La Real frustra al Celta en el descuento

Tuve fe la Real, también un punto de fortuna para rescatar sobre la bocina un empate en Balaídos (2-2) en un partido que tuvo perdido, pero en el que supo revolverse no sólo ante el marcador sino también ante la superioridad futbolística de su rival. En el frenesí final, en el cara o cruz, un centro de Granero golpeó a Jonny, defensor del Celta, para colarse a la red y sellar unas tablas que le supieron a hiel a los locales, a gloria a los donostiarras, a aroma de partido intenso al espectador neutral.

Iban diez minutos de partido, con la Real Sociedad valiente y atinada en la presión, incisiva, casi goleadora tras un pase filtrado por Granero que Prieto desaprovechó ante el meta Sergio Álvarez. Pero pronto regresó el Celta que edificó Luis Enrique. Hace un año llegó a Vigo para gestar un equipo y, no sin atravesar dificultades, lo consiguió. El Celta es hoy un equipo reconocible, pleno de automatismos, amigo de gestionar la pelota, pero muy poco retórico. Es concreto, vertical, estrepitoso, audaz en la presión, a la que acude muy arriba. Entre las mayores aportaciones hasta la fecha de su nuevo estratega, Toto Berizzo, figura la de no sólo no haber tocado lo que funcionaba sino profundizar en ello.

El Celta se asomó al triunfo con precisión, fe, fuerza y una demostración de clase en la que mezclaron pesos pluma como Orellana o medios como Larrivey, sus mejores futbolistas sobre el campo y también los autores de los goles. La epopeya de Orellana ilustra la mutación del Celta. Pasó de descartado a indiscutible con Luis Enrique, este verano alegó unos motivos personales para regresar a Chile. Berizzo le ha dado galones y por ahora ha respondido con tres goles en otras tantas jornadas. El de ayer con la testa, que no es precisamente su especialidad, rúbrica a un monumental centro de Krohn-Dehli. No iba media hora y el partido había cambiado, la Real estaba ausente. Marchó al descanso groggy y al regreso pareció rematarla Larrivey con un gol que aunó manual y fortaleza: el delantero se descolgó a mediocampo para conectar con el lateral, acompañó la jugada, llegó al corazón del área, remató al palo y empujó la pelota sobre la línea con la espalda aprovechando la inercia de su caída. Pero, dos abajo, la Real no se rindió. Carlos Vela aún no ha llegado y se fue a la ducha antes de la hora de partido, pero su sustituto Agirretxe alimentó las esperanzas de remontada al definir con clase un rechace de Sergio a chut de Chory Castro, que había salido con él desde el banquillo. Apretó la Real y Granero colocó un disparo desde la frontal en la cepa del palo izquierdo de la meta local. Poco después la desgracia señaló a Jonny para rubricar las tablas.

Perdona el Málaga

En Málaga fallaron demasiado los locales para acabar cediendo un empate que permite al Levante sumar su primer punto (0-0). Una igualada conseguida después de mucho sacrificio por los jugadores que prepara José Luis Mendilibar, que fueron superados en muchas fases del partido, en especial en una segunda mitad en la que el conjunto andaluz les pasó por encima. Depende demasiado el Málaga del gol de Santa Cruz y cuando lo encuentra los árbitros le están perjudicando con sus decisiones. Juanmi marcó en el minuto 61, pero su rápido movimiento despistó al juez de línea, que levantó el banderín. Ya le pasó también al extremo malaguista en Mestalla ante el Valencia. Fue una de las muchas ocasiones que desperdició el conjunto andaluz, como el tiro al larguero de Luis Alberto al filo de la media hora de partido, como un remate franco de Santa Cruz de cabeza en el área pequeña o incluso el disparo de Samu Castillejo con la izquierda en la última jugada del partido. Mereció ganar el Málaga, que recuperó a Amrabat, de nuevo cedido por el Galatasaray, aunque le faltó puntería. El primer tiempo fue muy flojo, aburrido y escaso de emoción. En la segunda parte se vio lo mejor del Málaga y afloró el tremendo esfuerzo del Levante y la buena actuación de su portero, el exmadridista Jesús Fernández.

El Levante, expuestas sus limitaciones, solo se preocupó de sobrevivir. Mendilibar no se cortó. Mediada la segunda mitad cambió a Martins, el único delantero que alineó de inicio, para meter un centrocampista. Luego, retiró a otro peón de la medular para dar cancha a un central, Héctor Rodas. Cumplió el objetivo, pero o mejora o mucho o el panorama se le antoja duro en la pelea por la permanencia porque además no ha conseguido ver puerta en las tres primeras jornadas. El Málaga, con cuatro puntos, respira con la pujanza de los nuevos, caso de Horta o Luis Alberto, y el empuje de canteranos como Samu Castillejo o Juanmi. Todo ante la mirada desde el palco del propietario del equipo, Abdullah Al-Thani.