni Carroll ni Rivers compensaron la cuota anotadora. Jaycee firmó un -14 en apenas 14 minutos en pista y KC un -11 en el mismo tiempo. Ni siquiera la brega de Felipe resultaba productiva en una ofuscada segunda unidad.

Ni Carroll ni Rivers ayudaron en ataque. Jaycee firmó un -14 en apenas 14 minutos en pista y KC un -11 en el mismo tiempo

“No podemos dudar”, les pedía Laso a sus hombres durante un tiempo muerto en el tercer cuarto. El técnico, que reclamaba “dureza y continuidad” a la vuelta de la caseta, retomó el guion y el quinteto inicial. Pero no encontró el carril bueno el Madrid que comenzó a desperdiciar opciones sencillas de tiro y a desquiciarse sobre el parquet con técnicas a Nocioni, Bourousis y El Chacho. Llegó entonces el tercer triple sin fallo de Jankunas y el Zalgiris se cargó de optimismo (55-51, m. 29). El conjunto blanco, máximo anotador de la competición con 91,2 puntos de media por partido se apagó en ataque (1 de 7 en triples en el tercer acto que concluyó con 15 puntos). Se perdió la circulación de balón, la estrategia colectiva, las ideas en ataque y el orden en defensa. Como al final del primer cuarto, Laso recurrió a la zona pero la desmontó Anderson sin mayor problema (65-56, m. 37). Los de Krapikas seguían incrementando su estadística de pérdidas, pero los visitantes coleccionaban fallos desde el tiro libre (2 de 8 en el horripilante expediente de Mejri) y desde el triple (4 de 17 hasta que, a tres minutos del final sonó la flauta). Dos triples consecutivos, uno de Llull y otro de Nocioni, reactivaron al Madrid, que tras sufrir durante toda la etapa entró en la recta de meta con ventaja (65-66, m. 39). A falta de cuatro segundos, Anderson asumió la responsabilidad de romper el miedo de su equipo y prolongar la intriga hasta la prórroga, pero su lanzamiento se estrelló en el aro. Ganó el Madrid.