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Desencuentro entre Florentino Pérez y Ancelotti

Los jugadores favoritos del presidente no son los preferidos del entrenador. “Si yo fuera quien manda a lo mejor no lo haría así”, dice Cristiano Ronaldo sobre la política de fichajes del equipo.

Diego Torres
Benzema, James y Modric se lamentan en Anoeta, donde el Madrid perdió 4-2.
Benzema, James y Modric se lamentan en Anoeta, donde el Madrid perdió 4-2. Ander Gillena (AFP)

No había empezado la Liga y en el vestuario del Madrid los jugadores ya hacían lances jocosos mientras comentaban las últimas noticias que les llegaban de los despachos y contemplaban el ir y venir de empleados sofocados.

— “¡Ojo que Ancelotti no se come el turrón!”.

La presión se palpaba en el ambiente. Se sentía en el revuelo y el boato que envolvía cada paso que daban Navas, Kroos y James dentro del club, como si los demás futbolistas fuesen actores secundarios. La desconfianza de los veteranos respecto al poderoso respaldo de los recién llegados crecía con los días, especialmente en Di María y Alonso. El entrenador, Carlo Ancelotti, daba muestras evidentes de que no le gustaba lo que se estaba formando a su alrededor. El técnico comentaba que la directiva hacía demasiado ostensible su preferencia por unos futbolistas mientras parecía ignorar a otros que acababan de ganar una Champions.

Florentino Pérez es hombre de ideas futbolísticas, pero solo las expresa en toda su dimensión cuando habla en su círculo de máxima confianza, y ahí, por norma, no ingresa el entrenador. En la temporada pasada, cuando el presidente del Madrid quería trasladar una sugerencia a Ancelotti, lo hacía empleando ejecutivos y funcionarios de rango intermedio que acudían discretamente, depositaban su mensaje con mayor o menor disimulo, a veces como si fueran iniciativas propias, y luego se ponían en contacto con la máxima autoridad para informarle de la reacción que habían observado en el receptor. Así, semana a semana, inculcaron en Ancelotti la noción de que Florentino Pérez, en nombre de los socios, había hecho un esfuerzo muy grande para que Illarra, Isco y Bale se convirtieran en referencias del madridismo. Hacía mucha ilusión verles en las alineaciones titulares y esto suponía el sacrificio de Khedira, Di María, Alonso o Modric.

Como ocurrió entre 2003 y 2006, en la plantilla comienzan a generarse dos grupos

Ancelotti los puso a jugar unos cuantos partidos, a modo de exhibición. Contra el Galatasaray (4-1), el Villarreal (2-2), el Sevilla (7-3), el Almería (5-0), o la Real (4-0), salieron Isco, Illarra y Bale de inicio, y las cosas, al menos en apariencia, resultaron perfectamente. A la directiva le encantó. Pero el técnico vio indolencia en Isco e inmadurez en Illarra, y advirtió que, en situaciones de máxima exigencia, el equipo se partiría. Alegó que en la plantilla había futbolistas de mucho mayor nivel que además evitaban que el equipo se desequilibrara tácticamente, y, a la hora de los duelos trascendentales, apostó por Khedira, Alonso, Modric y Di María.

Comentaba un dirigente madridista este fin de semana que la obtención de la Décima hizo pensar a mucha gente que Ancelotti tenía razón y que Florentino Pérez había gastado demasiado dinero en futbolistas que, más que ayudar al funcionamiento normal del conjunto, lo complicaba. Bajo este ángulo, los 40 millones de Illarra, los 30 de Isco, y los más de 90 de Bale parecían un dispendio. Esta impresión desagradó profundamente al presidente que, en sus conversaciones con su gente de confianza, culpa del derroche a Ancelotti por no haber sabido administrar los recursos, y porque, al fin y al cabo, la Champions que conquistó carece de magia. No dejó un recuerdo imborrable por la belleza del juego ofrecido y precisamente ese fue el propósito al adquirir a Isco o Illarra.

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La ida de la Supercopa de España provocó el descontento de Florentino, según testigos del palco, cuando vio que Ancelotti no daba la titularidad a James y concedía los últimos minutos a Di María. El presidente temió que el italiano repitiera sus maniobras del año pasado: empezar poniendo a los nuevos para acabar apostando por los de siempre. Hasta los jugadores creyeron ver esa noche que desde la zona noble del estadio bajaban mensajeros con indicaciones terminantes para el técnico. Di María y Alonso, persuadidos, resolvieron dejar el club en los días sucesivos. Modric renovó, pero aseguran sus compañeros que no le gusta correr para Isco, en quien ve un privilegiado.

Como ocurrió entre 2003 y 2006, dentro de la plantilla del Madrid comienzan a generarse dos grupos que se miran de reojo. Por un lado, los futbolistas que promociona el presidente, con Bale, Kroos, James e Isco a la cabeza, y por otro los veteranos. “Mi opinión es muy clara pero si la digo mañana aparezco en las portadas de los periódicos”, declaró ayer Cristiano cuando le preguntaron por la política de fichajes que ha seguido la institución. “Si yo fuera quien manda a lo mejor no lo haría así. Pero si el presidente piensa que lo mejor para el equipo fue contratar a estos jugadores y dejar salir a los que salieron tenemos que apoyar sus decisiones”. En la misma conferencia, el portugués pidió respeto para el entrenador: “Ancelotti sabe lo que el equipo necesita y hay que dejarle trabajar tranquilo”.

El éxito de la temporada pasada no atenuó la discordancia entre el técnico y sus superiores. Al entrenador le resultó particularmente incomprensible el fichaje de James. Le pareció otro Isco. Pero en San Sebastián, en un esfuerzo por compatibilizarlos, los puso a ambos. Los puso a pesar de que cree más en Khedira. Y Khedira, si nadie lo impide, será fundamental. Ancelotti ya se lo advirtió al club y en Anoeta, después del humillante 4-2, reservó sus últimas palabras para quien no le comprende: “Esto no puede seguir así y no va a seguir así”.

Fichajes y ventas

ALTAS

James Rodríguez (del As Mónaco): 80 millones

Toni Kroos (del Bayern de Munich): 30 millones

Keylor Navas (del Levante): 10 millones

Chicharito Hernández (cedido del Man. United).

BAJAS

Ángel di María (traspasado al Man. United): 75 millones

Álvaro Morata (traspasado al Juventus de Turín): 20 millones

Nuri Sahin (traspasado al Bor. Dortmund): 7 millones

Xabi Alonso (traspasado al Bayern de Múnich): 10 millones

Diego López (libre para traspaso al Milan)

Casemiro (Prestado al Oporto): 1,5 millones.

Cheryshev (Prestado al Villarreal).

Jesús Fernández (traspasado al Levante): 0,5 millones.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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