Nibali, sin rival

Vincenzo Nibali no tuvo piedad con sus adversarios en el Tour de Francia el día en el que su gran rival, Alberto Contador, abandonó la carrera. El italiano arrasó en la décima jornada de la ronda gala, la etapa reina de los Vosgos. El líder del conjunto Astana atacó a falta de tres kilómetros para la meta, en la subida final, para hacerse con la victoria y arrebatarle el maillot amarillo al francés Tony Gallopin, que defendió con mucha valentía sus opciones en el día de la fiesta nacional en Francia. Se trata de la segunda victoria en la prueba ciclista este año para el Tiburón de Messina, su apodo en Sicilia, tras su primer triunfo en Sheffield, el pasado domingo. Alejandro Valverde sube al tercer puesto en la clasificación general, con 2 minutos y 47 segundos de desventaja sobre el transalpino.

En el ascenso a la cota que cerraba la jornada, el líder del Astana dejó al resto del pelotón y se lanzó a la caza del español Purito Rodríguez, que venía escapado y que no pudo aguantar el ritmo del italiano. El escalador Thibault Pinot, para La Française des Jeux, esprintó para adelantar al murciano Valverde en la línea de meta, en La Planche des Belles Filles, 15 segundos después de Nibali. Jean-Christophe Péraud y Romain Bardet gastaron toda la energía que les quedaba en sus piernas, a la víspera del primer día de descanso del Tour 2014, para acabar cuarto y quinto respectivamente en la etapa, delante de una multitud de corredores que recuperaron confianza de cara a la clasificación final en París. Por ejemplo, Tejay Van Garderen, sexto, y el ex mano derecha de Chris Froome, el australiano Richie Porte, que ocupa ahora el segundo puesto de la general, con dos minutos y 23 segundos de desventaja sobre Nibali. Porte se perfila como el máximo rival del transalpino en los Alpes, el próximo masivo montañoso, a partir del próximo viernes.

Fue un día caótico en las carreteras vosguianas. La etapa había comenzado con la fuga de 10 corredores que se formó minutos antes de escalar el primero de los siete puertos de la jornada, el alto del Firstplan. En el grupo de cabeza estaba Purito Rodríguez, que se lanzó a la caza del maillot de lunares, su nuevo objetivo. Le acompañaban también Thomas Voeckler, el chouchou del público francés, junto a un lugarteniente de Vincenzo Nibali, el holandés Lieuwe Westra, que había colocado en cabeza de carrera por si acaso, el maillot verde Peter Sagan, y entre otros el español Markel Irízar, para el conjunto Trek. Las sucesivas ascensiones, la lluvia y el cansancio de los días remodelaron al grupo de atacantes con la baja de Sagan, que terminó su trabajo de coleccionista de puntos en el kilómetro 40, y los regresos de Michal Kwiatkowski, mejor joven de la carrera y de su compañero del Omega Tony Martin, vencedor de la etapa de ayer en Mulhouse. El grupo de 13 corredores cogió hasta cuatro minutos de ventaja sobre el pelotón, encabezado entonces por el equipo belga del maillot amarillo Tony Gallopin, el Lotto-Belisol. Eso fue antes de que Alberto Contador se fuera al suelo y pusiera en estado de alerta máxima a todos los seguidores de la prueba. Una vez conocido el abandono de Contador, los compañeros de Nibali en el Astana tomaron el mando de la carrera como si de un solo hombre se tratara.

En cabeza de carrera, Joaquím Purito Rodríguez decidió entonces tomar el relevo de su compañero caído. El catalán empezó a tirar del grupo de atacantes, junto a Tony Martin, que trabajaba para su líder Kwiatkowski, maillot amarillo virtual. El catalán disputó la clasificación de la montaña a Thomas Voeckler al coronar cada uno de los puertos y acabó por atacar en solitario una primera vez en el penúltimo alto del día y una segunda, casi decisiva, en la subida final de La Planche des Belles Filles, a falta de cinco kilómetros para la meta. Fue en aquel momento en el que vio pasar a un cohete junto a él, en las rampas letales de la subida vosguiana. Fue en aquel momento en el que vio pasar junto a él al nuevo patrón del Tour de Francia.