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DIARIO DEL PALOMERO EN EL MUNDIAL
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Día 4. Pau y la rebelión de los modestos

Pau Gasol, en el partido contra Brasil.
Pau Gasol, en el partido contra Brasil. MIGUEL ANGEL MOLINA (EFE)

Una de las cosas que he aprendido este año es que el hombro es la articulación más puñetera de todo el cuerpo humano. Si me hubiesen dado a elegir, yo habría optado por la cadera, la rodilla o el pie. Pero resulta que no, que todos tenemos en el hombro un complejo encaje de bolillos que cuando se desajusta, cuesta un mundo volverlo a poner en su sitio. Y claro, salvo que hayas estudiado medicina, hasta que no te da guerra, pues vives en la ignorancia. Cuento esto porque el motivo de empezar con dos horas de retraso sobre mi rutina habitual no es otro que me han estado tratando mi hombro izquierdo y he de decir que me han hecho daño, mucho daño. Tanto como para que en algunos momentos se me haya despertado un instinto homicida concretado en querer asesinar a mi masajista. Pero claro, es amigo. Y está muy cachas. Conozco a Jesús Abadía desde que vino al Real Madrid en los últimos años de mi carrera.

Hasta ese momento, cuando teníamos necesidad de este tipo de cuidados, nos mandaban andando desde el Pabellón de la Ciudad Deportiva hasta el vestuario del equipo de fútbol donde, siempre que no tuviesen tarea con los futbolistas, nos trataban sus fisios y masajistas. Después de varias peticiones, al fin llegó Jesús y por primera vez, contamos con personal propio. Txutxi Abadía es un mago en esto, ademas de haber sido decatleta (tuvo la segunda mejor marca mundial en su etapa junior) y seguir teniendo unos dedos que más que dedos son tenazas. Al final te arregla, pero el peaje a veces se hace insoportable. Encima canta mientras sus dedos te hacen ver las estrellas, lo que ademas de incomodarte su alegría, hace pensar en cierto sadismo del que algún día tendré que hablar con él.

Los nuestros son tan, tan buenos que, de haberles visto tanto, nos hemos acostumbrado y no le damos la suficiente relevancia

Pero vayamos al tajo, que ayer, a pesar de ser una jornada a medias al descansar en Bilbao y Las Palmas, se produjo una rebelión. La inició Senegal, que ya os adelanto que ha pasado a ser equipo de mis preferencias. Llamarme chaquetero, pero lo que esperaba de, por ejemplo, Puerto Rico, me lo está dando Senegal. Da gusto verles, tan ilusionados, tan atléticos, tan pardillos a veces. Y ese Dieng, compañero de Ricky en Minesota, que le hizo a Croacia un traje a medida. Su victoria les da medio pase a la siguiente fase, y espera que mañana a las 17.30 juegan contra Argentina. Este partido no me lo pierdo.

El levantamiento senegalés ante un rival de alcurnia como Croacia debió animar a los desheredados baloncestísticos, porque un par de horas despues Irán, sí, Irán, le hizo trabajar más de la cuenta a Serbia llegando con un ajustado 42-38 en el descanso. ¿A ver si no son tan malos como dieron la impresión ante España, enfermedad de empequeñecimiento que sufren todos nuestros rivales?

Como ya se sabe que en esto de las rebeliones, el contagio suele producirse, me puse en alerta y estuve echando un ojo al Argentina-Filipinas, hasta que, tal y como iba el partido, terminé echando también el otro. Mereció la pena, porque los filipinos se fajaron como leones y a cada arreón argentino, encontraban la forma de recuperar la desventaja. A Argentina le salvó que la defensa filipina no esté entre las más duras y agresivas del planeta, pues permitió, entre otras cosas, que Mata, un tirador/metedor de cuidado, lanzase hasta cinco triples sin gran oposición. Y también le penalizó que Blatche, su gran estrella, no acertase en los últimos minutos. Las está pasando canutas Argentina, lo que era de prever pues lejos quedan ya glorias pasadas, aunque hay que reconocerles que su capacidad para competir con lo que tengan sigue siendo reseñable. Pero nos les veo llegando más allá de los cuartos de final. El levantamiento de los menos favorecidos podía haber tenido un cuarto acto, pero seguramente ni jugando cinco contra cuatro, Egipto podía haber complicado la vida a Francia.

Viendo en el estado de forma en el que se encuentra el pívot catalán, irradia una confianza que libera y hace mejores a sus compañeros

Y entre sobresalto y sobresalto, llegó la hora de España. No quiero ser muy prolijo en el halago, pues queda mucho campeonato y sospecho que terminaremos agotando los adjetivos para etiquetar a un equipo maravilloso. Después de tanto entrenamiento, partidos amistosos y dos pachangas previas, andaban locos por empezar a competir en serio con equipos que les exigiesen algo más que unas cuantas gotas de sudor. Se notó desde el minuto uno, mostrando un equipo feliz de reencontrarse con la competición de verdad. Y encima son tan, tan, tan condenadamente buenos, que a veces, de haberles visto tanto, nos hemos acostumbrado y no le damos la suficiente relevancia. Pero os aseguro, como un tipo que ha corrido unos cuantos años por una cancha de baloncesto, que estos chavales son una pasada, individual y colectivamente.

Encima han llegado con el general en plena forma, física y mental. Pau está inmenso y no hace falta que explicar lo que significa en términos de juego, liderazgo e intimidación a los rivales. Va tan sobrado de talento, que parece que no le cuesta trabajo hacer lo hace. Por si no fuera poco su contrastada capacidad para jugar de espaldas, ahora resulta que es capaz de irse a siete metros y ¡ay de ti! si no le sigues. Pau es muy bueno, y viendo en el estado de forma en el que se encuentra, irradia una tranquilidad y confianza que libera y hace mejores a sus compañeros. En fin, dejémoslo, no vaya a ser que mañana les haga otra faena de aliño a los franceses y tengamos que repetirnos.

El descanso en Granada y Sevilla me va a permitir ver dentro de un rato en directo a EEUU. No promete mucho su partido frente a Nueva Zelanda, y existe la posibilidad que, siendo a horas donde todavía la digestión sigue trabajando, termine cayendo en brazos de Morfeo, ese señor tan simpático que nos gusta tanto que nos venga a visitar. Pero por intentarlo que no quede.

Uff, que tarde es ya. Me voy a comer un chuletón. No por nada, sino porque ayer Quique Villalobos me habló de la dieta prehistórica que al parecer siguen unas cuantas estrellas de la NBA y que consiste en comer sólo lo que se pueda cazar o pescar, como hacían nuestros lejanísimos antepasados. Entiendo que un chuletón de buey entra dentro de la dieta, pues al buey hay que pillarle primero.

Hasta mañana.

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