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La dignidad de Prandelli

Elegante hasta el último día, el entrenador abandona el cargo al sentir que le está robando el dinero al contribuyente italiano

Ramon Besa
Río de Janeiro -
Prandelli, pensativo en la banda
Prandelli, pensativo en la bandaMarco Luzzani (Getty Images)

Aunque no ha sido un ganador, Cesare Prandelli (Orzinuovi, Brescia, 57 años) fue un seleccionador elegante hasta el último día, cuando Uruguay eliminó a Italia. La Azzurra no alcanzó el cruce de los octavos de final, al igual que pasó en Sudáfrica 2010, y Prandelli tomó el mismo camino que entonces Marcelo Lippi. No se trataba de ganar sí o sí la Copa sino de competir por el título en Brasil.

“No somos los mejores, pero podemos ganar a los mejores”, anunció Prandelli antes de llegar al Mundial 2014. Italia ni gana ni juega, ahora mismo confundida, necesitada de un nuevo plan que podrían liderar Luciano Spaletti, Massimiliano Allegri o Roberto Mancini. No se sabe muy bien porque también ha confirmado su dimisión el presidente de la Federación Italiana, Giancarlo Abete.

Italia no tiene presidente ni seleccionador, Pirlo ha renunciado al equipo a los 35 años, no se sabe qué pasará con el capitán Buffon, que ya cuenta 36, y arrecian las críticas contra el delantero centro Balotelli. Prandelli, que había renovado su contrato hasta 2016, ha renunciado de manera irrevocable después de describir la situación de manera preocupante: “Lo dejo porque cuando fallan la estrategia y la táctica es responsabilidad del técnico. Yo soy el responsable”.

“Antes de ampliar mi contrato”, argumentó, “existía la voluntad de seguir por un camino que nos permitió contener los problemas del fútbol italiano en los últimos cuatro años, pero de repente nos encontramos con una situación diferente”. “Nos convertimos en un partido político”, remachó Prandelli, enfadado con la crítica. “Ha llegado un momento en que parece como si los miembros del cuerpo técnico estuviéramos robando el dinero de los contribuyentes, o al menos eso sentimos, de manera que con nuestra salida ya nadie nos podrá decir nada y yo podré caminar con la cabeza bien alta. No quiero que se diga que estafo al país”, añadió.

Su planteamiento en el decisivo partido contra Uruguay ha sido muy criticado

Nunca se aferró al cargo e incluso llegó a renunciar a entrenar al Roma para cuidar a su mujer Manuela, enferma de cáncer, en 2004. Exfutbolista del Atalanta y del Juventus, a Prandelli le avala su buen gusto por el fútbol y su capacidad para armar buenos equipos desde sus inicios en la afamada cantera del Atalanta. Los buenos aficionados recuerdan al Verona de Mutu y Camoranesi, o al Parma de Gilardino o a la europea Fiorentina de la misma manera que dejó huella al paso por el Lecce y el Venezia.

La buena trayectoria como entrenador de club no le ha servido para reflotar a la selección. Apostó por un juego más ofensivo, de posesión y pase corto, alejado del catenaccio y más parecido al de España, hasta que claudicó el día que jugaba su partido más importante, como así definió al Italia-Uruguay (0-1). Prandelli eligió mal a los jugadores y se entregó a una táctica que recordó a la vieja Italia: 5-3-2. Incluso su famoso código ético, que exigía un buen comportamiento de los jugadores en sus equipos para ser convocados por la selección, fue cuestionado en su día después de convocar a Chiellini, sancionado con tres partidos por un codazo, y prescindir de Osvaldo y De Rossi. Tampoco consiguió generar nuevos jugadores en las categorías inferiores de la federación y no logró que Balotelli funcionara.

“Los negros no me habrían tratado como algunos italianos”, se defiende Balotelli

El delantero, sustituido durante el descanso del decisivo partido con Uruguay, ha sido el futbolista más criticado por la prensa italiana, que también se ha referido a los errores del árbitro como un condicionante más para explicar el fracaso de la selección.

Balotelli respondió a través en las redes sociales a quienes le piden que renuncie a la selección por no ser italiano. El jugador argumenta que no eligió ser italiano, sino que nació en Italia, y explica que se siente desilusionado consigo mismo, pero advierte que esta vez no se siente culpable de la derrota. “No he fallado en nada y por tanto deberán buscar otra excusa”, aclaró. Y añadió: “Yo estoy preparado para seguir adelante y me siento orgulloso de haberlo dado todo por mi país. Los africanos no descalificarían nunca a un hermano como han hecho algunos italianos. En eso los negros, como nos llamáis vosotros, estamos a años luz por delante de vosotros”.

Balotelli fue precisamente quien llevó a Italia a la final de la Eurocopa 2012 contra España. Su actuación en las semifinales ante Alemania (2-1), por ejemplo, resultó decisiva. Anotó los dos goles que metieron a Italia en la gran final. Ha sido el mejor éxito de Prandelli, que no se ha cansado de criticar a los racistas en su lucha por mejorar la ética y el juego de Italia. Hasta que se cruzó el Uruguay del Caníbal Luis Suárez, que dejó a Italia sin octavos de final.

Prandelli ocupó el cargo de seleccionador nacional de Italia a la conclusión del Mundial 2010. Entonces, en Sudáfrica, La Azzurra fue superada por Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda, y tampoco pasó la fase de grupos. Tras el fiasco, Prandelli sustituyó a Marcelo Lippi, el técnico que había logrado el título mundial en Alemania 2006. Su estreno se produjo el 10 de agosto de 2010 en un partido amistoso que Italia perdió ante Costa de Marfil (0-1).

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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