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La meiga era Hansen

El ciclista australiano sorprende a todos en el tramo final antes de la batalla de Ancares

Adam Hansen celebra su victoria.
Adam Hansen celebra su victoria.Javier Lizón (EFE)

Los días previos a las batallas se mueven entre la placidez y la tensión. A los que no les va nada en la batalla (o sea, el puerto de Ancares, el podio de Santiago), la presunta placidez les sienta bien. Más aún si el ciclista es un tragakilómetros, un australiano de alma inquieta, criado en el triatlón, que lleva tres años disputando las tres grandes carreras por etapas. Un rodador en el sentido literal de la palabra. Y este viernes el espíritu de aventura era como una invitación a la locurra el último día de los esprínteres, el último día cotidiano. Y el Giant apostaba por Degenkolb, que había pasado con algo más que dignidad los dos puertos de la etapa. Pero las carreteras gallegas esconden brujas de asfalto. Y lo que en el libro de ruta parece llano, resulta que es un repecho, y luego otro, y luego parece llano, pero resulta que es una bajada y después una subida. Nada que puntúe, pero animo a los intrepidos y desanima a los plácidos.

Clasificaciones

ETAPA

1. Adam Hansen (AUS/Lotto) en 4h 21m 58s

2. John Degenkolb (ALE/Giant) a 5s

3. Filippo Pozzato (ITA/Lampre) m.t.

4. Yannick Martinez (FRA/Europcar) m.t.

5. Michael Matthews (AUS/Orica) m.t.

GENERAL

1. Alberto Contador (Tinkoff - Saxo) en 76h 00m 40s

2. Chris Froome (GBR/Team Sky) a 1m 19s

3. Alejandro Valverde (Movistar) a 1m 32s

4. Joaquím Rodríguez (Katusha) a 2m 29s

5. Fabio Aru (ITA/Astana) a 3m 15s

Subiendo no paso nada, más allá de los ataques ardorosos. Bajando el último puerto pasó de todo. Un descenso espectacular de Samuel Sánchez recordando sus mejores tiempos. Luego le cazaron, pero su aria ciclista fue de las que se guardan en la memoria. A cambio, Dario Cataldo, el compañero de Froome, se dio una costalada en una curva que al final quedó en un fuerte susto cuando pareció peor de lo que fue. Es decir, pasaba de todo. Hundida la fuga de tres (Ligthart, Poels y Mangel), el Sky tomó el mando, luego se escapó Lutsenko, que duró más de lo que se intuía, descendió Samuel Sánchez como una cometa en día de viento sur, se cayó Cataldo como solo un ciclista se cae en una curva, dirigió el Sky las operaciones, agotó al equipo Degenkolb buscando su quinto esprín victorioso. Y se escapó el australiano Adam Hansen.

Un miliciano solitario parecía en una guerra perdida, un maquis huyendo cuando quería ganar la guerra al pelotón. Pero Hansen era la meiga escondida. El Giant era el policía, estaba sin efectivos y a los demás las piernas les pesaban como bloques de granito. Y Hansen se fue. Y se siguió marchando. Ya no huía sino que perseguía el éxito. Y lo obtuvo, quitando la pila a la calculadora del pelotón. A los esprinteres, ya cansados, se les fue la luz, y como pasa en las redes sociales, se quedaron sin amigos. Y decidieron apagar el teléfono. A fin de cuentas, Degenkolb ya tenía cuatro etapas en el bolsillo y sus rivales o estaban cansados (Matthews) o eran de segundo nivel (Pozzato, Martínez, Soupe).

Y Hansen, que había intentado otras fugas, aspiró el olor del mar de la playa de Cangas por la que bordeó los últimos kilómetros. Amenazaba lluvia, pero no llovió, o lo hizo ligeramente; amenazaba viento, pero sopló suave. Y allá que se fue, convencido de haber sorteado a la guardia del pelotón, a unos por su cansancio, a otros por su despiste, a los jefes por su ahorro energético. La meiga seguía ahí.

Suele ocurrir antes de los grandes días, de los días señalados en rojo en las agendas cuando hay que combinar el relajo con la energía. A Contador y a Froome les queda un mano a mano apasionante. A Purito y a Valverde les queda alzar la voz para no ser los acordeonistas del espectáculo. Todo está en juego mañana sábado en Ancares. Pero para llegar a ese puerto había que pasar por Cangas do Morrazo. Y por ahí pasó primero un australiano al que seguramente le inspiró el olor del mar, aunque viva en Austria. Hay olores que nunca se olvidan. Y las meigas pueden ser australianas.

Contador en la preselección para el Mundial de Ponferrada

E. R.

"Ya me ha dicho que no correrá, pero yo tengo que incluir al mejor ciclista español". El seleccionador nacional, Javier Mínguez, anunció este viernes la preselección de ciclistas para el Mundial de Ponferrada (21-28 de septiembre), en la que como ya se había anunciado no estará Alberto Contador, al entender que "necesita descansar" y que el equipo español quizás reclama otro tipo de corredor.

Aún así Minguez lo incluyó en la lista de 14 preseleccionados "porque yo hago la lista de 14, de los que luego correrán nueve. Yo tengo que hacer mi preselección y es esta. Luego el que se borre él sabrá. Yo elijo a los mejores para esta carrera. Él ya ha dicho que no va a ir, pero yo tengo que elegir a los mejores y entre ellos está él". El problema es que Mínguez se equivocó y en el transcurso de la conferencia se dio cuenta de que no había incluido en la ruta a Luis León Sánchez "así que ahora tendré que quitar un ciclista, y ya sé cual es".

La situación era kafkiana. Mínguez se resguardaba en la elección de Contador, a sabiendas de que no correrá, "porque estoy en la obligación de seleccionar a los mejores". Diplomacia pura.

Para la carrera en ruta, además de Contador, figuran Valverde (el candidato), Purito Rodríguez, Jon y Gorka Izagirre, Jesús y José Herrada, Imanol Erviti, Castroviejo, Dani Moreno, Dani Navarro, Samuel Sánchez, Losada y Mikel Nieve y Luis León Sánchez. Los dos participantes en la contrarreloj por equipos saldrán del cuarto preseleccionado: Castroviejo, Markel Irizar, Gorka Izagirre y Luis León Sanchez.

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