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Otra gozada del Madrid

El conjunto de Ancelotti supera con suficiencia al equipo andaluz con tantos de Cristiano Ronaldo, Benzema y dos de James

José Sámano
James marca su primer gol al Granada.
James marca su primer gol al Granada.G. A. Moreno (Getty)

El Real Madrid de hoy juega con todo el encanto, bien casi siempre y muy bien aún con más frecuencia. Tiene un flechazo con la pelota, a la que hace arrumacos, y esta le corresponde con golazos, como los que se vieron en Granada. Una delicia de James, una genialidad de Cristiano para Benzema. Hay, si cabe, mucho más que fútbol ingenioso y académico en este Madrid que puede jugar al pie y en carrera, pero con orden. Se refugia con el balón, lo que le blinda en defensa, y no se desenchufa, como en la pájara de Anoeta. Se despliega con una seguridad extraordinaria y no se concede chuflas. Quizá le llegue el bajón, porque el fútbol puede ser circunstancial, pero en estos tiempos el equipo de Carlo Ancelotti no tiene tachas, va como un tiro: 11 victorias consecutivas, 54 goles en 17 partidos oficiales. Los rivales, sean el Barça o el Granada, se desvanecen sin remedio. En Los Cármenes, al conjunto local, solo le quedaron algunas migajas con 0-3, cuando el partido ya estaba desaliñado. El resto fue un solo del Madrid.

Granada, 0-Real Madrid, 4

Granada: Roberto; Nyom, Babin, Murillo, Juan Carlos; Foulquier, Iturra, Eddy (Javi Márquez, m.46), Sissoko; Jhon Córdoba (Rochina, m.65) y Success (El Arabi, m.50).

Real Madrid: Casillas; Carvajal (Arbeloa, m.38), Pepe, Ramos, Marcelo; James, Kross, Modric (Khedira, m.75), Isco (Illarra, m.83); Cristiano y Benzema.

Goles: 0-1 M.2. Cristiano. 0-2. M.31. James. 0-3. M.54. Benzema. 0-4. M.86. James.

Árbitro: González González (Castellano-manchego). Amarilla Eddy, Modric y Arbeloa.

Estadio Nuevo Los Cármenes ante 19.000 espectadores.

Quizá, puede que sin querer, Ancelotti, con una trayectoria ambulante en los banquillos, esté ante su primera obra de autor. Sus equipos solían ser solventes sin grandes señas de identidad. Ahora, este Madrid que gestiona con naturalidad y sin broncas, comienza a tener pensamiento propio. Ha cambiado de sello y hoy, pase a pase, parece imparable. Abocado a rectificar el manual para adaptarse a la política de fichajes del club, el italiano ha logrado que muchos de sus chicos rindan de maravilla en posiciones que siempre fueron ortopédicas para ellos. Un día es Kroos, otro Isco o James. O, por ejemplo, Modric, que en Granada dio un recital durante 75 minutos, suficientes para dar toques hasta el delirio con todas las hormas, fuera el empeine interior, el exterior, de punterita.

Modric fue un reloj con botas, otro póster de este Madrid que le ha pillado el gusto a eso de mimar la pelota, lo que le procura cuajo defensivo sin perder gancho ofensivo. Como prueba el golazo de James, de museo, evocador de su pictórico tanto a Uruguay en el Mundial de Brasil. Este colombiano engatilla sin miramientos, de forma instantánea. Con el balón en brinco, armó esa pierna izquierda prodigiosa que tiene y en un parpadeo lo alojó, como quien sirve en bandeja, en la escuadra derecha de Roberto. Un gol de pañuelos, un do de zurda. También fue para fardar el tercer tanto, una exquisitez de Cristiano, que, de espaldas, asistió de espuela a Benzema en el balcón del área local. Así son los genios, tienen hasta luces en el cogote.

Todo es armónico y el equipo va como un tiro: 11 victorias seguidas y 54 goles a favor

Al margen del emboque cósmico de James, la chistera de CR y la sinfonía de Modric, también hubo partido, el que se le antojó al Madrid, a este Madrid de verso en verso. Un equipo que jornada a jornada se demuestra a sí mismo que no hay motivos para renunciar a un tipo de fútbol, el trazo corto o el de las luces largas, siempre que ambos se administren con tino. Es el caso. El grupo selecciona con ojo clínico y ya no se desequilibra cuando se dispara a campo abierto. Los jugadores se hacen coberturas, en ataque y en la retaguardia. Todo es armónico gracias a la suma de cuatro centrocampistas, al despliegue constante de los laterales y a la posición más centrada de Cristiano. Sin Bale, Ronaldo es el único con derecho a mirar siempre al frente, pero al descolgarse por el embudo, en caso de emergencia taponan Kroos y Modric. Al tener un equipo más ancho, por las orillas, donde antes dejaban un boquete el luso y el galés, ahora faenan Isco y James como mosqueteros de Carvajal y Marcelo, que atraviesan un momento pletórico.

El gusto por mimar la pelota les procura cuajo defensivo sin perder gancho ofensivo

Tan optimistas están todos, que fue precisamente Carvajal el que a los dos minutos se entregó a la causa para recuperar como fuese una pelota que era sí o sí del central Murillo. El colombiano, perplejo, reclamó falta y abandonó la jugada. Carvajal no sabe lo que es rendirse antes de que suene el silbato judicial, así que enlazó con Benzema y este con CR, que hizo de CR. O sea: gol. Un mazazo para el Granada, en el que se suponía que Caparrós había alistado a una columna de piquetes para al menos competir. Mucho músculo y nada de fútbol en un equipo que se vio desamparado muy pronto, se hartó de correr tras la pista de la pelota y su juego frontal y directo fue puro garrafón. Ni un sustito para Casillas y los suyos hasta que el partido se iba, ya con el marcador imposible para los rojiblancos. El Madrid no está por regalar nada y, en dos ocasiones, Sergio Ramos espantó la pelota cuando se dirigía a la red.

Antes de la lesión de Carvajal, Ramos sufrió el único percance para el Madrid, un planchazo al pecho que le dio Pepe en el único cortocircuito del equipo. Lo demás fue un repertorio madridista cerrado por James con el atropellado cuarto tanto del día, el menos vistoso de este Real con tanta destreza como eficacia. Con arte y golazos, de gozada en gozada con mucho estilo. Porque claro que importa el estilo. Un doble motivo para el brindis: por ganar y por el cómo se gana. Este Madrid lo tiene todo.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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