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Dos generaciones, misma hazaña

España busca ante Holanda (18.00, Eurosport2) su segundo Europeo, diez años después de la gesta que dio el primer título

La selección española, en un entrenamiento.
La selección española, en un entrenamiento.AS

Diez años después del mayor triunfo del fútbol femenino en España (título del Europeo sub-19 de Finlandia, en 2004), las chicas de la selección pueden coronarse de nuevo como reinas continentales. Lo harán si vencen en la final del Europeo sub-19 a Holanda (18.00, Eurosport2) en el Ullevaal Stadion, en Oslo (Noruega). Desde aquel éxito de 2004, el fútbol femenino ha prosperado. Las licencias han crecido un 300% en este decenio: de 10.000 se han pasado a 40.000. El equipo de Jorge Vilda, que se ha clasificado brillantemente a la final con solo un gol en contra en cinco encuentros, es consecuencia de aquella generación de campeonas. Las futbolistas que pusieron la primera piedra y que ahora juegan en la selección absoluta reflexionan sobre lo que supuso ganar el primer título y las semejanzas con las nuevas generaciones.

Hoy, Vero Boquete pelea por llevarse el premio a la mejor jugadora UEFA como recompensa a una gran temporada. En 2004, fue una de las figuras claves de la hazaña. "Lo nuestro fue una gran sorpresa y lo de ellas ya parece una obligación. Con 18 años ya saben lo que significa ser favoritas. Y eso trae cierta presión, pero también una seguridad en ellas mismas que antes no teníamos”, recuerda. Aquella selección ganó 2-1 a Alemania en la final de 2004 habiendo perdido 7-0 en el grupo unos días antes. “No queríamos ser segundas. Nuestra victoria supuso un paso al frente. Fue el inicio de todo: la confianza necesaria para el futuro y tener conciencia para siempre de que podíamos competir con las mejores”, explica la centrocampista del Portland Thorns, de la liga norteamericana. Natalia Pablos, futbolista del Bristol Academy, lo recuerda como si fuera ayer: “Pensábamos que era una final y que cualquiera podía ganar, confiábamos en el poder de nuestra mascota, un peluche de Shreck que siempre poníamos de espaldas al campo”. Ruth García, hoy capitana de la absoluta, explica: “El fútbol femenino ha evolucionado desde entonces. En esa época no había ni selección sub-17 y ahora se han ganado dos títulos en esa categoría [2010 y 2011]. Las nuevas promociones están compitiendo a un grandísimo nivel y haciendo más historia. Cuando todas las generaciones nos juntemos, llevaremos al fútbol femenino donde se merece”.

Dentro de la selección española destacan la mezcla de dureza y técnica del fútbol de la selección holandesa, y creen que el triunfo pasa por el control de la situación. Es el rival que querían porque el exceso de confianza les juega malas pasadas a las futbolistas neerlandesas. Además, son conscientes de que están ante una cita histórica que guarda reminiscencia con la hazaña del equipo de Vero Boquete, Ruth García y compañía. Bien lo sabe Mariona Caldentey, que afronta la final con el reto de darle continuidad a aquel triunfo. “No tuve la suerte de ver ni leer nada de esa final. Pero si hemos escuchado mucho sobre aquella gesta. Fue el punto de partida para el auge de nuestro fútbol y ahora seguimos la senda que marcaron”, asegura la delantera. “Tenemos en mente el triunfo de 2004 y sería un orgullo volver a repetirlo 10 años después. Lo único que necesita el fútbol femenino es que los medios de comunicación le den importancia porque calidad hay de sobra”, abunda la defensa Marta Turmo.

Ahora las chicas de Jorge Vilda no tienen de amuleto de la suerte un peluche y usan un hashtag en twitter que es el lema que gritan antes de los partidos: “Jugar, luchar y ganar”. Los tiempos han cambiado para el fútbol femenino, la hazaña es la misma.

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