Riesgo de pasteleo
EE[ UU, con cinco jugadores de origen germano, se clasifica si empata con Alemania
Alemania y Estados Unidos podrían clasificarse fácilmente para octavos de final del Mundial. Bastaría con que sus jugadores y técnicos, unidos por lazos históricos, e incluso jurídicos, acordasen empatar antes o durante el partido que disputarán hoy en Pernambuco. Este tipo de acuerdos extradeportivos, denominados vulgarmente pasteleos, o, como dicen los italianos, biscotti, desvirtúan la competición pero no son extraños a la tradición del torneo. El amaño más célebre se verificó durante el Mundial de España, entre Alemania y Austria, dos selecciones hermanadas culturalmente. Desde entonces, la FIFA cambió el reglamento para que los partidos decisivos de la fase de grupos se disputaran a la misma hora. Pero esta norma no podría impedir un biscotto en Pernambuco. Un acuerdo, espontáneo o premeditado, que deje fuera de la competición a Portugal y Ghana.
Los vínculos futbolísticos de Alemania con Estados Unidos alimentan las suspicacias. Las relaciones se remontan a la Guerra Fría. Son numerosos los futbolistas concebidos y nacidos en suelo alemán, resultado de relaciones entre soldados del ejército de ocupación y mujeres alemanas. El disco G.I. Disco, The History of he Cold War Hottest 80s Club Music in West Germany, da fe de una prolífica trayectoria de intercambio cultural germano-americano al amparo de las discotecas próximas a los cuarteles.
Löw fue ayudante de Klinsmann durante el Mundial de 2006
La selección alemana se nutrió de muchachos negros producto de estas parejas: Erwin Kostedde, Rigobert Gruber o Felix Magath son los más célebres. Pero las más de las veces los chicos cruzaron el Atlántico y se alistaron en el equipo de sus padres: el primero, hace dos décadas, fue Tom Dooley, y jugó el Mundial de 1994 en Estados Unidos. En la actual selección americana hay cinco jugadores nacidos en Alemania: John Brooks, Fabian Johnson, Timothy Chandler, Julian Green, y Jermaine Jones, el mediocentro que metió un golazo a Portugal en la última jornada.
“Me siento orgulloso de mis dos países”, dijo Jones, “di mis primeros pasos en Alemania, y allí jugué mis primeros partidos y mis primeros torneos”.
No voy llamar a Löw, él hace su trabajo y yo el mío, somos amigos” Klinsmann, técnico de EE UU
La doble nacionalidad no afecta solo a los jugadores. Jürgen Klinsmann, el seleccionador estadounidense, ganó el Mundial de 1990 con la selección de Alemania y vive en California desde hace dos décadas. “Cantaré los dos himnos”, confesó al semanario Der Spiegel. Klinsmann solo interrumpió su estancia californiana para dirigir a la selección alemana durante el Mundial de 2006. Su ayudante de campo fue Joachim Löw, que luego le sucedió en el cargo. Hoy en Pernambuco, puede que ambos hagan mucho más que estrecharse las manos.
“No voy llamar a Löw, él hace su trabajo y yo el mío, somos buenos amigos”, dijo Klinsmann. “Mi trabajo es llevar a Estados Unidos a los octavos de final. No hay tiempo para esas llamadas de amigos”.
“Nuestro equipo no está hecho para trabajar los empates”, respondió, cuando le preguntaron si perseguiría la igualada. Tenemos ese espíritu de lucha, esa energía y determinación en cada partido. Vamos a ir a Recife con confianza y fe en batir a Alemania. Eso es lo que queremos, después veremos cómo sale”.
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