El baile de Munir El Haddadi
El rendimiento del goleador del Barça B y la imposibilidad de fichar durante un año ponen el foco en las perlas de la cantera azulgrana
Cuando Munir El Haddadi (El Escorial, 18 años) se estrenó como goleador en el Barça B, en el vestuario del Mini lo esperaban para que diera su discurso de principiante. Tímido, el goleador no se animó a tomar la palabra y regateó la incómoda situación con un baile. Cuentan los presentes que al delantero se le da bastante bien el break dance. Este verano, cuando Luis Enrique se lo llevó a la pretemporada con el primer equipo, no pudo escaparse de la novatada con un baile. Y tuvo que ponerse delante de sus nuevos compañeros para contarles lo contento que estaba.
“Es un orgullo compartir vestuario con ellos”, dice Munir cuando le preguntan cómo se siente al lado de Messi y compañía. No puede estar más feliz el madrileño, que en su foto de whatsapp posa junto a Neymar y el Trofeo Joan Gamper. Goleador en la pretemporada del Barcelona con cuatro dianas, Munir reclama un hueco en el Camp Nou.
De madre melillense y padre marroquí, El Haddadi nació en el Escorial, pero se crió jugando al fútbol en las calles de Galapagar (Madrid). Allí, en el club del pueblo, comenzó a perforar porterías. Intentó probar suerte en el Atlético, pero se llevó un no como respuesta. Y terminó en el Santana porque le quedaba cerca de su casa. No le importó. Él seguía a lo suyo, marcando goles. Y así, el Rayo Majadahonda lo pescó para su equipo cadete. Pero Munir estaba preparado para dar el salto: 32 goles en 29 partidos bastaron para que el Getafe, Osasuna, el Manchester City, el Real Madrid y el Barcelona pusieran los ojos en él.
“Yo ya me quiero ir de casa”, cuentan que decía el chico. Y como el Madrid no le quiso hacer un hueco en la residencia, el Barça le abrió las puertas de La Masia. Albert Puig mandó a Francisco García Pimienta (entrenador de Juvenil B) para analizarlo en un partido con el Majadahonda. Y Munir contestó con un triplete.
Tiene esa picardía de los futbolistas de antes para intuir dónde va ir el balón y saber cuando debe pasar o regatear"
Se mudó a Barcelona en el verano del 2011, pero su nombre se puso de moda la temporada pasada. De la mano de Jordi Vinyals el Barcelona se coronó con la Youth Champions League (la Liga de Campeones para menores de 18 años) en Niza. Munir hizo lo que quiso en la final contra el Benfica, incluido un gol desde el centro del campo. Tenía edad de juvenil, pero Eusebio se lo llevó para el Barça B. “Es un jugador muy completo, inteligente en sus movimientos y en la toma de decisiones”, explica el técnico del filial azulgrana; “tiene esa picardía de los futbolistas de antes para intuir dónde va ir el balón. Sabe cuándo tiene que jugar en profundidad, cuándo tiene que regatear y cuándo pasar la pelota a un compañero”.
El Barcelona no perdió el tiempo y en enero le renovó su contrato hasta el 2017 (12 millones de cláusula con ficha del filial, 35 si sube al primer equipo).
También Luis Enrique se dejó seducir por el fútbol del canterano. Dos goles frente al Helsinki (6-0) y, cuando todas las miradas estaban puestas en el regreso de Messi y Neymar, cuando todos los focos iluminaban a Luis Suárez en su presentación en sociedad en el Gamper, Munir se despachó con otras dos dianas en la goleada frente al Club León (6-0).
“Empezar la pretemporada con el primer equipo me dio mucha confianza. Me tratan como a uno más del grupo”, aseguraba el delantero. “Tengo muchas opciones en ataque, todas con perfiles diferentes”, opinaba el técnico asturiano; “¿Munir al primer equipo? Dependerá de su rendimiento, pero lo ha hecho muy bien”, seguía. Y contestaba el jugador: “Continuaré trabajando en mi línea y ya se verá”.
Prefirió Luis Enrique optar por ceder a Deulofeu (jugará en el Sevilla la próxima temporada), y de momento no dispondrá del fichaje estrella de este verano: Luis Suárez (en boxes hasta el 25 de octubre, sancionado por la FIFA por su mordisco a Chiellini en el Mundial), así que su gran adquisición se llama Munir, que aguarda el día de bailar break dance en el vestuario del Camp Nou y que encarna la gran esperanza azulgrana, encomendada como está la entidad a su fructífera fábrica de futbolistas, precisamente ahora que la FIFA ha decidido poner a La Masia en su punto de mira.
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