Márquez: “Me caí porque me estaba llevando al límite”

Marc Márquez tenía previsto quedarse unos días más en la costa adriática y nada ni nadie le hará cambiar sus planes. Ni una caída tonta, ni un mal resultado, ni comprobar que ya no podrá proclamarse campeón del mundo en Aragón. Tenía prevista para el martes una jornada de risas y motos en el Ranch de Valentino Rossi, que está a pocos kilómetros del circuito de Misano, donde este domingo se vivió una carrera vibrante. Y allí estará. "Estaba esperando la moto, y me han dicho que llegará mañana. Para poder ir tenía que encontrar una porque en casa de Rossi no hay hondas. Y al final, Honda Italia me presta una. Así que hablaré con Valentino, a ver si me deja ir", bromeaba el piloto de Cervera. ¿Querrá la revancha después de que el italiano le ganara en este gran premio de San Marino? En absoluto, dice él. Aunque su comportamiento en cualquier pista (sea de asfalto o de tierra) obliga a no confiar ciegamente en lo que dice. "Voy allí a pasármelo bien y a ver cómo es el famoso Ranch", añade, risueño, como siempre.

A Márquez le afectó poco la mala carrera en Misano, tan poco como a un campeonato que tiene totalmente controlado. Su error sólo retrasará el alirón, no lo impedirá. Quizá cambie algo su forma de afrontar las próximas carreras, aunque no tanto como algunos puedas pensar: "Hasta esta carrera mi mentalidad era intentar ganar cada carrera. No quería gestionar la ventaja que tengo en el campeonato de otra manera. Tomé riesgos este domingo: Valentino y Lorenzo estaban más fuertes que yo aquí y por eso fui tan agresivo. Quizá ha llegado el momento de cambiar de mentalidad", dijo. Y puntualizó, inmediatamente: "Bueno, en Aragón todavía no, que es una carrera de casa y me gusta mucho". Dicho queda.

Quería acabar la carrera en agradecimiento a mis mecánicos, que vean que lo doy todo a las buenas y también a las malas"

Márquez asumió su equivocación: "Fue totalmente culpa mía. Estaba muy feliz porque podía seguir a las Yamaha a pesar de que el sábado parecía que no tenía el ritmo. Forcé mucho en las primeras vueltas, no quería que Rossi se escapara, pero a la que me puse detrás de él bajé el ritmo. Entonces cometí un error, el primero en carrera de toda la temporada: frené un poco antes para intentar no forzar tanto el neumático y pisé el piano. La moto se cerró de delante. Intenté salvarla, como hice en Brno, pero no fue posible", resumía. Después de la caída le costó concentrarse y recuperar la confianza. Pero lo hizo algunas vueltas después e incluso se acercó al ritmo que llevaban los pilotos en cabeza. "Quería acabar la carrera en agradecimiento a mis mecánicos, que vean que lo doy todo a las buenas y también a las malas. Además, ya tengo un puntito más, que nunca se sabe...", añadió.

Y fue sensato, como lo son pocos cuando se equivocan. Había dicho Rossi que seguramente hubiera ganado igualmente, aunque Márquez no se hubiera caído. Y él le respondió: "Probablemente. Yo lo que sé es que él ha ganado y que yo me he caído porque otro piloto me estaba llevando al límite. Quiero felicitar a Vale porque es increíble lo que hizo. Es genial ver a un piloto de 35 años que sigue tirando y ganando de esa manera".

Así lo sentía Rossi, exultante, orgulloso de su trabajo y de la mejora conseguida con la Yamaha: "Sabía que podía ser el día. Han pasado cinco años de mi ultima victoria en Misano, estoy muy contento". Celebró el triunfo con su gente y su familia, a pocos kilómetros de su pueblo, Tavullia. Un triunfo consistente, distinto al del año pasado en Holanda, reconoció. "Siempre confié en que esto iba a volver a pasar", dijo. Y anunció guerra al asegurar que si decidió firmar dos años más con Yamaha fue porque aspira a ganar otro título. "Creo que ahora soy el mejor Vale de mi carrera, lo que pasa es que tengo rivales mejores, más fuertes, profesionales, son la nueva generación de pilotos", añadió.