Festival del Atlétic-Barceloneta en la Sant Jordi
Del martilleante brazo de Echenique, autor de seis goles, los marineros ganan la Supercopa de Europa
Mejor en todo, individual y colectivamente, táctica y técnicamente, el Atlétic-Barceloneta se zampó al Spartak de Volgogrado (12-7) en un partido sin más relato que el primer título de la Supercopa que han alcanzado este viernes, por vez primera en su centenaria historia, los de la ribera. Sólo hubo un color en la piscina, el de los gorros blancos del equipo marinero, que ayer, en la Sant Jordi, allí donde el CN Barcelona logró para el waterpolo español el primer título continental, devolvió la mística a la pileta de la barcelonesa calle París en un partido en el que no tuvo rival.
Aguantaron los rusos del Spartak de Volgogrado lo que les dieron las fuerzas, apenas cuarto y medio, inmensamente superiores los hombres de Chus Martín, que en una demostración coral les hicieron nadar hasta machacarles cuando a las orcas rusas se les acabó el fondo. Presidida por el martilleante brazo de Echenique –seis goles- los catalanes hundieron sin remisión a los rusos de Fedotov, incapaces de hacer frente al todopoderoso conjunto de la Barceloneta. Paró López-Pinedo lo que tenía que parar, y a partir de ahí, coherentes en el ritmo de juego, selectivos al escoger posiciones de lanzamiento y efectivos al ejecutarlos, provocaron el naufragio de los rusos, presentes sólo al inicio en base a su corpulencia y poderío físico.
Barceloneta, 12 - Volgogrado, 7
Atlétic- Barceloneta: Daniel López; Sziranyi, Perrone (1), Español (3), Minguell (1), Roca (1), Echenique(6) –siete inicial-; Oneto, Ubovic, Fernández, Gonzalo López, Tahull y Linares (p.s).
Spartak Volgogrado: Fedorov; Lazarev, Panfili, Ashaev (1), Khalturin (1), Latypov, Lisunov (3) –siete inicial-; Yurchik (2), Chesev, Andryukov, Rekechinskiy, Agarkov e Ivanov (p.s).
Parciales: 3-2, 5-3, 9-3 y 12-7.
Árbitros: Stavridis (Grecia) y Caputi (Italia). Excluyeron a Sziranyi (2), Oneto (1), Minguell (1), Roca (2), Fernández (2) y Tahull (1) del Atlètic-Barceloneta, y a Lazarev (3), Yurchik (1), Cheshev (1), Panfili (1), Khalturin (1), Latypov (1), Rekechinskiy (1), Lisunov (1) y Agarkov (3) del Spartak Volgogrado.
Supercopa de Europa disputada en la piscina Sant Jordi ante unos 1.500 espectadores.
Emocionado, Chus Martín dedicó la victoria a la memoria de su padre, fallecido el año pasado, y a todos los que han trabajado en el club para llegar a donde han llegado. El técnico catalán reconoció que el partido salió como se esperaba: “Son jugadores pesados y de volumen, teníamos que nadar, dar ritmo al juego para que entraran en fatiga y que poco a poco nos distanciáramos. Les ha hecho mella nuestro juego, porque al final nos hemos ido en el tercer tiempo, cuando hemos resuelto el partido”. Tan fácil terminó siendo que le dio minutos a Miki Linares, el portero suplente, un juvenil.
“Veníamos preparándolo hace mucho, hicimos todo lo que nos dijo el entrenador y demostramos que fuimos mejores como equipo, no sólo yo”, terció Gonzalo el Chano Echenique, protagonista del encuentro con sus goles. “Supimos nadar, desgastarles y jugar a favor de reloj en vez de pelear cuerpo a cuerpo; y lo hicimos a la perfección. Se trataba de cansarles antes de matarles y eso hicimos”. El de Newell’s –le delatan los tatuajes- reconoció que no esperaba marcar seis goles y se mostró orgulloso de vivir lo que calificó como “un partido que estuvo a la altura de un día histórico como el de hoy”. Tan histórico que el Atlétic-Barceloneta, a la primera, es Supercampeón de Europa. En la Sant Jordi tenía que ser.
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